NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Cero Límites

El mexicano que se bajó de la bici de Triatlón y se subió a unos esquís olímpicos

Entrevista con German Madrazo, uno de los ejemplos de superación elegidos por Rafa Nadal para la campaña 2020 “Confianza” de Mapfre.

German Madrazo, primer mexicano en competir en esquí de fondo en unas olimpiadas (Pyeongchang 2018)

No sabía esquiar, tenía más de 40 años, acababa de ser padre de trillizos y no tenía dinero. Sus únicas ventajas eran ser triatleta, una determinación a prueba de dinamita y el objetivo muy claro: ser el primer mexicano en competir en esquí de fondo dentro de unos juegos olimpicos de invierno.

Una de las secuelas de la pandemia es el agotamiento mental generalizado de la sociedad. Estamos tristes, decaídos, con miedo e incertidumbre por el futuro cercano. En este entorno VUCA (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) la confianza es el factor más importante y que más nos puede ayudar. Con esta idea Mapfre ha lanzado su campaña "Confianza". una campaña para enfatizar la capacidad de las personas de avanzar frente a las adversidades y alcanzar sus sueños. A través de una conversación con Rafa Nadal, se presentan cinco historias inspiradoras y reales que invitan a reflexionar sobre la importancia de confiar en uno mismo para alcanzar cualquier meta, por imposible que parezca. Esta es la historia de Germán Madrazo.

¿Cómo surge la idea de asistir a los JJ. OO. de invierno para competir en esquí de fondo?

La idea de asistir a unos juegos olímpicos nace desde la infancia, desde que mi abuela me llevaba a las competiciones de natación y cada vez que íbamos ella me decía que llevaba su nadador olímpico. Mi abuela murió dos años después y la tarde que falleció me dijo que no dejara de luchar. Le prometí que lucharía y sería su competidor olímpico y fue entonces cuando comenzó realmente mi sueño de llegar a los Juegos Olímpicos, algo que no se cumpliría hasta unos cuantos años más tarde.

A los cuarenta años leí un artículo del Cross-Country Skiing que me mandó un amigo, hablaba de un atleta peruano: Roberto Carcelén, la inspiración de mi historia. Me quedé pensando que, al igual que había atletas de diferentes nacionalidades, habría también un mexicano, pero me di cuenta de que no era el caso. En ese momento renació el sueño que había estado guardado durante tanto tiempo, era mi momento de participar en los Juegos Olímpicos.

El problema fue que mi esposa acababa de tener trillizos, y la situación era prácticamente imposible, pero hablé con ella y le pedí que me apoyara. Fue entonces cuando comencé todo el proceso, hablé a Roberto Carcelén para que me recomendara y empezar de alguna forma y a la vez inicié los entrenamientos para tratar de llegar a los Juegos Olímpicos de Invierno.

Germán Madrazo.
Ampliar
Germán Madrazo.Mapfre

¿Qué fue lo más difícil: aprender a esquiar, alcanzar un nivel competitivo, convencer al comité olímpico mexicano para que te seleccionasen o convencerse a uno mismo de que el reto podía realizarse?

Yo estaba tan emocionado de aprender a esquiar que, aunque fuera durísimo y muy difícil, la verdad es que era un reto más para llegar al nivel competitivo. Como soy un competidor nato fue algo que llevé con mucho entusiasmo. Lo más difícil fue animarme y tomar la primera decisión de hacerlo y empezar el proceso. Fue una decisión que fui postergando debido a que mi esposa y yo tenemos una pequeña tienda de corredores, es el negocio del que vivimos. Yo no tenía dinero para emprender un proyecto tan ambicioso, y tomar la decisión de participar en los Juegos Olímpicos suponía vender mis bicicletas de triatlón, todo lo que tenía a mi disposición para obtener dinero rápido, además de pedir ayuda y dinero a gente para poder seguir con este proyecto. Tomar esta complicada decisión y afrontarla fue lo más difícil. Tuve que dejar de hacer triatlones, renunciar a futuros Ironman… de los 18 que ya llevaba hechos. Esta decisión significó parar todo, y comenzar otra cosa completamente nueva, dejando atrás el pasado para adentrarme en un futuro incierto.

¿Qué anécdota de las olimpiadas nos puedes contar?

Quiero decir una cosa antes, para mí las olimpiadas no son los dieciséis días que pasamos en Pyeongchang. Para mí las olimpiadas es todo el periodo en el que estás tratando de calificar, en el que estás viajando por el mundo, en el que estás conociendo a atletas de diferentes países… eso es en verdad el olimpismo, cuando borras las barreras, los idiomas, las religiones y el deporte se convierte en el idioma universal y es el sueño del olimpismo lo que une las naciones. Por eso les voy a hablar de dos anécdotas pero que tienen más que ver con el periodo de calificación.

