Análisis
Logitech Pro Racing Wheel, análisis: un asombroso volante que cambia la conducción
Logitech apunta alto con uno de sus productos más premium que demuestra el potencial de la marca en la gama alta del sector.
El mundo de los volantes es gigante, variado y repleto de opciones para todos los bolsillos. Pasa con todo tipo de accesorios vinculados a un género concreto -como los arcade stick en juegos de lucha- y es el clásico lugar en el que uno se puede perder fácilmente a la que se mete de lleno en él. Durante nuestro análisis de Gran Turismo 7 para PS VR2, pudimos adentrarnos precisamente en la experiencia que supone uno de los volantes más avanzados que ha creado Logitech: el Pro Racing Wheel. La respuesta, sus características y sus prestaciones hacen que la conducción cambie totalmente y que no podamos ver un juego de coches como lo hacíamos antes.
A Logitech se le conoce por volantes como el G29 o el G20, siendo el primero una propuesta muy sólida y bien ajustada a nivel de calidad-precio que ha penetrado en el público por sus prestaciones. Pero aquí estamos ante un salto cualitativo -y de costes, no nos engañaremos- superior que quiere mirar a los ojos a una gama más alta. Y que con los elementos que trae, lo consigue con creces.
Direct Drive, la fuerza del motor
Uno de los principales elementos diferenciales de este volante respecto a los anteriores mencionados o el propio G923 es que el Pro Racing Wheel cuenta con Direct Drive, lo que significa que hay una conexión directa entre el volante y el eje del motor. Esto significa que la experiencia de conducción y el feedback que recibimos en nuestras manos es mucho más directa y real, sin retardo en las sensaciones y vibraciones y con más matices en la conducción. Es el primer volante de la marca que establece esta tecnología y el resultado es realmente sorprendente.
El torque de hasta 11nm (newtonmetro) hace el resto, con una fuerza en el volante que sorprende no solo a los más neófitos en el tema, sino también a jugadores experimentados. La fuerza y respuesta de lo que sucede en pantalla se traslada de forma fiel a nuestras manos: desde pisar un piano levemente hasta hacer un trompo porque no hemos frenado a tiempo y se nos ha descontrolado el coche, todo se recrea con una potencia sorprendente y ajustada a la realidad. Tendremos pequeñas vibraciones sutiles en cambios de superfície y enormes temblores -que la mesa esté bien ajustada- cuando frenemos de golpe, impactemos con algún elemento o simplemente intentemos girar a toda velocidad en una curva cerrada.
El añadido TrueForce
A todo esto, hace falta añadir el aliño final a la fórmula: TrueForce, una de las novedades que pudimos ver en otros volantes de la marca y que lo que hace es transmitir el audio de la carrera en una vibración que va añadiendo efectos a nuestra experiencia. Así las cosas, los cambios de marcha, motores al ralentí o la sensación de adherencia a la pista también tienen su expresión en forma de vibración en el volante. Al final, lo que consigue el volante es que absolutamente todo lo que podría ofrecernos una conducción realista esté representado a través de su motor y del feedback que nos produce.
Es verdad que esta tecnología TrueForce depende primero de los videojuegos que lo tengan activado y sean compatibles, pero al menos donde hemos podido jugar nosotros (Gran Turismo 7, Dirty Rally 2.0) la diferencia es palpable y hace que la inmersión sea todavía mayor.
Diseño robusto y con buenos acabados
A nivel de diseño, el Logitech Pro Racing Wheel es un producto robusto y solvente, no solo por el peso de la base -algo ancha y espaciosa, se puede clavar fácilmente en una mesa y es compatible para colocar en setups más complejos-, sino también por el estilo de volante que ha diseñado la marca. Tenemos un acceso casi inmediato y sencillo en la mayoría de botones que se pueden necesitar para navegar por menús sin problema, es compatible con PS5, PS4 y PC, donde podremos personalizar todo tipo de elementos para que la experiencia sea lo más cómoda posible a nuestro gusto, y tiene una pequeña pantalla con algunos elementos de interfaz que se agradecen.
Podemos considerar como tamaño medio el diámetro del volante, en nuestro caso con unas manos no demasiado grandes nos ha parecido bastante cómodo y de buen agarre, con varias levas posteriores magnéticas de buena respuesta y fácilmente alcanzables, siendo las superiores algo más duras y las analógicas mucho más suaves. Aunque son una solución si no queremos comprar los pedales, lo mejor es pensar en la inversión global -no es barata, lo sabemos- si queremos dar el salto a este volante.
Por último, destacar que el agarre del volante nos ha parecido cómodo y firme, pensado para que podamos mantener el control a pesar de la gran cantidad de inputs que vamos a recibir a través del Direct Drive y el TrueForce recreando todo lo que sucede a toda velocidad en pantalla. A nivel de conexión, un simple cable USB va hacia la consola y otro para la fuente de alimentación (bastante considerable en tamaño). No necesitas más.
Pro Racing Pedals, un accesorio casi imprescindible
Uno de los elementos que puede ser menos convincente es el hecho de que los pedales se adquieran por separado, teniendo en cuenta que el volante ya supera los mil euros y que éstos cuestan 399 euros. La inversión es importante (nos vamos casi a los 1.500 euros) pero consideramos que lo que ofrece como experiencia estos pedales con celda de carga, sensores de efecto y otros detalles son la guinda del pastel para una apuesta muy fuerte de Logitech en una gama superior a sus volantes más famosos.
Nos ha sorprendido y a la vez gustado mucho la detección de presión de los pedales, que registran nuestra fuerza y eso permite que las sensaciones a la hora de acelerar, frenar o cambiar de marcha sea mucho más verosímil mientras estamos conduciendo. También sus elementos de personalización a la hora de ajustar el tacto y la posibilidad de moverlos horizontalmente para una mayor comodidad. SEguramente lo menos convincente son algunos acabados en plástico, teniendo en cuenta la categoría premium del dispositivo, aunque naturalmente todos los pedales están construidos con metal y son de calidad y destacan también por poderse usar de forma individual, sin el volante, lo que les aporta más versatilidad.
Conclusión
Logitech Pro Wheel Racing es una experiencia diferencial a la hora de sentir la conducción como nunca antes. La potencia y fuerza del motor con Direct Drive es impresionante y aporta un realismo sorprendente, y detalles como el TrueForce permiten que podamos tener todavía más matices en nuestras manos. De diseño compacto, sobrio y sólido, el volante transmite calidad y rendimiento por los cuatro costados. Es un salto cualitativo importante respecto otros volantes de la marca y se nota la voluntad de jugar en una liga superior. Los pedales también son de calidad, destacando por sus capacidades de ajuste y su uso independiente, aunque eso sí, el precio del pack acaba disparándose algo más de lo deseable. En todo caso, la experiencia es brillante en casi todos sus aspectos, y si le sumamos la realidad virtual de PS VR2 en el caso de Gran Turismo 7, el pack es simplemente imbatible.