BARCELONA OPEN BANC SABADELL

Nadal recupera el tono y un gran Ferrer se despide del Godó

Nadal, muy sólido, superó a Ferrer en el último partido del alicantino en Barcelona y puede que el duelo final (32º) de ambos. Struff, rival en cuartos.

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David Ferrer puso el broche de oro a su trayectoria en el Barcelona Open Banc Sabadell con un último baile contra el rival que ha marcado siempre su carrera, un Rafa Nadal que recuperó el tono por desgracia para el alicantino. El balear, centrado y potente de nuevo, no se apiadó de su amigo y compatriota, y volvió a ganarle en la Ciudad Condal como en las últimas cinco ocasiones allí: doble 6-3 en 1h:55 de bonita lucha, de largos intercambios y brega, con aires de otra época. Fue su victoria 60 (con tres derrotas) en el campeonato, cuarto en el que alcanza esa cifra tras Roland Garros (86-2), Montecarlo (71-5) y Australia (61-13). En cuartos, se enfrentará este viernes (sobre las 16:00, TDP y #Vamos) por primera vez a Struff, que sorprendió a Tsitsipas, finalista el año pasado y quinto favorito (6-4, 3-6 y 6-2).

Con interrupciones por la lluvia (la primera de más de 45 minutos), el capítulo 32 de esta gran rivalidad no decepcionó. No en vano, el suyo es el 10º duelo más repetido de la historia y, de momento (podrían coincidir en Madrid), el balance se queda en un 26-6 (20-2 en tierra y 6-0 en la Barcelona) para Nadal. Pero el gran protagonista fue Ferrer, despedido con un fuerte aplauso del público y de Nadal, y entre cánticos: "Ferru, Ferru, Ferru". Su mujer, Marta Tornel, no pudo contener las lágrimas en la grada, con el hijo de ambos, Leo, en brazos. Igual que su madre, Pilar. Como está haciendo en todos los torneos, el guerrero dejó su clásica cinta roja sobre la cancha.

"Estoy feliz, he hecho lo que he podido en un partido de idas y venidas, lo he dado todo. Lo he intentado, pero la pista se ha puesto lenta con la lluvia y eso me ha perjudicado. La ovación no la olvidaré nunca", dijo Ferrer, con la emoción contenida, al borde de las lágrimas. "Su nivel de juego ha vuelto a ser muy alto y no avanza más porque no es cabeza de serie y le tocan rivales muy buenos. Es su decisión y no seguirá haciéndonos disfrutar con su juego", expresó Nadal, aliviado por su progresión: "Era yo el que tenía que dar una mejora importante después de un partido (contra Mayer) que fue duro para mí en general. Y lo he hecho. Debía jugar con una energía y actitud diferente y eso se ha conseguido en un partido histórico para el torneo y muy importante para mí".

Evidente mejoría

Así resumió el 11 veces campeón del Godó su actuación, muy sólida, ante un Ferrer que no pudo meter tantos restos como hubiera deseado porque Nadal incrementó mucho su precisión al servicio (70% de acierto con primeros) y en el golpeo de la pelota (sólo 12 errores no forzados después de los 36 del partido contra Mayer). El primer set lo resolvió con un quiebre en el sexto juego después de haber salvado dos opciones de rotura de Ferrer en el inicio del choque. Tras el largo parón por la lluvia, Nadal salió más enchufado aún y ganó tres juegos seguidos, uno para cerrar el parcial y dos para tomar ventaja en el segundo. Luego dio un paso atrás, y en los mejores minutos de juego de ambos, encajó un break. Pero Ferru no pudo consolidarlo y perdió de nuevo su saque para el 6-3 con el que se cerró su última aventura en el Real Club de Tenis, donde nunca pudo triunfar por culpa de Nadal.


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