La primera anécdota viene cuando estábamos con la intención de calificar antes de Navidad, y regresar para pasar la Navidad con nuestros seres queridos. En la carrera del día de Navidad, yo y Pita tuvimos un accidente, yo me salí de la pista, el esquí me pego en la cara cuando me caí y salí con un ojo morado. Cuando estábamos ahí después de la competición muy tristes, con un resultado terrible, Pita me dijo “hermano levanta la cara que estamos vivos por una razón, porque tenemos el derecho de luchar y eso es lo que nos debe alentar”, y en ese momento el vivir para luchar un día más se convirtió en nuestro lema de guerra. Cuando llegamos de regreso al hotel el día de Navidad, acabamos juntándonos en un grupo de once personas, de once nacionalidades diferentes, idiomas diferentes, religiones diferentes… Pero unidos alrededor de una mesa de Navidad, la mesa del olimpismo. Y entonces hicimos un vídeo para felicitar la Navidad cada uno en su idioma. Esa noche de Navidad y compartir un sueño en conjunto, fue mágico, de lo más bonito que me pasó en toda mi vida.

La otra anécdota que me gusta mucho, durante los juegos olímpicos, fue cuando me dijeron que iba a ser el abanderado nacional y que iba a llevar el traje de invierno, iba la representación nacional mexicana. Yo les dije que no quería llevar ese traje, porque México no es un país de gorritos de invierno o chamarritas de pluma de ganso. México es un país de una cultura muy diferente, yo quería portar el traje de fiesta nacional, el traje de charro, pero me dijeron que no. Y, aun así, me arriesgué. La mañana de la ceremonia de inauguración, tuvimos el honor de contar con la vicepresidenta y el comité olímpico mexicano, y le dije que quería salir vestido de charro. La vicepresidenta me dijo que me lo pusiera y arriesgué, así es como debía representar a nuestro país durante el desfile.

"La prueba de esquí de fondo en los juegos olímpicos es de las más duras"
Ampliar
"La prueba de esquí de fondo en los juegos olímpicos es de las más duras"

En México no hay estaciones de invierno, pero es posible esquiar en el Nevado de Toluca ¿Sería un reto mayor que el esquí de fondo en las olimpiadas?

No, sería facilísimo esquiar en el Nevado de Toluca. Es escalar con todo el equipo… encuentras tantas piedras, caminos, con diferentes capas y tipos de nieve, que acabas no teniendo mucha velocidad, por lo que termina siendo un esquí de aventura, teniendo una dificultad preciosa de estar haciendo ejercicio todo el día.

Pero no tiene nada que ver. Imagínate que la prueba de esquí de fondo en los juegos olímpicos es una pista de las más duras, todo era de subida con unas pendientes de locura, una verdadera pista de copa del mundo. Ahí había que darlo todo.

Entonces… es muy difícil de comparar. Escalar el Nevado de Toluca es más divertido, además del componente de la aventura, entonces hace la experiencia diferente. Mientras que el esquí de fondo de los Juegos Olímpicos, con los competidores, ese dolor tan terrible de no poder respirar y el dolor en cada músculo, es algo que amo profundamente y, si los comparo, tiene mayor dificultad, pues demanda una capacidad cardiovascular excepcional para competir a ese nivel.

Por lo que yo me quedo con el esquí de fondo de las olimpiadas, ya que el reto de la aventura es un reto diferente y muy divertido, pero nada que ver con una pista como la de Pyeongchang, la adrenalina y la exigencia de los juegos olímpicos.

¿Por qué piensas que te ha escogido Rafa Nadal para la campaña de Mapfre “Confianza en uno mismo”?

Pienso que Rafa me ha escogido porque confío en mí mismo, porque me atreví a decir “yo puedo y lo voy a hacer”. Yo creo que fui una persona que tenía un NO rotundo en la vida: no tenía nieves, no tenía edad para llegar a los juegos olímpicos, no tenía forma de entrenar, no conocía el deporte… Todo era no, pero yo dije sí, porque confiaba en mí y porque sabía que lo iba a lograr. Por estos motivos pienso que mi historia fue elegida para participar en esta campaña maravillosa de MAPFRE.

"Mí sueño era llegar a los Juegos Olímpicos".
Ampliar
"Mí sueño era llegar a los Juegos Olímpicos".

¿Cómo crees que te ha ayudado tu condición de deportista?

El retarme en la vida a hacer cosas extraordinarias. Cuando empiezas a soñarlas, como hacer un Ironman o como hacer una carrera a pie de cien kilómetros, empiezas pensando que no lo vas a hacer y después poco a poco empiezas a entrenar, a fortalecerte y a tomar la condición, y esto te da los motivos para creer que quizás si lo puedas hacer. Por cada meta que logras te das cuenta de que es posible hacerlo y que los sueños se pueden cumplir.

