Pokémon
¿Por qué hay Pikachu en el Bosque Verde? La triste teoría de Pokémon Rojo y Azul
Aunque la presencia de Pikachu en el Bosque Verde en los primeros juegos de Pokémon fue para garantizar que los jugadores tuviesen acceso a él rápidamente, tiene implicaciones bastante desafortunadas.

Si a vosotros también os parecía raro que el gracioso Pikachu apareciese como Pokémon salvaje en el Bosque Verde en Pokémon Rojo y Azul, no sois los únicos. Una teoría sugiere que estos alegres roedores eléctricos habrían sido víctimas del abandono por parte de entrenadores que se cansaron de ellos. La idea se basa en lo extraño que resulta encontrar a este Pokémon eléctrico en el bosque, además de en la Central Eléctrica, considerada su hábitat natural. Esto conecta con un problema muy polémico de la vida real: el abandono de mascotas y animales exóticos tras una moda pasajera. ¿Podría el mundo de Pokémon estar reflejando, de manera no intencionada, la triste realidad del abandono animal?
¿Pikachus en el Bosque Verde en Pokémon Rojo y Azul? Algo no encaja, y esta siniestra teoría lo confirma
Aunque encontrar un Pikachu en el Bosque Verde de Pokémon Rojo y Azul puede parecer un mero golpe de suerte debido a su 5% de tasa de aparición en la hierba alta, hay algo extraño en su presencia en esta zona. En las ediciones Roja y Azul, el Bosque Verde está repleto de Pokémon tipo bicho como Caterpie y Weedle, además de Pidgey y Pidgeotto, introducidos en Pokémon Amarillo. Todas estas criaturas encajan de manera lógica en un ecosistema donde hay muchos insectos y aves depredadoras que se alimentan de ellos. Sin embargo, Pikachu, un Pokémon eléctrico con morfología de roedor, parece muy fuera de lugar en este entorno boscoso. Esto que ha llevado a que, con el paso de los años, muchos fans nos hagamos una inquietante pregunta: ¿de dónde han salido estos Pikachu?

Una teoría que explica de forma concienzuda este “error de Matrix” sugiere que estos Pikachu no serían nativos del bosque, sino que habrían sido abandonados allí por entrenadores que se cansaron de ellos. En el mundo de Pokémon, cuando a un entrenador deja de interesarle de una de estas criaturas, tiene dos opciones: almacenarlo indefinidamente en el sistema de Cajas del PC de Bill, o liberarlo en la naturaleza. Esta mecánica jugable, que permite liberar espacio o “suprimir” a Pokémon que ya no queremos, explicaría el concepto de abandono animal dentro de este universo. Por tanto, los anteriores entrenadores de estos Pikachu habrían optado por la segunda opción, llevándolos a un lugar aislado como el Bosque Verde para abandonarlos en un lugar laberíntico desde el que no pudieran regresar a casa. La propia descripción del bosque en distintas entregas de la franquicia, donde se define como un “laberinto natural donde muchos se pierden”, convertiría este lugar en un sitio ideal para deshacerse de un Pokémon no deseado por parte de entrenadores sin escrúpulos.
La hipótesis cobra aún más fuerza si comparamos la presencia de Pikachu en el Bosque Verde con su ratio de aparición en la Central Eléctrica, una estación hidroeléctrica abandonada que encaja mucho mejor con su naturaleza. En esta zona, Pikachu tiene una tasa de aparición del 25%, mientras que en el Bosque Verde es de apenas un 5%. Es decir, la mayor presencia de Pikachu en la central abandonada refuerza el hecho de que es el único lugar de toda Kanto en el que viven y se reproducen de manera natural, mientras que los pocos que hay en el Bosque Verde podrían considerarse una especie introducida en un hábitat ajeno por acción humana. Esto, a su vez, podría ser una referencia —intencionada o no— a lo que ocurre en la vida real con muchas mascotas exóticas que son abandonadas en la naturaleza cuando sus dueños ya no quieren hacerse cargo de ellas, creando desequilibrios graves en los ecosistemas dada la dura competencia por recursos como alimentos o material para anidar.

Por si no fuese suficiente, también hay una pista que apunta en esta dirección mediante el diálogo de una chica en el Museo de Ciudad Plateada, una metrópolis inmediatamente al norte del Bosque Verde. Este NPC dice, y citamos textualmente, “¡Quiero un Pikachu! ¡Es tan mono! ¡Le pedí a mi padre que me atrapara uno!”. Estos cuadros de diálogo refuerzan la idea de que Pikachu, como mascota y Pokémon para usar en combates dentro del mundo del juego, podría estar sufriendo un boom de popularidad que propiciaría muchos abandonos una vez que pasara la moda.
Sin embargo, la explicación más sencilla para la presencia de Pikachu en el Bosque Verde podría estar en una decisión de diseño por parte de Game Freak. Este Pokémon, al ser la mascota de facto de la franquicia y uno de los más queridos por los fans, se convertiría en uno de los más codiciados por los jugadores, queriendo incluirlo en sus equipos cuanto antes, mejor. Por ello, añadirlo en un área cerca del comienzo de la aventura era una forma de dar a los jugadores la oportunidad de capturarlo sin tener que llegar hasta la Central Eléctrica, una ubicación a la que solo podemos acceder hacia la mitad del juego. La rareza de Pikachu dentro del bosque, con ese 5% de posibilidades de encontrarnos con él, también puede considerarse un pequeño easter egg que recompensaba a los jugadores más pacientes o afortunados.

Independientemente de si esta teoría es cierta o simplemente una interpretación creativa de una mecánica de juego, una cosa está clara: los títulos de Pokémon han dado lugar, durante años, a todo tipo de análisis sobre su diseño. Incluso algo tan aparentemente inocuo como la distribución de Pokémon salvajes en diferentes hábitats podría albergar “mensajes ocultos” que sigan una lógica que explique sus comportamientos y su relación con el mundo del juego. Quizás la presencia de Pikachu en el Bosque Verde no sea más que una decisión de diseño sin ninguna “intención siniestra” detrás, pero el hecho de que, décadas después, esta simple decisión siga planteando interrogantes tan complejos, demuestra el impacto que Pokémon ha tenido en la cultura pop y en el mundo de los videojuegos.