Realidades alternativas
Meta Quest 3. ¿Merecen la pena?
Son un visor fantástico para bucear todo lo que queramos en VR, donde ya podemos usar todo el software disponible para las Quest 2.
Meta acaba de sacar la última iteración de sus visores de Realidad Virtual (VR para los amigos), las Meta Quest 3. Siguiendo el paso de la industria, la principal novedad de estas “gafas” es la incorporación de un sistema de visionado de la realidad mediante sus cámaras externas que permite no solo utilizarlas como visores de Realidad Virtual sino también como Realidad Mixta (MR).
¿Y esto es importante?... Pues depende de los usos que quieras darle, pero realmente es un avance espectacular que aporta mucho más valor del que en un principio se podría suponer. Vamos a analizar las posibilidades del nuevo visor, además de compararlo con su “hermano menor”, las Meta Quest 2, que siguen a la venta a un precio reducido y que podrían interesar a otro tipo de público.
Características
Vamos a empezar con sus características. No nos vamos a meter excesivamente en las especificaciones técnicas (para eso ya están otros compañeros divulgadores excelsos en ese aspecto, como ROV (www.realovirtual.com), sobre todo porque lo que nos interesa es el punto de vista del usuario de a pie… lo que realmente nos importa como usuarios, y si puede ser explicado cortito y al pie, mejor... Si molan o no, si son mejores o peores que estas o aquellas otras o si merece la pena pagar por un accesorio o nos lo podríamos ahorrar. Este será el espíritu de este artículo (y de los siguientes).
Las nuevas Quest, para resumirlo en tres palabras, SON MUY BUENAS. Sobre el modelo anterior (Quest 2), que ya se manejaban muy dignamente entre sus competidoras, y siempre entendiendo que estamos al comienzo de los tiempos de la industria de la VR y que claro que queda mucho por mejorar… pero han mejorado todo o casi todo lo que se podía mejorar en este rango de visores.
Para empezar, son más pequeñas. La diferencia de anchura se nota bastante. Y no pesan menos (pesan casi lo mismo que sus predecesoras) pero la distribución del peso es notablemente mejor, lo que en determinados momentos (por ejemplo, si entrenas el remate de cabeza en VR, como yo) se nota, y mucho, en el cuello al cabo de un rato. Cualquier otro movimiento que requiera giro de cuello rápido lo agradece también.
Nuevas lentes
Quizá lo más destacable sean sus nuevas lentes. Hemos pasado de unas lentes Fresnel a unas Pancake. ¿Y esto que significa? Pues que se ven mejor, sin brillos (glare) molestos, con mayor resolución (dos pantallas LCD 4K, 2.064 x 2.208 pixeles por ojo, un 30% de mejora sobre las Q2) y sobre todo, con un FOV (“field of view”) mayor y un “sweet spot” muy superior, es decir, que tenemos un rango de visión más amplio y además, se ve bien en la mayor parte de la superficie donde mires (antes, si girabas el ojo hacia los laterales veías la diferencia). En resumen, se ven notablemente mejor que las anteriores.
Los mandos también han mejorado. Son más pequeños y pierden el “anillo exterior”, que no echarás de menos hasta que le pegues un golpe a una columna, una pared o el mismo techo y te golpees directamente con la mano. En cualquier caso, se agradece el nuevo tamaño (muy parecido al de las Quest Pro). El tracking es excelente (incluso soltando los mandos y utilizando las manos, aunque esto aún queda por pulir) y además incorporan feedback háptico, que notaremos sutilmente (o no) haciendo cosas como tirar de la cuerda de un arco, o intentando no cruzar los rayos de protones mientras sujetas a un fantasma… (who you’re gonna call…?)
Los sensores del visor incorporan ahora un sensor de profundidad, lo que ayuda en diversos aspectos. El que notamos al principio es que ahora te estima automáticamente la sala de juego y el espacio del que dispones. Esto, en no mucho tiempo, cuando Meta lance la actualización de oclusión, tomará mucha más importancia que ahora.
