Jugamos a Phantom Blade Zero, el bestial rival de Sekiro y Devil May Cry en el Summer Game Fest 2024

La presencia de Phantom Blade Zero en el Summer Game Fest 2024 supuso un toque de atención a navegantes: S-GAME seguía trabajando en silencio en un proyecto que atrapa con tan solo echarle un vistazo. Un año después de su revelación bajo el manto de PlayStation, el equipo afincado en Beijing viaja hasta Los Ángeles para que todos los interesados pudieran comprobar de primera mano que lo suyo va muy en serio.

Así es Phantom Blade Zero, uno de los grandes juegos que llegarán en 2026

Su objetivo no es otro que el trono de los juegos de acción en esta generación. El responsable supervisando nuestra sesión nos explicaba que mucha gente lo confundía con otro soulslike, pero que ellos no apuntan en absoluto a la corriente de From Software. Buscan desplegar una experiencia puramente de acción que se asemeja más a Devil May Cry que a Dark Souls. No es un hack and slash en esencia, pero sí que despliega un surtido bastante amplio de combos y diversas herramientas en un combate que nos ha sorprendido bastante... y para bien.

La demo a la que MeriStation tuvo acceso durante el Summer Game Fest apenas ocupó 15 minutos. Puede que sobre el papel parezca poco. Sin embargo, lo aprovechamos muy bien. En ese tramo nos dio tiempo a jugar el tutorial, una sección de exploración contra enemigos rasos y un boss rush de tres enfrentamientos seguimos.

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El combate es espectacular. Insistimos: nos ha sorprendido un montón. Aunque los responsables todavía señalen que quedan al menos dos años de desarrollo (llevan tres recorridos), no parece en absoluto que esto esté para salir en 2026 como mínimo. Es sólido, rocoso, se ve espectacular gracias al uso de Unreal Engine 5... pero es que se juega todavía mejor. La cadena de animaciones permite que el combate fluya a la perfección. No se siente tosco en absoluto: recibimos el feedback de cada acción sobre el oponente como si el estudio fuese un auténtico veterano del género. Se juega muy pero que muy bien.

El combate basa sus fortalezas en el parry y en la evasión. Los enemigos realizan una parrilla de ataques que pueden ser contrarrestados con una u otra, y ahí es donde tu habilidad entra en juego. Puede que un bloqueo en el último segundo te salve la vida frente a un ataque imposible de evadir, y lo mismo ocurre al contrario. Los ataques de los rivales son legibles. No tienes la sensación de que es difícil pillar el timing. De hecho, si algo valoramos es que para aprender sus sistemas de juego apenas nos haya tomado cinco minutos. Rápidamente conectas con sus reglas.

Una decisión top tiene que ver con el uso que puedes hacer de tus armas equipadas. Similar a Nioh, puedes llevar dos armas principales equipadas al mismo tiempo sin correr a cargo de ninguna penalización. El giro aquí se encuentra en que si estás en medio de un combo y cambias de arma, multiplicas el combo con los movimientos exclusivos de la recién equipada. La contraprestación está en que evidentemente no puedes abusar del sistema. Tendrás que esperar un cooldown importante para volver a la anterior. Las dos hojas cuerpo a cuerpo conviven con otras dos a distancia que siguen la misma línea. En la demo teníamos un arco y un cañón explosivo. Casi nada.

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Los jefes a los que nos enfrentamos marcaban estilos de juego muy bien definidos. Uno de ellos lanzaba un candelabro de incienso que nos hacía instakill si no jugábamos con el escenario. Al lanzarlo, si saltábamos sobre los pilares del dojo podíamos evadirlo. Este tipo de decisiones en enfrentamientos así ofrecen un nivel de variedad que se agradece, y mucho. Otro de los jefes ponía a prueba nuestros reflejos. Cargaba su enorme espada para lanzar ondas de energía hacia donde nos encontrábamos. Evadir en el momento adecuado era la clave.

Phantom Blade Zero no va de farol

Da bastante bajona pensar que todavía quedan dos años para poder ver la versión final de Phantom Blade Zero en el mercado. Con tan solo quince minutos de demostración nos ha ganado con su saber hacer a la hora de tomar decisiones alrededor del combate. Es contundente y retante a la vez. No perdona un fallo, pero recompensa como pocos cuando clavas un parry en el momento adecuado. Ojito con lo que viene.