Capítulo 3
Un español en el Summer Game Fest 2024: Super Nintendo World, o cómo volver a ser un niño por 150 dólares
El tercer capítulo de mis aventuras por Los Ángeles tiene que ver con Super Nintendo World, aunque tuve que combatir antes con el gafe.
Cuando viajas al extranjero tienes que tener especial cuidado con lo que comes y bebes. Un vaso de agua del grifo o el derretir de los cubitos de hielo en tu delicioso refresco de cola pueden desencadenar una bola de nieve en tu intestino. Tras una larga cena terminé rendido sobre la cama de mi habitación. A los 10 segundos escuché un ruido procedente de mi barriga, como un trueno en plena noche. Era el inicio de una diarrea explosiva que ponía en jaque una de mis grandes ilusiones durante mi visita a Los Ángeles: Super Nintendo World en Universal Studios Hollywood.
Cinco llamadas al señor Roca y varias duchas mediante a altas horas de la madrugada fueron un dique de contención clave. En esos momentos se mezcla la paranoia de pensar que vas a ir a peor con el pequeño hilo de esperanza cuando los ruidos cesan durante unos segundos. Pero no volvió. Un amago mañanero me hizo saltar todas las alarmas, pero finalmente fue un falso positivo. Sorteé el gafe como mejor pude.
Y allí estaba, dos horas después a las puertas del parque rodeado de niños con gorras de Super Mario y padres con la cartera preparada ante lo que estaba por venir. Universal Studios se encuentra al norte de Los Ángeles. Prácticamente hay que cruzar todo el Downtown para llegar a una zona que vive bastante cerca de la naturaleza, cerca del lago de Hollywood y el parque Griffith, donde se encuentra el famosísimo observatorio. Es uno de los principales atractivos que puedes ver desde la ventanilla de tu Uber.
Debo decir que me esperaba bastante más gente en Universal Studios de lo que me encontré. Entramos casi una hora después de su apertura y ya se percibía el peregrinaje de los presentes hacia el reino. La zona de Super Nintendo World se encuentra en el extremo noroeste del parque. Desde la entrada debes cruzar toda la zona central, el espacio dedicado a Los Simpson y luego bajar por tres escaleras mecánicas que recuerdan el paseo de los aficionados del Barça cada vez que deben bajar de Montjuic. Una vez abajo hace lo propio con Jurassic Park, La Momia y Transformers hasta divisar la alcantarilla verde más famosa de la ficción.
No hay palabras para expresar qué se siente al recorrerla y salir del castillo de Peach por primera vez. Has estado jugando a estos juegos durante años. Forman parte de ti, de tu manera de entender los videojuegos y de tu infancia. Los pixeles ahora forman un decorado realista a una escala absolutamente espectacular. No hay detalle que se quede atrás. Las monedas brillando en bucle, las plantas piraña insinuando su ferocidad abriendo la boca, los Koopas andando a un ritmo especialmente gracioso... Pero lo que más me sorprendió es la calidad del escenario, la textura de los materiales. Te lo crees: es el Reino Champiñón frente a ti.
Es cierto que la dependencia del famoso reloj-banda hace que los que preferimos no desembolsar 47 dólares extra (más taxes, algo que oirás mucho en Los Ángeles) perdamos la mitad de la experiencia interactiva. La principal y única atracción es la dedicada a Mario Kart, de la que se ha hablado en incontables ocasiones. Yo no me escondo: a mí me ha encantado. Creo que es de las pocas veces en las que he preferido estar más tiempo esperando en la cola de lo que finalmente fue. Todo el decorado recorriendo la fortaleza de Bowser es un escándalo. Hay referencias a un montón de entregas de la IP, desde Yoshi’s Island hasta Mario Galaxy. Mi iPhone se bebió la batería de la cantidad de fotos y vídeos que hice en la poco más de media hora que permanecimos en cola.
Y el momento de sentarte en el kart llega, y lo hace sintiendo la ilusión de un niño. Puede que por momento sea lenta, o que se pueda hacer corta si no aprovechas todo lo relacionado con la realidad aumentada y las puntuaciones. Yo me lo pasé bomba. El éxtasis llega tras combatir contra Bowser, cuando el kart salta hacia la senda arcoíris en un espectáculo de luces y movimientos que va directo a mi memoria. Luego sales de la atracción y te colocan en el centro de la tienda oficial de la saga. Con el subidón pues te quieres comprar media tienda, hasta que ves los precios y vuelves a poner los pies en la tierra. La cola estaba llena; esto los americanos lo tienen bastante bien estudiado.
Pero Universal Studios Hollywood es más que Super Nintendo World, aunque debo decir que no sé a qué esperan para ampliar la zona y llenarla de nuevos atractivos. De largo es lo que más genera junto a la dedicada al universo ‘Harry Potter’. La recreación de Hogsmeade te hace sentir que realmente estás dentro del pueblo. Está petado de tiendas e interiores repletos de detalles extraídos de los libros y sus adaptaciones. A lo lejos se divisa una recreación de Hogwarts que no es plenamente accesible, aunque desde fuera te deja con la mandíbula en el suelo. La zona de ‘Los Simpson’ también está bien, aunque está más centrada en la restauración. Otro paseo obligatorio es el tour por los estudios de Universal, donde vives de cerca los decorados de las películas de los años dorados de Hollywood y alguna que otra sorpresa. Los 150 dólares de entrada merecieron la pena.
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Los días de descanso y los pequeños ratos muertos entre evento y evento se han acabado. A partir de este viernes comienza la verdadera batalla.