No, estimado Geoff, el E3 no se ha ido a Alemania. Sigamos buscándolo en el futuro
Un evento correcto, pero largo, previsible y falto de sorpresas.


“El E3 no ha muerto, se ha trasladado a Alemania” exclamaba Geoff Keighley al comienzo de la Opening Night Live que abre las puertas a cuatro días de feria en Colonia. Es una obvia exageración para encender al personal, los mejores E3, aquellos con las presentaciones de nuevas consolas o los anuncios más impactantes, son palabras mayores para cualquier evento en la historia del medio, por lo menos en cuanto a nivel informativo. Pero es cierto que con la desaparición del E3, Gamescom queda como la mayor feria mundial del videojuego, por encima de un Tokyo Game Show que lleva años escribiéndose en clave nacional.
Con dos horazas por delante, Geoff tuvo tiempo de recrearse en cada anuncio y permitir que muchos nombres tuvieran su espacio, con gameplay, tráilers y procesión de desarrolladores a contar cosas. Los primeros 15 minutos, dedicados exclusivamente a Call of Duty 7, marcaban el camino de cómo iba a discurrir el evento, aunque antes de eso, el maestro de ceremonias tuvo tiempo de anunciar que Silksong llegaría este 2025, lo que pondrá fin a uno de los desarrollos más extraños, crípticos y paranoides del videojuego contemporáneo. El Caballero y su peluca de payaso puede descansar al fin.

Con un ritmo lento, tirando a pesado, el calibre de los anuncios empezó bien en nombres: anime de Sekiro, un gran tráiler de la prometedora segunda temporada de Fallout 2 (rica en New Vegas), un nuevo Lego Batman que apunta a estelar, expansión de Indiana Jones, Onimusha: Way of the Sword, Lord of the Fallen 2 o un nuevo tráiler de Silent Hill formaban parte de los nombres sonados. Entre medias, estuvimos un buen rato con un evento cruzado entre Final Fantasy XIV y Monster Hunter, importante para Capcom y Square Enix por la retroalimentación de sus comunidades, sin duda, pero no tanto para un público general que busca, ante todo, novedades frescas.
Demasiadas caras conocidas
Las caras conocidas cumplían, pero al show le faltaba ritmo y novedades de peso. Muchas juegos ya presentados y otros que si bien sí hacían su debut, no conseguían levantar al público de los asientos. Geoff incluso apuntó a sorpresa con un nuevo juego de Ron Gilbert, pero la decepción fue mayúscula con una apuesta de roguelike bastante plana estéticamente, en las antípodas conceptuales de los proyectos más celebrados del creador de Maniac Mansion y Monkey Island.

Tuvimos, eso sí, un buen puñado de juegos para consolas y móviles protagonizados por waifus, en lo que viene siendo una constante en los últimos eventos, además de un puñado de juegos a los que les costó casuar una gran impresión (los dos títulos de NCSoft, por ejemplo, eran un auténtico batiburrillo de cosas, con Cinder en particular mezclando zombies con robots y vehículos en una amalgama difícil de encajar). Un tráiler no indica la calidad de un juego, ni para bien ni para mal, pero un evento pasa a la historia o no, precisamente por sus anuncios y tráilers.
Nos quedamos con algunos nombres propios que si bien tuvieron un paso fugaz, al menos son nombres a tener en cuenta para mirar en el futuro: anuncio en forma de teaser de Europa Universalis 5, secuela de Dawn of War, tráiler/teaser de lo nuevo del estudio que creó, nominalmente al menos, Disco Elysium, y una muestra bastante interesante de un Bloodlines 2 que está más cerca de lo que pensábamos. También celebramos el intermedio musical, con una de las mejores bandas sonoras de los últimos años: Expedition 33, en lo que esperamos que sea una de las muchas veces que las escuchamos en directo.

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En una estructura que ya nos resulta familiar, y con unos 30-40 minutos prescindibles entre medias, el show buscó inteligentemente cerrar con buen sabor de boca. Uno de los siempre espectaculares tráilers cinemáticos de Blizzard servía como carta de presentación a la nueva expansión de World of Warcraft; breve tráiler de Ghost of Yotei; Resident Evil 9 como fin de fiesta en un tráiler que dejaba más preguntas que respuestas. Y, también de forma inteligente, el siempre necesario “one more thing”, en forma de anuncio de nuevo proyecto de los creadores de Wukong: Black Myth: Zhong Kui.
Un evento correcto, que hubiera sido mucho mejor siendo algo más corto. Pero, como ya nos vamos tristemente habituando, falto de grandes sorpresas y sobrado de juegos que ya conocemos y esperamos para el futuro inmediato. Los eventos deberían servir, tal y como yo los veo y como los he vivido, para sorprendernos con lo que no conocemos, más que para consolidar lo existente, o al menos en parte. Pero últimamente nos viene casi todo telegrafiado y mascado, también en parte por la cantidad de eventos pregrabados a los que nos hemos acostumbrado. Seguiremos esperando al verdadero espíritu del espectáculo que precedía a un E3.
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