Y llegamos a la mayor diferencia de todas… El passthrough (poder ver desde las cámaras del propio visor) ha mejorado notablemente, a todo color y con una nitidez que no me esperaba. Anteriormente era muy poco usable para nada más que ver dónde estabas y no chocarte (sin moverte demasiado). Y de esto hemos pasado a una resolución que sorprende y mucho, y te hace confiar en que la realidad mixta puede comenzar a ser una realidad ya. Un ejemplo (antes impensable) es que puedes leer el correo o usar el móvil ¡¡¡con el visor puesto!!!
Evidentemente, todo esto tiene que soportarlo un procesador más potente que el anterior… Y así es, el Qualcomm SnapDragon XR2 Gen 2, sumado a sus 8GB de DRAM, funciona, al menos por el momento, sin problema alguno. Cuando más adelante los desarrolladores de software las exijan más, veremos. Pero por ahora van de lujo.
En cuanto al sonido, la verdad es que se oye bastante bien. El volumen es muy superior al de las Quest 2, que ya era más o menos adecuado. Se oye claro y ahora, alto. Yo tengo unos auriculares específicos para mis Quest, y la mayor parte de las veces no me hacen ni falta. ¡Punto positivo para Meta en este aspecto!
Elite Strap
Sobre la comodidad, tenemos que hacer un punto aparte para dejar claro que hay un mundo diferente de usabilidad con la Elite Strap (79 euros adicionales) que con la correa de tela que viene con las Quest 3 (o con las 2, porque tanto da una que otra). Y el punto clave de ambas es que, si vamos a utilizar nuestras Quest durante mucho tiempo, la correa original no es suficiente, y tenemos que rascarnos el bolsillo para comprarnos la Elite Strap (u otra similar de otra marca). Para un rato vale, pero si vamos a ponernos con la VR en condiciones (y para eso nos hemos comprado un visor), la correa de tela se queda corta.
Eso sí, con la Elite Strap (que además tenemos que volver a comprar, porque la de las Quest 2 no es compatible con la Q3), el visor es muy cómodo y soporta bien sesiones relativamente largas de juegos, ejercicio y demás. Evidentemente, cada persona tiene un nivel de aguante de VR, pero que por la correa no sea. Es más probable que te quedes sin batería antes que notes la incomodidad de las gafas.
Y con la iglesia nos hemos topado aquí, amigo Sancho… la batería es probablemente el punto más débil de las Meta Quest 3. Supuestamente debería durar al menos lo mismo que sus predecesoras, pero mi experiencia no ha sido esa. No he conseguido llegar ni a dos horas en ninguna carga. Meta incluso ha incluido una configuración de ahorro de energía en la configuración. Por algo será.
El visor permite ampliar de forma sencilla el espacio interior para usuarios con gafas (un problema recurrente en versiones anteriores) e incluso puedes encargar unas lentes graduadas (Zenni, 49 dólares) para personalizar tus Quest si tienes problemas serios de visión.
Ah, y por si alguien se lo preguntaba, sigue siendo un visor Standalone que no requiere cable alguno, va por WIFI (hasta 6e) pero que podemos seguir enchufando a un PC (o Airlink) para usarlas como PCVR.
Conclusión
El resumen es que las Meta Quest 3 son un visor fantástico para bucear todo lo que queramos en VR, donde ya podemos usar todo el software disponible para las Quest 2 pero con el que cada vez saldrán más juegos y experiencias que usaran todo su potencial (sobre todo en Realidad Mixta). El precio es aceptable (550 euros por el modelo de 128 GB, más que suficiente) y si se nos escapa de nuestro presupuesto, siempre podemos conformarnos con su hermano menor, las Quest 2 (350 euros). Aunque ya puestos, si bien las Quest 2 aun son un buen visor que podremos seguir utilizando durante tiempo, merece la pena rascarnos un poco el bolsillo y comprarnos las Quest 3.
Ficha
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