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Sandman. Uno de los grandes hitos de la historia del cómic

ECC Comics recoge en dos tomos de lujo la colección creada por Neil Gaiman bajo DC en 1989 y que se mantuvo hasta 1996.

Sandman. Uno de los grandes hitos de la historia del cómic

Para entender el salto de madurez que vivieron las viñetas a finales del siglo XX, resulta imprescindible destacar el papel de una serie de autores británicos que desembarcaron en DC y cambiaron por completo la estructura narrativa del cómic estadounidense. Alan Moore (La Cosa del Pantano, 1983), Grant Morrison (Animal Man, 1988), Jaime Delano (Hellblazer, 1988) y Neil Gaiman (Sandman, 1989) son los máximos exponentes de esta revolución.

Si como guionista, la figura de Alan Moore es la que mejor representa el cambio de paradigma, como colección es Sandman, la que marca un nuevo camino en la forma de narrar y presentar los cómics. Sus historias son más complejas, sus personajes más profundos y sus numerosas referencias culturas exigen más del lector si quiere comprender todo el conjunto.

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Los orígenes

Neil Gaiman (1960) fue un niño introvertido cuya obsesión por la lectura desde una edad temprana le proporcionó un amplio bagaje cultural, a los siete años había leído Las Crónicas de Narnia y a los nueve, El Señor de los Anillos. No era de extrañar que pronto tuviera la firme convicción de convertirse en escritor. En mitad de esa aventura y sin haber acabado los estudios se dedicó al periodismo consiguiendo trabajar en una revista mintiendo sobre su experiencia. En una de sus entrevistas se cruzó con guionista singular de Northampton, Alan Moore. Gaiman quedó tan impresionado por su conversación que despertó en él interés por el cómic. Preparó un guion que envió al propio Moore quien se lo devolvió lleno de correcciones, cuando se lo reenvió de nuevo la respuesta fue: “«Este es un guion del que yo me sentiría orgulloso». Gaiman nunca llegó a publicarlo, pero Moore utilizaría parte de él en una historia de La Cosa del Pantano (#51). En 1986, conoce a joven ilustrador Dave McKean, con el que publica su primer gran trabajo, Violent Cases. Su enorme calidad llama la atención de Karen Berger, editora por entonces de DC, que no duda en fichar para su editorial a ambos talentos.

Juntos firman su primer trabajo para DC, Orquídea Negra (1987), una miniserie de tres números que funcionaría muy bien a nivel de ventas y que le proporcionó el crédito suficiente para que Berger le encargara un proyecto mensual. Gaiman, primero intentó vender un relato de terror, pero ante la negativa de la editora se decantó por un viejo personaje de DC, Sandman (1974-76), que, al que al igual que hiciera con Orquídea Negra, redefinió por completo.

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Una obra maestra

Según el propio Gaiman la elaboración del primer número fue un obra titánica que le llevó más de seis meses. Creó un nuevo universo onírico que se solapaba con el propio de DC, sus creaciones, Los Eternos, convivían con personajes como Constantine en un mundo en el que realidad, sueños, magia y fantasía compartían el mismo plano.

En su primera historia, El sueño de los justos, presentaba su personaje principal Morfeo, uno de los siete eternos, que había sido capturado por error por un mago que buscaba eliminar a Muerte de la ecuación de la humanidad. En estos primeros números Gaiman construye un relato complejo, con un lenguaje culto y alejado de las viñetas tradicionales, aunque se apoya en algunas referencias clásicas de DC como Constantine, Mister Miracle o Jonn Jonzz. A medida que avanzan los números el guionista crea su propio lore y abandona el universo DC. Sus historias se vuelven cada vez más fantásticas, aunque salpicadas en ocasiones de toques de terror.

Tras 75 números y con todo lo que había por narrar ya contado, Gaiman decidió poner fin a una de las mejores colecciones de cómics de la historia. DC le prometió que no habría más Sandman sin él y salvo algún especial suelto es algo que se ha mantenido en el tiempo.

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Rupturista en todos los sentidos

Sandman es una obra que no había tenido una fuente de referencia donde apoyarse, fue revolucionario en su forma de contar las historias, el propio Gaiman reconoce que “cuando trabajaba en Sandman, sentía que estaba cogiendo un machete y adentrándome en la selva. Tuve que escribir en lugares y hacer cosas que nadie había hecho antes”

Pero no solo fue rupturista formalmente, también se adelantó muchos años en el reconocimiento y normalización de los derechos de las minorías, sin importar su condición sexual, su raza o su estatus social. Fue el pionero en incluir un personaje transgénero en cómic, en una época donde los republicanos de George Busch padre promulgaban una vuelta a la moral tradicional cristiana: “El hecho de que tengamos personajes trans, el hecho de que tengamos personajes gays. Todo ese tipo de cosas, que eran importantes para mí, no eran especialmente de su época. Wanda fue el primer personaje trans en los cómics convencionales. Simplemente lo fue”.

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Dibujo

Si la pluma de Gaiman marcó un antes y un después a la hora de narrar cómics, su estética también influyó en sus contemporáneos. Para el diseño del personaje Gaiman contó con la ayuda de su amigo Dave McKean, juntos definieron su estética gótica que se convirtió en icono de toda una generación: pelo negro alborotado, tez pálida y vestimenta oscura. McKean fue también el encargado de las portadas y está considerado como uno de los mejores ilustradores de la historia del cómic. Por suerte la edición de ECC ha respetado las mimas.

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Sam Kieth se encargó de dibujar los cinco primeros números y definió el estilo de la colección en el que composiciones imposibles conviven con viñetas con mucho texto. Este es un cómic para leer despacio. Cada palabra tiene su razón y las referencias van y vienen continuamente. Gaiman es un admirador de la obra de Borges y en sus viñetas no oculta este hecho. Después de él llegarían Colleen Doran, Mike Dringenberg, Marc Hempel, Miguelanxo Prado, Kelley Jones, Jill Thompson, Yoshitaka Amano y Michael Zulli, cada uno con su propio estilo que en muchos casos chocaba abiertamente con el anterior. Por eso no puede hablarse de una identidad gráfica monolítica.

Su propio universo onírico está construido con piezas de otras creaciones que ayudan a enriquecer y dimensionar su obra más allá de la propia historia de Sandman.

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Reconocimientos

Sandman es una de las obras referenciales del mundo del cómic y su trascendencia va mucho allá del mundo del tebeo. Entre la colección regular y sus especiales ha ganado más de 26 premios Eisner, los Oscar del cómic. The Sandman No.19 “Sueño de una noche de pleno verano” ganó el premio World Fantasy Award en 1991 por Mejor Ficción Corta, siendo el primer cómic que recibía este galardón.

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Edición ECC Cómics

‘Sandman: La saga completa’ recopila a través de 2 volúmenes la colección original y los especiales relacionados de forma más estrecha con la trama principal. La primera entrega contiene The Sandman núms. 1-39, 40 y 50 USA y las historias Miedo a caer (Vertigo Preview núm, 1 USA) y La canción de Orfeo (The Sandman Special núm. 1 USA). La segunda contiene The Sandman núms. 41-49 y 51-75, así como el especial El castillo (Vertigo Jam núm. 1 USA) y la miniserie The Sandman: Overture.

Cada uno de los volúmenes cuesta 75 euros, tienen un tamaño de 156x239, 1184 y 1072 páginas respectivamente y están editados en formato de lujo bajo el sello Black Label.