Sin remedio hacia un (triste) futuro digital
Que la versión premium de una consola, con un precio tan elevado, llegue sin lector, da pistas sobre el futuro que nos espera
El anuncio de PS5 Pro ha gustado a muy poca gente por diversidad de motivos. Ciertamente, el precio es uno de los factores principales, eso y la falta de una demostración más convincente de la razón de ser de esta nueva versión. Pero a mí, personalmente, siendo de los pocos que se ha atrevido a hablar en positivo de la máquina, el aspecto que más me ha decepcionado es la ausencia de lector por defecto. No sólo porque obliga a un sobregasto dentro de lo que es una inversión muy considerable, sino porque es toda una declaración de intenciones de lo que está por llegar.
Las compañías propietarias de plataformas tienen todas las llaves de sus métricas, un conocimiento exhaustivo de qué y cómo se compra en su sistema. Y a pesar de no tener acceso a esa información tan detallada, sí se sabe que la proporción físico/digital está más desequilibrada que nunca a favor de lo digital. Lo que parecía una quimera hace no tantos años se está convirtiendo en una tozuda realidad. A muchísima gente ya le da igual tener sus juegos en una caja o a tenerlos asociada a una cuenta digital que vaya usted a saber qué suerte correrá en el futuro. Tampoco es que la industria en su conjunto se haya molestado mucho en promocionar lo físico, algo a la que cada vez dedican menos atención y cariño, tal y como se puede comprobar en innumerables portadas carentes de interés o nula atención por detalles clásicos, como los manuales, que ya hace tiempo que adquirieron el status de reliquia. La inmediatez y la comodidad de lo digital, el hecho de que un disco no te libra de gigantescos parches de instalación o de un DRM encubierto, así como la cantidad y frecuencia de ofertas en las tiendas online, hacen que la balanza se decante cada vez más en la misma dirección.
A sabiendas de eso, con los números en la mano, PlayStation prueba las aguas con el convencimiento de que tiene poco que perder. Lo normal en un producto premium como se supone que es PS5 Pro sería que llegara con todas las prestaciones, pero la compañía japonesa apuesta a que el público potencial de la máquina no le importa no tener esa opción por defecto, lo que dice bastante de la clase de números que están manejando. Si la apuesta les sale, no hace falta tener una bola de cristal para saber cuál será la opción por defecto de una futura PlayStation 6. Sólo podemos esperar aquí que el tradicionalismo de Nintendo no se deje vencer por las tendencias, aunque en la compañía de Kioto también saben perfectamente la diferencia existente entre ventas digitales y físicas en su Switch.
De hecho, vamos de cabeza a un futuro en donde no va a haber término medio entre lo digital y la edición coleccionista. Ya lo estamos viendo en numerosos juegos, algunos de gran calado y presupuesto, que primero salen en digital y luego, si han funcionado bien, ya aparecen en físico en una edición cuidada y limitadísima que se convierte en rico pasto de especuladores. Lo físico como un lujo para quien se lo pueda permitir.
¿Y qué? dirán algunos. Claramente es el sentimiento mayoritario, a raíz de los datos. Podemos sacar a relucir manidos argumentos como lo poco recomendable que es que no haya copias físicas de juegos de cara a generaciones futuras, pero ese argumento se cae si la máquina en cuestión necesita una verificación online para funcionar. Una consola 100% digital sin internet es sólo un pisapapeles, y es un error pensar que siempre, en cualquier situación, vamos a tener internet. Resulta deprimente pensar que en 50 años quizás sea más fácil jugar a una NES original que a una máquina de la próxima generación, pero esto es lo que estamos comprando en conjunto, aunque algunos no estemos de acuerdo y ejerzamos nuestro derecho al pataleo vacuo. Por mi parte, la situación sólo me produce pena y algo de nostalgia. No estoy en una posición de máximos, como le pasa a algunos aficionados que afirman, estoicos, que no pasarán por lo digital y que antes de eso mejor quedarse permanentemente en el retro. Pero tampoco voy a hacerlo con una sonrisa, y desde luego que seguiré priorizando físico en la medida de mis posibilidades. No se puede hacer mucho más, si acaso echar una miradita nostálgica a la estantería, a esas cajas con sus manuales, mapas y extras que algunos tuvimos la suerte de vivir y disfrutar, cuando todos los usuarios éramos agasajados por igual sólo por el mero hecho de querer comprar un juego.
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