Más tarde, todos estos sueños y retos deportivos que he ido completando en mi vida me han ayudado a creer que es posible cumplirlos y hoy en día sé que son posible. Es la manera en la que todo esto ha definido mi vida, que ahora estoy seguro de que puedo completar y lograr cualquier cosa que me proponga. Plantar esa semillita de los sueños, para que mi sueño crezca en los sueños de muchas personas más, y tengo la confianza de que lo voy a hacer, porque sustituyo el “creo” por el “sé”.

¿Piensas seguir practicando el esquí de fondo o vas a probar otra modalidad?

Me quedo con el esquí de fondo de por vida. Empiezan ahora a nacer sueños y metas loquísimas que involucran al esquí de fondo y casi todos mis sueños deportivos giran a su alrededor, ya que estoy profundamente enamorado de este deporte. Y aunque no puedo practicarlo cerca de casa, puedo viajar y seguir practicándolo ya que es lo que quiero seguir haciendo en mi vida.

¿Tienes pensado volver a marcarte un objetivo “olímpico”?

El olimpismo tiene varias caras. El llamado “atleta olímpico” ya lo fui, a los 43 años. Sin embargo, mi siguiente ciclo olímpico, ahora que tengo 47 años ya no es el de un atleta que da su máximo esfuerzo. Mi responsabilidad es entender que llega un día que te tienes que hacer a un lado y por eso mi nuevo reto es regresar a los juegos olímpicos pero esta vez como entrenador de esquí de fondo para que mi sueño continúe a través del siguiente atleta mexicano. La nueva meta es esa: regresar a los juegos olímpicos, pero como entrenador de un hombre y de la primera mujer mexicana que irá. Ya están ambos seleccionados y están trabajando muy duro para poder ir.

"La carrera más dura que he hecho fue el Ironman de California en Lago Tahoe"
Ampliar
"La carrera más dura que he hecho fue el Ironman de California en Lago Tahoe"

¿Cuál es el desierto más impactante por el que has corrido y la carrera más dura en la que has participado?

El desierto más impactante por el que he corrido fue el desierto de Sonora en México. La variación de la temperatura es muy chocante, pasas de temperaturas congeladas durante la madrugada a temperaturas muy muy calientes durante el mediodía. Es de las cosas más impactantes.

En cuanto a la carrera más dura que he hecho fue el Ironman de California en Lago Tahoe. La temperatura durante los meses de verano es generalmente cálida y el pronóstico para la carrera eran cielos despejados, por lo que yo iba preparado para una carrera de verano. Pero cuando llegamos allí el tiempo cambió, empezó a llover y las temperaturas descendieron a bajo cero. Sin embargo, en esa época no se cancelaban las carreras. Entonces empezó y nos metimos al agua con una temperatura de menos un grado. Eso fue impactante pero cuando salí y tuve que subirme a la bicicleta empapado comencé a notar calambres en cada pedaleada, fue muy impactante. Fue un día entero sintiendo cuchillos en mi piel, calambres. Luego mientras corríamos mejoró un poco la temperatura, me quité la chaqueta, pero cuando cayó la noche empezó otra vez a llover y a bajar la temperatura de nuevo, muchos corredores se iban quedando a los lados y no acababan la carrera. Pero yo pensé que había ido a terminar y no a rendirme, por lo que busqué en ese dolor que sentía un compañero y en cada respiración y en cada aliento un pretexto para continuar.

Este Ironman fue bastante excepcional y duro, de las cosas más duras que he hecho. Lo positivo es que después de hacer algo tan duro, el resto de retos que he hecho no me lo han parecido tanto, ya que lo ves desde una visión diferente. Ahora tengo ganas de encontrar un reto parecido para superarlo.

¿Qué consejo darías a alguien que piense que es “demasiado tarde” o “demasiado difícil”?

Nunca es demasiado tarde para empezar. No hay ninguna montaña demasiado difícil de subir. Así que si tú te concentras en lo que tienes que hacer cada día, solamente en lo que te toca hacer en el día de hoy, y das el paso que tienes que dar, y al día siguiente también lo haces, para cuando mires atrás te darás cuenta de que casi estás en la cima.

Así que mi consejo es ese: atrévete a dar el primer paso con firmeza para cumplir tu sueño, y el día siguiente el segundo paso, y así todos los días. Que no te importe la edad, ni la condición económica, ni lo que el resto te diga, porque eso no va a determinar el tamaño de tu espíritu. Lo único que importa es lo que te dice el corazón. Si lo puedes soñar, lo puedes lograr.