Qué serie veo hoy
Sherwood, una serie de asesinatos a la británica con un drama social muy potente
Nuestra recomendación diaria se centra en esta fantástica serie, que reflexiona sobre el rencor y el odio sostenido en el tiempo.
Las pequeñas comunidades muestran una doble cara: se crean vínculos muy fuertes entre los vecinos, pero la tragedia puede marcar el futuro de un pueblo durante años. En Sherwood, la situación ha llegado al límite, dos personas han aparecido asesinadas y las viejas heridas no cicatrizadas se han reabierto en canal. La serie protagonizada por estrellas como David Morrissey, Lesley Manville y Robert Genister sigue los cánones de la ficción policíaca británica, aunque los impregna de un componente social que transita en paralelo y que se entrecruza con los hechos del presente.
Década de los ochenta, condado de Nottinghamshire. Sherwood es un pueblo minero que se enfrentó a un momento crucial de su historia. La huelga estalló y los trabajadores no dudaron en cargar contra los esquiroles, lo que generó un clima de convivencia irrespirable.
Pocos años después, las minas cerraron, pero el rencor continuó envenenando a los vecinos durante las próximas cuatro décadas. Mientras unos parecen vivir en un pasado remoto que ya no existe, otros hacen la vista gorda e ignoran lo ocurrido; algunos, en cambio, todavía luchan por viejas rencillas. Las nuevas generaciones no conocieron esa época, pero viven las consecuencias de un conflicto nunca resuelto: familias enteras se rompieron entre partidarios de unos u de otros.
Escrita por James Graham, esta fantástica miniserie resuelve con soltura el drama social y su trama policíaca. Las dos se entretejen en esta realidad compleja, que afecta a todos y cada uno de los habitantes. El papel desempeñado por los agentes es otro de los puntos interesantes de Sherwood, ya que el gobierno utilizó a la policía política para influir en aquel conflicto social. Por otro lado, las espléndidas actuaciones de los actores elevan el dramatismo todavía más.
Sherwood plantea una reflexión y lanza el mensaje de que el odio no lleva a ninguna parte, especialmente ese rencor que traspasa todas las barreras y que lo infecta todo generación tras generación. Adrenalínica por momentos, pausada cuando la reflexión así lo requiere, sus ricos diálogos realzan el dramatismo y construyen personajes sólidos y creíbles, repletos de matices y de complejidades.