Hip-Hop y videojuegos, episodio 2: Straight Outta San Andreas

Un año después del temido, pero inexistente, Efecto 2000, Rockstar marcó un antes y un después en no ya en su saga estrella y gallina de huevos de oro, sino en el género del sandbox con GTA III. Lanzado en 2001, el salto respecto a anteriores entregas y juegos de mundo abierto fue tan abismal que seguramente sea el mayor jamás dado, estableciendo un nuevo listón al que llegar posteriormente. Más adelante, con GTA 4 (2008) y antes con GTA Vice City (2002), la compañía perfeccionó una fórmula llevándola también a diferentes épocas y ambientaciones.

Hip-Hop y videojuegos, episodio 1: el germen de dos culturas

De esta forma, GTA Vice City evidentemente se basaba en las historia de ‘Scarface’ (1983), conocida en España como ‘El precio del poder’, en la que Al Pacino encarna a un inmigrante cubano que, imparable, sube posiciones en la escala del poder criminalístico de Miami y la costa sur de Florida en general. Lo hace sin ningún tipo de reparo, caiga quien caiga (amigos y familia incluidos), y su final es tan trágico como predecible.

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Pero esta suerte de trilogía de los 128 bits (la cual podemos jugar al completo en GTA Trilogy: Definitive Edition) llegaría al punto más álgido, que ya es decir, con GTA San Andreas. Solo dos años después de Vice City, Rockstar lanzaría un juego mucho más grande y con muchísimas más posibilidades y cosas que hacer en un entorno enorme que abarcaba esta versión ficticia de Los Angeles y que nos llevaba, aunque brevemente, incluso a Las Vegas.

La década de los 80 terminó de manera convulsa en Estados Unidos. En un contexto de guerra entre bandas en la costa oeste del país, GTA San Andreas hace un paralelismo entre la disputa entre Bloods y Crips (Snoop Dogg es uno de los miembros más conocidos de esta última) y los Ballas y los Grove Street Family, de la que forma parte CJ, protagonista del videojuego. Por aquel entonces, se estaba gestando en Compton, uno de los peores barrios angelinos, una revolución musical que golpearía a todos los estamentos norteamericanos.

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El rap no era algo exclusivo de New York, y ya a mediados de los 80, un joven Andre Young (Dr. Dre) hacía sus pinitos con los vinilos, pinchando en fiestas de poca monta pero en las que demostraba un talento que le convertiría en una de las figuras más destacadas de la música negra en las siguientes décadas. No en vano, sería el descubridor de grandes estrellas como el mencionado Snoop Dogg, Eminem, o 50 Cent, entre otros.

Si algo le faltaba a Dre era una estructura grupal, algo que no se conseguiría sino con dinero. Este llegó gracias a Eric Wright (Eazy E), quien hizo acopio de una buena cantidad gracias a sus negocios relacionados con el narcotráfico, y a Jerry Heller, un agente blanco que a pesar de sus métodos poco éticos, fue capaz de ver el potencial del grupo, al que posteriormente se unirían DY Yella, MC Ren y sobre todo, O’Shea Jackson (Ice Cube), a quien hemos visto también en multitud de películas como ‘XXX 2′, ‘Anaconda’ o ‘Fantasmas de Marte’. Las posteriores trifulcas en el seno de la banda (de nombre NWA, Niggaz With Attitude) dejarían al descubierto uno de los rumores más fuertes sobre sus miembros, y es que era el propio Cube (también Ren) quien escribía la mayoría de las letras, incluyendo las partes en las que no rapeaba él.

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Su primer álbum, ‘Straight Outta Compton’ (1988) no hizo sino echar leña al fuego en un país envuelto en múltiples conflictos de carácter racial, con trifulcas alrededor de los 52 estados en que la policía no dudaba en hacer uso de la fuerza bruta ante las minorías latinas y sobre todo, negras. De hecho, fue el caso de Rodney King, en 1991, el más sonoro: King, después de cumplir una condena de dos años por un robo, fue detenido mientras trabajaba como taxista. Perseguido durante kilómetros por la policía angelina, finalmente fue detenido de manera brutal, una paliza en la que cuatro policías fueron denunciados por abuso de fuerza y por la que finalmente no serían condenados. NWA ya anticipó esta situación componiendo ‘Fuck tha police’, una canción prohibida en muchos de sus conciertos y por la que fueron detenidos al interpretarla en un concierto de Detroit, haciendo oídos sordos a las advertencias de las autoridades del estado de Michigan.

Después del lanzamiento de su primer disco, Ice Cube dejaría el grupo y compondría una de las más grandes canciones con beef de la historia, ‘No Vaseline’, cuyo título lo dice todo. El grupo ya nunca sería lo mismo, y como se cuenta en la película ‘Straight Outta Compton’, un posterior intento de acercamiento y reunión por parte de Eazy E no fructificaría debido a su enfermedad, ya que falleció por el virus VIH en 1995, no sin antes descubrirnos a otro fantástico grupo como Bone Thugs N Harmony.

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Este es el contexto histórico y cultural en el que disfrutamos de GTA San Andreas, un videojuego claramente influenciado por la obra y miembros de NWA, y es que es más que evidente el parecido, como podemos ver en la imagen sobre ese párrafo, entre Eazy E y Lance “Ryder” Wilson, Ice Cube y Sean “Sweet” Johnson, o incluso yéndonos a la costa oeste, siempre se habló de que Melvin “Big Smoke” Harris estaría basado en Notorious BIG. Pero más allá del parecido de los personajes, podemos hablar también, cómo no, del apartado musical.

No solo la banda sonora está repleta de éxitos de principios de los 90, con temas no solo de NWA y sus miembros en solitario, sino también de 2Pac, Cypress Hill, Too Short o Above the Law, por parte de Radio Los Santos. Pero si la vertiente del este era más acorde a nuestros gustos, Playback FM nos ofrecía también la obra de artistas y grupos como Public Enemy, Big Daddy Kane, Gangstarr o Slick Rick. De hecho, la canción principal de la intro suena puro costa oeste, con una producción que recuerda irremediablemente a lo mejor de nuestro grupo protagonista o a Cypress Hill, los favoritos de la comunidad latina.