Cómic
‘Las torres de Bois-Mauri’, reseña. Uno de los mejores cómics históricos
El belga Hermann, padre de ‘Jeremiah’, ‘Comanche’ y ‘Bernard Prince’, retrata como nadie el periodo de la Baja Edad Media.
Hermann es uno de los artistas, tanto guionista como dibujante, más importante del cómic europeo, sus personajes a diferencia de las creaciones de los grandes referentes de la escuela franco-belga (Moebius, Gosciny, Hergé…) están repletos de desesperación y se mueven en zonas grises dentro de historias en las que la violencia forma parte consustancial de la vida.
‘Las torres de Bois-Mauri’ es probablemente su mejor obra; un retrato crudo de la vida en la Edad Media que carece de pretensiones históricas, pues su personaje principal, el caballero Aymar, es fruto de su invención. Aunque es cierto que para la realización de la obra el belga llevó a cabo un exhaustivo estudio de la época: sus costumbres, sus vestimentas, las armas y los hechos históricos que sirven de cuadro general donde colocar su trama.
Resulta curioso que el mejor cómic de Hermann surgiera como una historia corta que se necesitaba para completar un álbum y poder publicar sus trabajos en el extranjero. Lo que en un principio eran cuatro páginas de relleno se convirtió en un tomo y este en una saga de 16 entregas.
Estructura
La obra se divide en dos grandes arcos, el primero de ellos consta de diez tomos y lleva el noble a recorrer Europa para terminar luchando en Tierra Santa en una búsqueda desesperada por recabar ayuda para recuperar sus tierras. Cada tomo recibe el nombre de un personaje con el que Aymar se va cruzando en su peregrinar, son personajes de todo tipo de estrato social que le sirven para pintar un cuadro sociológico y político de la época. La mirada que hace Hermann de la Edad Media está alejada del romanticismo con el que se suele representar en la literatura y el cómic, es un mundo violento, pobre y sucio donde la vida de un hombre de clase baja no vale nada. Solo la nobleza y el clero tienen un nivel de vida aceptable y su palabra es ley.
En su segundo arco, se describe la vida de los descendientes de Aymar, la obra se torna algo más reflexiva, pero no pierde su tono violento y pesimista sobre la naturaleza humana.
En sus viñetas se tratan temas como el abuso de poder, el fundamentalismo religioso, el nulo valor de la vida de las mujeres o la vía criminal como única forma de escapar a un régimen feudal que trataba a los súbditos como una mera mercancía.
El dibujo
A pesar de su enorme talento como narrador, donde Hermann destaca por encima de la mayoría de sus coetáneos es por su arte. Como buen representante de la escuela franco-belga sus estructuras son muy académicas limitándose en contadas ocasiones a ofrecer viñetas de grandes dimensiones. La fuerza de sus dibujos es tal que no necesita de grandes textos para contar sus historias, de hecho, es normal encontrarse con páginas en las que no hay ni bocadillos ni didascalias, pero en las que es muy sencillo seguir el hilo del relato. Su dibujo realista y ‘sucio’ se adapta perfectamente a lo que quiere contar y para el color delegó el trabajo de los primeros tres números en Fraymond, pero luego se hacer cargo de todo el proceso creativo y la obra gana en calidad.
Hermann es un maestro en anatomía humana y animal, en estructuras y sobre todo en el retrato, sus personajes son capaces de reflejar a través del rostro sus verdaderos sentimientos.
La edición de Planeta
Planeta cómic ha reeditado en tres tomos el primer arco de la colección que en su día sacó Norma Editorial tanto en álbumes en la colección Cimoc como en un integral. El volumen uno recoge las tres primeras entregas: ‘Babbette’, ‘Elosie de Montgrí’ y ‘Germán’. El dos recopila de la cuarta a la sexta: ‘Reinhardt’, ‘Alda’ y ‘Sigurd’. Y el último, de la séptima a la décima y está centrado en la campaña en Tierra Santa: ‘William’, ‘Seldjouki’, ‘Khaled’ y ‘Oliver’. El precio de cada uno es de 25 euros. Como curiosidad, Planeta también ha publicado el último álbum de la colección hasta la fecha, ‘El hombre del hacha’, dejando el resto del segundo arco en manos de Norma.
Conclusión
‘Las torres de Bois-Mauri’ es un grandísimo cómic, la obra cumbre de uno de los autores más destacados de Europa y una excelente ocasión para conocer de una manera bastante amena cómo era en realidad la vida en la Edad Media, que nada tiene que ver con los ideales que se han traslado desde la pantalla grande.