Cine
Crítica de El Piloto, acción pura y sin pretensiones con Gerard Butler como protagonista
El actor encarna a un experimentado piloto que debe hacer frente a una situación límite tras un aterrizaje de emergencia.
Imagina la situación: Año Nuevo, viaje en avión y tormenta en ciernes. El Piloto es la nueva película dirigida por Jean-François Richet (Asalto al Distrito 13), un film que llega a la cartelera española el 10 de febrero. Gerard Butler (300) encarna a Brodie Torrance, un experto piloto que deberá ponerse a los mandos de un avión en circunstancias muy adversas.
Que el viaje no va resultar idílico se deja entrever a los pocos minutos, cuando Brodie echa un vistazo a la previsión meteorológica. Al representante de la compañía solo le interesan los números, así que decide desoír las recomendaciones y seguir adelante con el itinerario previsto. Como cabría esperar, la tormenta estalla y las comunicaciones se pierden. Es en ese instante cuando la experiencia del piloto queda patente: un rayo impacta y se ve obligado a realizar un peligroso aterrizaje de emergencia.
Un filme de acción tradicional
El pánico se adueña de los catorce pasajeros que se hallan en el avión, pero el piloto es capaz de aterrizar en una isla desconocida. A partir de entonces, la acción desborda y el espectador se ve envuelto en una trama de acción trepidante que se desarrolla durante el resto de la película. El Piloto es un filme de acción más o menos tradicional, que no sobresale por su trama ni por la construcción de sus personajes, muy arquetípicos, sino por ofrecer diversión directa sin mayores pretensiones.
Resulta que la isla a la que van a parar está controlada por mercenarios sanguinarios y sin escrúpulos. El Gobierno de Filipinas ha sido derrotado en varias ocasiones, por lo que no está dispuesto a perder más soldados. Naturalmente, la situación quiebra la armonía de los pasajeros, pues algunos empiezan a cuestionar la actuación de Brodie.
Un punto a tener en cuenta es que la película desarrolla varias tramas: la de la hija de Brodie, el enlace familiar, el de la hija afligida ante la posible pérdida de su padre. Por otro lado, la compañía trabaja en un plan de contingencia y busca rescatar a los supervivientes, de modo que contratan a mercenarios porque se huelen que algo muy feo está pasando. Ninguno de estos conflictos, ni siquiera los dramas personales de cada uno, llegan a conmover ni por un segundo.
Un héroe contra todos los enemigos
Brodie Torrance se alía con un pasajero inesperado. Louis Gaspare (Mike Colter) es un reo condenado por homicidio que viajaba junto a un policía. Sus habilidades para la guerra lo convierten en un socio crucial. Mientras tanto, el personaje de Butler juega el papel de héroe y carga sobre sus espaldas la responsabilidad de garantizar la seguridad del resto.
Las historias de los personajes, sus inquietudes y preocupaciones pasan a un segundo plano. Valga la redundancia, ninguno de ellos nos interesa lo más mínimo. Todo se pierde en la vorágine de acción, armas, disparos y heroicidades. Con todo, la película cumple sus objetivos: nos lo hemos pasado bomba, como escuchamos decir a alguien en la sala de cine.