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Crítica de ‘Echo’: Marvel Studios se queda a medias con su serie más violenta
A pesar de las buenas ideas, la trama repite ideas y se enquista, lo que lleva a un desarrollo errático y a un cierre no demasiado satisfactorio
Un suceso trágico en la infancia marca a una persona durante toda su vida. Maya López (Alaqua Cox), la protagonista de ‘Echo’, arrastra ese trauma desde que perdió a su madre en un accidente de coche. Alejada de su familia, en una Nueva York de violencia y asesinatos, la niña crece bajo la influencia del padrino del crimen, el temible Kingpin (Vincent D’Onofrio). Con la realidad retorcida y los valores resquebrajados, Maya se convierte en una mera asesina a sueldo. La nueva serie de Marvel Studios continúa la historia de ‘Ojo de Halcón’, pero desde el punto de vista de la mujer. Tras perpetrar su venganza, regresará a su pueblo natal, donde tendrá que confrontar sus problemas familiares y su destino como heredera de la nación Chowtaw.
‘Echo’ abraza las tradiciones indígenas y explora los orígenes de Maya. Descendiente de un linaje que se remonta a miles de años atrás, las visiones de un pasado remoto se arremolinan en su mente. Imágenes vivas, casi reales, de una época remota. Acuciada por las dudas, la joven deberá reconectar con sus raíces y descubrir la realidad que le ha sido arrebatada. Marvel Studios ha contado con el apoyo de la nación Chowtaw a la hora de desarrollar la serie, un hecho que se percibe en la sensibilidad y respeto con la que la producción trata todas las cuestiones relacionadas con los nativos americanos.
Buenas ideas, desarrollo repetitivo y embarullado
Ese punto de partida, a veces un tanto esotérico, marca el ritmo de ‘Echo’ y articula la narración, que se sustenta en el recorrido vital de Maya, de niña a mujer, de asesina letal a heredera de los Chowtaw. La miniserie arranca con fuerza, captura el interés del espectador y deja un reguero de sangre y de escenas de violencia. Vincent D’Onofrio vuelve a bordar su papel como Fisk y le confiere ese toque tan característico del personaje, tranquilo, pero dado a los ataques de ira iracundos, que culminan en arrebatos violentos y sangrientos.
A ‘Echo’, como a otras series de Marvel Studios, se le hace largo el formato serie, y eso que este producto solo tiene cinco episodios. Da demasiadas vueltas a las mismas cuestiones y no consigue desarrollar la trama de manera orgánica. De aquí a allá y vuelta al punto de partida. Cuenta con escenas de acción crudas y con coreografías muy trabajadas, pero todo ello diluye en una trama argumental dispersa, reiterativa, que llega al final con la lengua fuera y que ofrece un desenlace abrupto. Lo mismo ocurre con la relación de Maya y sus familiares, especialmente en el caso de su abuela Chula. La matriarca de la familia culpa a su nieta por los pecados del padre y trata de evitarla a toda costa, más tiras y aflojas, y al igual que otras tramas, el conflicto se resuelve a trompicones.
‘Echo’ no es mala serie. De hecho, los primeros capítulos son muy prometedores. Tenía potencial para haberse convertido en uno de los mejores productos de Marvel Studios, pero al final ni sí ni no ni blanco ni negro. Bien, sin más.