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MENTALIDAD IMPARABLE

Ander Mirambell, el héroe mediterráneo con voluntad de hielo

No es el número uno, pero Ander Mirambell es y será siempre el primer olímpico español de skeleton. Un deportista nato que se atrevió a soñar en un terreno desconocido: el hielo.

Ander Mirambell, el héroe mediterráneo con voluntad de hielo
VIESTURS LACIS

Posiblemente Ander Mirambell fuera de las pocas personas reconfortadas al ver cómo, al paso de Filomena, el país se convertía en una enorme pista de hielo. No en vano, para Ander, el hielo es su elemento, aunque en su Calella natal (Barcelona), la nieve ni el frío extremo no sea, precisamente, algo común.

Por eso, que este deportista haya rozado un nuevo récord personal en la Copa del Mundo jugada en Konigssee (Alemania), merece que nos detengamos, precisamente, en la suya. La de alguien capaz de proyectar sueños y hacer algo muchísimo más difícil que ser el número 1. Ser el primero. Abrir paso (y nada más y nada menos que en el hielo). Construir una trayectoria de éxito en un deporte que en España es prácticamente desconocido y escasamente (o anecdóticamente) practicado. No ha ganado. Ha hecho algo más difícil.

Conducir, o más bien, pilotar con el cuerpo (y de cabeza) por un tubo de hielo a 145 kilómetros por hora es un desafío solo apto para quien nace para superarlos. Es el caso de Mirambell. Hoy desliza su trineo en el hielo mano a mano con los mejores del mundo, aunque su pasión por superar los límites lo condujo antes por el fútbol (jugó en el RCD Espanyol) y el atletismo. ¿Pero qué lleva a un deportista hasta el skeleton?

Un deporte de invierno, en un país sin tradición en el que, con permiso de Filomena, apenas nieva. Sin tradición y sin federaciones que puedan dar apoyo y recursos al deportista. Solo por eso, ser el primer olímpico español en este deporte ya es una victoria. Tras participar en los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010, Sochi 2014, y en los de Pieonchang 2018, estos días hemos vuelto a ver a Ander en acción, aunque seguirle con la mirada a esa velocidad es difícil. Con permiso del anuncio de BMW, ‘si parpadeas, te lo pierdes’.

Del por qué cambiar un deporte por otro, el mismo Ander lo explicaba hace algunos años en una entrevista en TVE. “No me sentía realizado. Quería luchar por un sueño, aunque no saliese”. No hace faltan más palabras para entender que la gloria que persigue Ander no está en la meta, sino en el camino que está abriendo paso. Como la de aquellos exploradores que, a principios del siglo pasado, emprendieron una aventura que les conduciría, por el hielo, hasta el Polo Sur.

Como deportista, el sueño de Ander estaba claro: jugar unos Juegos Olímpicos. Lo que no estaba tan claro era cómo llegar hasta él. El visionado de la película Cool Runnings (Elegidos para el triunfo) resultó ser algo más que un rato entretenido. Si el equipo jamaiquino de bobsleigh logró disputar los Juegos Olímpicos de Calgary 1988, ¿qué o quién se lo iba a impedir?

Por eso y mucho más, la historia de Ander Mirambell es una historia de superación, persistencia, concentración y mentalidad ganadora. Una historia en la que no solo ha luchado por alcanzar su sueño, sino también para derribar prejuicios e incredulidades (¿En España? ¿skele… qué?) que poco tienen que ver con la naturaleza de este deportista todoterreno con el que hace poco más de un año tuve la ocasión de conversar.

Ya entonces tuve claro que estaba delante de un ganador nato y que, como tal, su voluntad estaba hecha de hierro. O mejor dicho, de hielo. El vigésimo primer puesto conseguido el viernes en la séptima cita de la Copa del Mundo de la temporada 2020-21, disputada en el circuito alemán de Konigssee, lo confirman. No fue fácil, tuvo que lidiar con un problema muscular que le impidió estar al nivel que Mirambell hubiera deseado. Pero la pasión de Ander por el skeleton va más allá de un pódium o de unas marcas. Lo explicó a EFE: "Lo fácil hubiese sido decidir no salir para proteger el cuádriceps, pero eso no va conmigo. Aunque sea a la pata coja salgo a competir, porque para mí estar encima del trineo y disfrutar de este deporte es un auténtico privilegio".

Han pasado más de 15 años desde que Ander se abrió camino por el hielo y, con él, hizo historia en un país que, en este deporte helado, aún no tenía la suya escrita. Hace apenas unos días se coló entre los 15 primeros del mundo. Su mejor resultado en una manga. Podéis ver su descenso (sin parpadear, aviso) aquí.

Y podéis conocer algo más sobre cómo ha logrado hacer realidad lo que nunca nadie antes se había atrevido a soñar en este podcast.

Alerta spoilers: su historia, como la de los campeones olímpicos, tiene de todo: un estreno en los JJOO de Vancouver en 2010 de la mano de Ueli, padre del skeleton, el accidente que en marzo de 2019 le obligó a renunciar a competir en Copa del Mundo en Canadá, sin dejar de compartir cómo se prepara para estar donde quiere estar: entre los 10 – 15 primeros pilotos del mundo.

¡Suerte, Ander!