Sobre la economía rota de Hollow Knight Silksong y la necesidad de un parche para el juego
Diario de un análisis, día 4. El Acto 2 es un ejercicio de resiliencia que se le está atragantando a más de uno.


Empiezan a extenderse en redes las críticas a Silksong por tener “una economía rota” y por hacerte pagar “hasta por guardar”. Hay gente exigiendo al Team Cherry un parche “necesario como el cagar” que ataje eso, el daño doble que hacen los enemigos normales y lo lento del sistema de curación (temas que abordábamos en la tercera entrada de este diario, “a vueltas con la dificultad y los lloros de internet”). Ahora mismo “la dificultad es artificial”, aseguran.
Entiendo que la mayoría de las quejas vienen de los recién llegados a la Ciudadela y empatizo con dichos peregrinos. Tras sobrevivir a uno de los combates más duros del juego (y no tanto por el jefe como por el camino hasta él), Silksong arranca el Acto 2 con un tramo tan largo como solitario que se nos ha hecho un poquito de bola.

A ciegas y aislados. En estancias en penumbra, sin mapa y sin contacto alguno con los amigos que habíamos hecho por el camino. A nuestra querida Bestia Campana le sustituye un sistema de transporte que tarda demasiado en ser funcional y los pocos, poquísimos bancos que encontramos exigen precios desorbitados por su uso. ¡Cobrar por guardar! Las Cámaras Corales son un ejercicio de resiliencia en toda regla.
Con todo, no dejamos de tener la sensación de que tiene todo el sentido del mundo. Es coherente con la narrativa. Un palacio abandonado, inmenso e intimidante. Salas descomunales y excesivas donde solo los ricos pueden descansar. El mayor de los desafíos para la mayor de las guerreras. No solo eso, sino que también tiene sentido con respecto al espíritu de Hollow Knight y Team Cherry.
Team Cherry charged only $20 for Silksong so that they can make a fortune charging for benches, bus stations and such.
— Rehvion (@rehvion) September 6, 2025
Linkedin vending machine gurus, sit and learn. pic.twitter.com/K1HQGQsYEf
Estamos hablando de un metroidvania que ya en su día nos obligaba a ‘pagar’ un peaje si queríamos ver nuestra posición en el mapa con una brújula. ¿Quieres saber dónde estás? Elige de qué ventaja vas a prescindir a cambio. ¿Te crees que eres capaz de identificar la sala en la que estás sobre plano? ¿Consideras que es fácil recordar el camino? “Comprobémoslo”. Era lo que distinguía a su exploración de la del resto. Era más desafiante y divertida.
Silksong lo lleva todo un paso más allá, pero también demuestra una y otra vez que no quiere que nos acomodemos en las tradiciones del género. Seguro que más de uno habéis topado ya con el banco trampa. O recibido el ataque de cierto monstruo en plena ciudad. Team Cherry no quiere que demos nada por hecho. Es un mundo caído en desgracia, inhóspito, donde aflora el peligro. Del mismo modo, no quiere que vaciemos los estantes de las tiendas cada vez que las visitemos. Quiere que elijamos. Que prioricemos. Que valoremos.
Y por más que las distancias en la Ciudadela se me hagan enormes y sus precios caros, creo que eso es lo que la diferencia del reino bajo la misma. Es lo que hace de ella un lugar aterrador para explorar. Cuando entro en una estancia donde sí hay gente, donde puedo descansar y donde la luz y la música reclaman de nuevo su protagonismo, es lo que hace que sienta que estoy ante una obra mayúscula en la que no soy más que eso, un insecto minúsculo.
the hunter's march experience #Silksong pic.twitter.com/5WUcv3FYqc
— MΔDDiE (@MiyanEatWorld) September 7, 2025
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