Cine
Scream 6, crítica. Un slasher que brilla como el cuchillo de Ghostface
La nueva entrega de la saga transcurre varios meses después de la quinta película y marca el regreso de los asesinatos, esta vez en pleno Nueva York.
No es fácil continuar una saga de éxito sin caer una y otra vez en los mismos tropos . Consciente de ello, Wes Craven hurgó en el metacine del terror para esbozar Scream, donde el asesino y sus víctimas mantienen un peculiar tira y afloja con las reglas del género. De nada sirve saber que la muerte espera a aquel que cruza el umbral de un callejón oscuro si a la hora de la verdad se planta allí en solitario. Tras Scream V, los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett se libran de ciertas ataduras del pasado y consiguen plantear una secuela fiel a las originales pero fresca a la vez.
Decenas de asesinatos han asolado Woodsboro desde que Sidney Prescott logró salvarse del cuchillo de Ghostface. La sangre ha goteado de forma constante, décadas después de que esos primeros crímenes se prepetraran en los años 90. Ahora, en 2023, las hermanas Sam y Tara Carpenter, interpretadas por Melissa Barrera y Jenna Ortega, se recuperan de las heridas psicológicas del último incidente. Ambas se han mudado a Nueva York, aunque cada uno lidia con ello de manera muy distinta.
La vuelta de Ghostface
De Woodsboro a las humosas calles neoyorquinas. La leyenda de Ghostface ya no es un fenómeno aislado, muy a pesar de que las Carpenter abandonaran su ciudad natal para huir de su pasado. La Gran Manzana proporciona una sensación de novedad, un cambio de escenario que permite plantear nuevas situaciones.
Una vez más, el asesino (o los asesinos) de la máscara ha regresado con ganas de matar. Scream VI conjuga lo clásico con lo nuevo y pone en pantalla a una protagonista que es víctima por partida doble: por un lado, porque estuvo a punto de morir asesinada; por el otro, porque circulan rumores sobre que fue ella la que verdaderamente llevó a cabo la matanza.
La sexta entrega de Scream es rigurosamente contemporánea, en el sentido de que plasma la realidad de hoy con la precisión de una puñalada en el corazón. En un mundo repleto de fake news, pasar una mentira por verdad resulta tan sencillo como sembrar la sospecha por las redes sociales. Por eso, no son pocos los que culpan a Sam de los hechos acaecidos en Woodsboro.
Los directores juegan con la metaficción, retuercen las reglas y las acomodan a un largometraje que hará las delicias de todos los fans del género. Scream VI es un slasher sanguinario, por momentos adrenalínico, que hace dudar al espectador sobre la identidad de Ghostface y que nos regala dos horas de diversión continuada.