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MASTERS 1.000 ROMA

Djokovic escapa de Nishikori y llega exprimido a Murray

El japonés levantó una bola de partido con 5-4 y llegó a gobernar el tie-break 3-1. Al final, 2-6, 6-4 y 7-6 (5) y repetición de la final de Madrid. Mañana, 17:00. Murray vs Wawrinka

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Djokovic se duele del pie izquierdo, donde presentaba una rozadura.
Matthew LewisGetty Images

Novak Djokovic y Andy Murray repetirán este domingo (17:00, C+Deportes) en Roma la final que se vivió en la Caja Mágica. Hace una semana, el serbio salió campeón después de ceder un set (6-2, 3-6 y 6-3) y logró su 29º Masters 1.000, que deshacía el empate con Rafa Nadal. Precisamente, al español le derrotó el viernes, tras duras escaramuzas que se extendieron casi dos horas y media, en los cuartos del Foro Itálico, con menos alegría que otras veces. Hoy, tuvo que voltear un set al fulgurante Kei Nishikori por 2-6, 6-4 y 7-6 (5) para aspirar a un cuarto título bajo los nobles mármoles y estatuas del vetusto Foro Itálico.

Nishikori comenzó el partido a la velocidad de la luz. Puso a correr a Djokovic, de esquina a esquina. En guardia, agarrando la raqueta como si fuera una katana, esperando la bola para atacarla con un golpe seco, cortante y definitivo, dominó en el primer set al número uno. Parecían más espadazos de un maestro de kendo que de un tenista... Eso, mientras el serbio se desesperaba por una rozadura en su pie izquierdo, de la que tuvo que ser atendido.

Pero el gato de Belgrado tiene más de siete vidas. En la segunda manga, no desesperó, hizo correr su revés y por fin convirtió, a la décima oportunidad, una bola de break que fue de set: 6-4. 

En la tercera, volvió Nishikori a recuperar filo. El japonés neutralizó un break, una bola de partido con 5-4 y llegó a estar 3-1 en el tie-break. Pero Djokovic no tiembla, y acabó devorando al número seis de la ATP en la muerte súbita y tras 3h:01. 

En la final, Djokovic tendrá delante a Murray, que ha cogido el gusto a la tierra y recupera el número dos. El británico no dio vidilla al joven Lucas Pouille (6-2 y 6-1). Este domingo cumple 29 años y bromea: "No recuerdo haber ganado ningún partido el día de mi cumpleaños; no es una buena señal". Mas Murray está en sazón. El polvo de ladrillo ya no le produce alergia, no ha cedido un set en todo el torneo y su saque funciona. Delante tendrá, eso sí, a un gato cansado con más de siete vidas.