Manga
Zoro vs Sanji, las figuras de One Piece que explican qué personaje es mejor
Banpresto lanza nuevas figuras de One Piece que vienen a poner punto y final al debate más longevo del manga, ¿quién es la verdadera mano derecha de Luffy?
Dos gallos en un mismo corral. Eso han sido siempre Zoro y Sanji. Con el tiempo, la rivalidad entre ambos se ha vuelto una de las dinámicas más divertidas entre los miembros de los Sombrero de Paja. El cabeza de musgo y el cejotas, como se llaman entre sí, llevan picados desde que acabara el arco de Arabasta, cuando se puso precio a sus cabezas por primera vez y ambos empezaron a pelear por ver quién lograba una mayor recompensa. Pero la batalla entre sus fans ya venía de mucho antes. Y 25 años de One Piece después, seguimos sumidos en ella. ¿Los Shimotsuki o los Vinsmoke? ¿El cazador de piratas o el cocinero del Baratie? ¿Roronoa o Pierna negra? ¿El futuro mejor espadachín del mundo o el descubridor del All Blue? Los fieles de ambos continúan en pie de guerra, pero Banpresto ha venido a poner algo de paz con sus nuevas figuras sobre las alas del Rey de los Piratas.
Porque Banpresto acaba de inaugurar una nueva colección de figuras de One Piece y las de Zoro y Sanji son perfectas para sacar conclusiones sobre el debate entre ambos. La del espadachín se llama Roronoa Zoro (The Brush), vale 99 euros y pertenece a la serie Dioramatic. Tal y como muestra la calavera de Onigashima a sus pies, está inspirada en el arco de Wano y más en concreto en la pelea de Zoro contra King, el lunarian que hacía de cabeza de cartel de Kaido y los Piratas Bestias. Sus espadas (entre las que se encuentra ya Emma) son desmontables y podemos equiparle tantas como queramos y asignárselas donde queramos (mano derecha, izquierda y boca). Por su parte, la figura de Sanji se conoce como The Sanji Chronicle King Of Artist, pertenece al grupo homónimo, Chronicle King Of Artist, cuesta 58 euros y también muestra al personaje con su atuendo de Wano, pero no en pleno combate, sino fumándose un cigarrillo. Y esa es precisamente la clave de todo: la de uno apuesta por la acción y la de otro por la reflexión.
Nunca hubo una respuesta clara porque Zoro y Sanji son como el yin y el yang. Siempre hubo argumentos para hacer campaña por cualquiera de los dos porque Eiichiro Oda se empeñó en hacerlos incomparables. Uno es más fuerte y tiene mejores combates, está más centrado en la acción, mientras que el otro es más divertido y tiene una mejor historia a sus espaldas, está centrado en la emoción. Punto.
Oda volvió a brindarnos un gran ejemplo de esto hace unas semanas, cuando desveló el árbol genealógico de Zoro durante un parón del manga en el que aprovechó para celebrar una sesión de preguntas y respuestas en la revista Weekly Shonen Jump. Cansado de que le preguntaran por el tema, el autor aseguró que no tenía ninguna intención de profundizar en el pasado del espadachín en lo que resta de serie, por lo que se quitó el tema de encima con un bosquejo rápido. Nos dejó de improviso con todos esos flashbacks sobre los que tanto se ha teorizado en la comunidad.
En la imagen publicada por el mangaka, Zoro se confirmó como un descendiente del clan Shimotsuki, originario de Wano y responsable de la nueva y peligrosa espada del personaje, Enma. Las referencias a Ryuma y los guiños velados a Ushimaru de estos últimos años no habían sido por nada, pero Oda parece darle tan poca importancia a explicar el pasado del personaje que ha querido desvelar los orígenes del Cazador de Piratas en el lugar donde menos gente iba a leerlo.
A pesar de ello, ¿cómo negar que Zoro tiene el momento más bad ass de toda la serie? Han pasado 15 años desde que salvara a su tripulación en Thriller Bark (fue en el 376 del anime, en noviembre de 2008) y el “Nothing happened” que soltó entonces aún nos sigue poniendo los pelos de punta. También hay que admitir lo evidente y es que fue el único Sombrero de Paja en luchar codo con codo junto a Luffy en la azotea de Onigashima, en los primeros asaltos contra Kaidou y Big Mom. Capaz de cortar al primero y de resistir una taque combinado de ambos, Zoro ha demostrado poder enfrentarse a cualquiera. Ha sido el único mugiwara en mostrar el haki del conquistador (al margen de su capitán), se ha batido el cobre con todos los segundos de a bordo de las tripulaciones rivales y está llamado a darnos uno de los grandes enfrentamientos de lo que resta de serie: el duelo contra Dracule Mihawk.
Que esté tan centrado en la faceta guerrera no quita para que Zoro tenga su vena cómica (cómo olvidar el gag recurrente sobre su sentido de la orientación) y ha demostrado en reiteradas ocasiones preocuparse por los demás (como en lo referente a los portadores de la fruta SMILE). Tampoco es que carezca de misterios sobre su pasado (¿terminará por abrir el ojo izquierdo?) ni de dramas todavía pendientes de resolver (como el tema de Kuina y su parecido con Tashigi). Sigue siendo complejo y estando repleto de razones por las que amarlo, pero sin duda, lo más espectacular del espadachín sigue siendo verlo en acción, tal y como aparece en la figura.
Sanji ofrece la faceta contraria. Sin grandes batallas en el horizonte inmediato, sin haberse batido con ningún Emperador del Mar y sin alardes de haki del rey, nuestro cocinero favorito se las ha ingeniado para tener la tercera mayor recompensa de los Sombrero de Paja (sólo por detrás de Luffy, Zoro y Jinbe). Y para los que dicen que no ha tenido combates tan buenos como el resto, recordemos que ha tenido la pelea más difícil de la serie: la que libró contra su propio capitán en el arco de Whole Cake Island. Del mismo modo, para no estar centrado en la acción, bien que todos nos sabemos su set de movimientos (y gritamos cada diable jambe).
Con todo, hay que admitir que si Sanji nos conmueve es por su historia. Es de los pocos personajes que ha contado con dos arcos centrados en su pasado, el del Baratie y el de Whole Cake Island. Un privilegio que nos ha permitido conocer tanto a su terrible familia original (los Vinsmoke) como a su familia adoptiva (los Piratas Cocineros de la tripulación de Zeff). Es un personaje que derrocha amor por los cuatro costados y no solamente hacia todas esas mujeres que le hacen perder la cabeza. También hacia su padre y hermanos, por crueles que fueran, hacia aquellos que pasan hambre, incluso si se trata de enemigos, y hacia sus compañeros de tripulación (¡hasta el propio Zoro!).
Así pues, para qué demonios pelear. Se trata de dos personajes que deberíamos celebrar y por los que estar agradecidos. Son referentes, cada uno en su respectivo arquetipo, y se complementan a las mil maravillas. Si uno de los dos prevaleciera por completo sobre el otro, ¿qué gracia tendría? Así que dos figuras que cristalizan tan bien esta diversidad. Una alta y otra baja. Una en pleno ataque y otra en un momento de introspección. Y ambas excepcionalmente detallas y pintadas. Dos figuras, en definitiva, idónea, para combinar con la figura de Luffy que recoge el gesto más importante de One Piece. Que las alas del Rey de los Piratas sigan volando alto.