Federico Valverde

El lateral se puso el mono de trabajo y tiró de experiencia, jugando dónde y cómo le hacía falta al equipo.

La final de la Supercopa mostró a dos equipos con dos diagnósticos completamente diferentes: mientras el Madrid se ve pletórico (nueve goles en dos partidos), el Barcelona manifestó su grave deterioro, que alcanza al entrenador, al equipo y a la institución

Valverde se entronizó para el madridismo militante en Arabia hace cuatro años. Con esa patada necesaria a Morata, Fede se matriculó ante la afición.