The Wind Waker, 20 años y 7 verdades del Zelda más bonito

The Legend of Zelda: The Wind Waker cumple este 2 de mayo 20 años desde que llegase a Europa como uno de los grandes salvavidas de Nintendo GameCube. La consola salió a precio de derribo más tarde que sus competidoras, pero las ventas no acompañaron como la compañía esperaba y Zelda llegó al rescate, aunque de forma inesperada para los tiempos que corrían. Era el primero que saltaba a una nueva generación de consolas tras la leyenda forjada en Ocarina of Time y las expectativas eran elevadísimas. Desde el Spaceworld 2000 hasta su desarrollo apresurado, repasamos los 7 momentos que marcaron el Zelda más bonito y expresivo que se ha hecho jamás.

Space World 2000, la demo que lo cambió todo

Nintendo celebraba un evento dedicado a sus juegos y consolas, hace años y llamado Space World, que marcó el devenir de The Wind Waker en el año 2000. Fue entonces cuando se emitió una demostración de lo que era capaz de hacer Gamecube. Pocos segundos en los que se veía a Link y Ganondorf enfrentándose con gráficos espectaculares a espadazo limpio y con un diseño oscuro y realista. Pero eso no gustó en el seno de Nintendo. Eiji Aonuma -actual productor de la saga- consideró que eso que se vio “no era un Zelda” y decidieron cambiar radicalmente de tono. El encargado de ese vídeo fue Yoshiaki Koizumi, quien había desarrollado tramas profundas de la saga como las de Majora’s Mask o Link’s Awakening. Dejó la serie y acabó en la de Super Mario.

Toon Link, protagonista de dibujos en la época de los héroes de acción

Un año después, en el siguiente Space World, saltó la liebre. Un Link de dibujos animados apareció en escena para luchar en un mundo fantasioso, repleto de colores y con personajes cabezones. El impacto fue enorme porque el cambio de registro fue radical. Los foros de videojuegos ardieron: que si era un juego para niños de cinco años, que tranquilos que este no era un Zelda de verdad y que luego anunciarían uno similar al visto en los 2000, que si quiero algo maduro... Ahí estaba la clave: era la época de los GTA III, Metal Gear Solid 2, Max Payne o Halo. Experiencias mal llamadas adultas (no por lo que suponía para estos juegos, si no por lo que se dejaba entrever hacia aquellos juegos que no seguían dicha línea estética). The Wind Waker cambió el registro que supuestamente tocaba por un Link expresivo que miraba a todos lados, se sorprendía, lloraba o gritaba. El tiempo ha puesto en valor este apartado artístico denostado en un primer momento. La banda sonora, magistral, acompañaba perfectamente al tono de la aventura.

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Consciente del legado construido

Con anterioridad ya habíamos tenido juegos de la saga que funcionaban a modo de secuela (Adventure of Link, Link’s Awakening y Majora’s Mask), pero ninguno tenía la conciencia de historia y legado que vimos en The Wind Waker. La introducción del juego, narrando los acontecimientos de Ocarina of Time y ubicándonos 100 años después es un buen ejemplo, como también la importancia de los ropajes verdes a modo de homenaje o, claro está, el descubrimiento de una Hyrule inundada bajo el océano porque el mundo se quedó sin héroe y no supieron afrontar el retorno del mal. Este discurso es importante porque habla de la época de Link adulto en Ocarina of Time: como en el juego, el personaje vuelve a su época -de niño- ese futuro se queda huérfano de héroe y luego sucede lo que vemos en este título.

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Aventura en alta mar: el sentido de la exploración

The Wind Waker cambió la estructura del mundo que habíamos conocido, con un gran océano por explorar a lomos del Mascarón Rojo, un misterioso barco parlanchín, por todo tipo de islas. Esto propició que el juego apostara mucho más por el sentido de la exploración que por otras de las virtudes de las que había hecho gala la saga hasta el momento. Controlar el viento y navegar era una parte imprescindible de una aventura que empezaría buscando a nuestra hermana raptada y acabaría luchando por salvar al mundo. La historia habla de temas importantes como la pérdida, los momentos de cambio y el crecimiento personal, sin buscar grandes discursos ni escenas elocuentes. Simplemente con el paso del juego.

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El mejor Ganondorf de toda la saga

The Wind Waker tiene probablemente el mejor Ganondorf que se ha diseñado y escrito en toda la saga. Es un personaje con muchos más matices y un discurso a veces melancólico y reflexivo, alejado del mal por el mal y la simple ansia de poder. Su personalidad está mucho más marcada y se nota su rencor hacia los habitantes de Hyrule. El diseño, diferenciado del de Ocarina of Time, también ayudaba a darle un toque más personal y distinto a otras apariciones a lo largo de la serie. El combate final con Link y Zelda haciéndole frente es pura épica. Su discurso, también.

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Un desarrollo apresurado que marcó el tramo final

Las ventas de Gamecube no salieron como se esperaba a pesar de tener un precio muy competitivo, y Nintendo necesitaba carne en el asador para poder recuperar el terreno perdido en una competición donde ya no estaba solo Sony, sino también Microsoft. Eso obligó a apresurar algunos desarrollos y marcó el tramo final de The Wind Waker. El juego acabó contando con menos mazmorras de lo que es tradición (aunque algunas seguían estando muy elaboradas) y ante la falta de templos, se alargó la experiencia teniendo que buscar ocho fragmentos de la trifuerza en una decisión discutible de diseño bastante tediosa y poco elaborada.

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Un remake en Wii U, pero sin noticias de Nintendo Switch

El título tuvo una segunda vida en Wii U, donde llegó con gráficos HD (y un brilli-brilli que rompía tal vez algo la estética tan de dibujos animados original) en el que se dieron dos decisiones clave de mejora: se redujo el tramo de búsqueda de la trifuerza, aunque no se recuperaron ni terminaron esas mazmorras que en teoría estaban a medio cocer, y se creó un objeto a modo vela rápida para poder navegar mucho más rápido. También se usó el gamepad para ver inventario y mapa en tiempo real y el modo héroe estaba de inicio. Curiosamente, a pesar de la gran cantidad de ports de Wii U a Switch, no tenemos noticias de una versión para la consola híbrida de Nintendo.

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Every game has a story. Only one is a legend.