La magia del Tenis

Pasión por los cuatro costados

Autor: Carlos Coll Martínez
POR
Carlos Coll Martínez Twitter

LA MAGIA DEL TENIS

El smash: un golpe aparentemente sencillo

Aprende los aspectos más importantes de un golpe que requiere precisión de relojero y coordinación milimétrica para no errar en el intento.

0
El smash: un golpe aparentemente sencillo
Roman Boed (Flickr)

Cuando ponemos algún partido de tenis en televisión o vemos resúmenes de los mejores puntos de un encuentro, observamos con qué facilidad rematan los profesionales las bolas altas; da igual que sea retrocediendo o saltando, la gran mayoría de los smash suelen encontrar pista.

De la misma manera, cuando vemos que un jugador malogra un remate (Djokovic no es especialmente ducho en esta faceta), nos echamos las manos a la cabeza y decimos que hasta nosotros podríamos haberlo hecho mejor.

Luego llega el momento de saltar a la pista y de afrontar este tipo de golpes y es ahí cuando nos damos cuenta de la dificultad que entraña rematar una bola con mucha altura sin dejarla botar.

Sólo si es imprescindible

El remate no es un golpe sencillo, por lo que es recomendable que lo ejecutemos tan sólo si la situación lo requiere. Si tienes la opción de esperar a que la pelota bote, podrás impactar la pelota con mucha más seguridad.

Relájate

Muchas veces, nos precipitamos al golpear un smash porque pensamos demasiado y estamos nerviosos. Lo que debes hacer es centrarte en el golpe y preocuparte de estar bien coordinado para impactar la pelota en el momento justo.

Trabaja el juego de pies

No es recomendable que nos quedemos quietos en el lugar donde creemos que va a caer el globo; ve colocándote conforme la pelota vaya describiendo la trayectoria y coordina tus pies mientras vas preparando el golpe.

Preparación

Mantén tus ojos puestos en la pelota, mirando de reojo en qué lugar de la pista se encuentra tu adversario y hacia dónde tiene intención de correr. Una vez que estés en la posición deseada, inclínate ligeramente hacia atrás, flexiona las rodillas y apunta a la pelota con tu brazo inhábil.

Armando el golpe

El remate es muy parecido al servicio, con la diferencia de que no nos lanzamos nosotros la bola. Por eso, mantén la raqueta preparada como si fueras a ejecutar un saque y aprovecha luego todo tu cuerpo (no sólo el brazo) para imprimir más fuerza a tu golpe.

Momento del impacto

Extiende el brazo de la raqueta e impúlsate con tu pierna trasera. Transfiere todo tu peso desde atrás hacia delante y ayúdate de la muñeca también para bajar la bola y evitar que el smash sea demasiado largo. Baja el brazo inhábil hasta el abdomen para evitar que el torso gire en exceso.

Finalización

Una vez impactas la pelota, debes mantener la cabeza erguida con los ojos puestos en la bola, mientras el brazo de la raqueta continúa su trayectoria hasta detenerse por debajo del codo del brazo inhábil. El movimiento no debe culminar de una manera brusca, sino fluida.