Nadie ha hecho nada igual: Outer Wilds es uno de los mejores videojuegos de la historia y tengo motivos para convenceros de ello

Cuando hablamos de los mejores videojuegos de la historia no es nada extraño que salgan a la palestra nombres como Super Mario 64, Chrono Trigger, Final Fantasy VII o The Legend of Zelda: Ocarina of Time, entre otros. De hecho, si ahora mismo acudes a una red social o un foro de discusión y sueltas algunas de estos nombres, es muy probable que nadie te mire raro por ello; incluso encontrarás a muchas personas que estarán completamente de acuerdo contigo.

Pues hoy, como estoy aquí para hablar de mi libro —en realidad no, aunque tengo alguno—, quiero convencerte para que pruebes Outer Wilds, uno de los mejores juegos de la historia. Una obra de ciencia ficción muy especial, desarrollada por el pequeño estudio Mobius Digital y distribuido en 2019 por la siempre confiable Annapurna Interactive. Uno de los juegos más especiales que he visto nunca y que, aunque me toméis por loco, también para otros muchos jugadores. Incluso puede que también lo sea para vosotros, aunque aún no los sabéis (quizá dentro de 22 minutos os deis cuenta).

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Explorar es descubrir

Puede que afirmar que es la mejor mecánica de exploración jamás vista suene un tanto arriesgado, no lo niego, pero en mis más de 35 años (casi 30 de ellos jugando) nunca he visto una sensación de descubrimiento tan satisfactoria y no creo que vuelva a experimentar algo así. Pero vayamos por partes: ¿qué es exactamente Outer Wilds? Es, por encima de todo, una aventura de ciencia ficción en la que el elemento más importante es la exploración libre.

Pero lo que verdaderamente ha dado lugar a que muchos jugadores lo consideren una obra maestra es la manera en la que estimula nuestra curiosidad, ya que nosotros nos ponemos en la piel de un extraterrestre —por decir algo— que desea ¡encontrar vida extraterrestre! ¿Cómo? Surcando la galaxia a bordo de una nave espacial diseñada por un equipo de científicos expertos en la materia. Vamos, como la NASA, pero en otro planeta y bajo el nombre ‘Outer Wilds Ventures’.

Hasta el infinito... ¡y más allá!

Cuando hablamos de que Outer Wilds tiene unas mecánicas de exploración nunca vistas es gracias a la premisa argumental del juego, la cual vamos a describir sin entrar en demasiados spoilers. No os diremos qué es lo que buscamos en los confines de la galaxia, pero sí cómo lo hacemos. Resulta que estamos atrapados en un bucle temporal de 22 minutos que siempre comienza y acaba igual: al principio estamos en nuestra aldea natal junto a una nave espacial, y al final una supernova devora todo el universo y ¿morimos? ¡No! ¡despertamos de nuevo!

Lo más interesante es que nosotros somos conscientes de lo que sucede; sabemos que estamos condenados a morir dentro de 22 minutos y volver a empezar, pero los demás no, ya que actúan como si nada hubiese pasado y no saben absolutamente nada al respecto. Es una situación de lo más curiosa, ya que el ordenador de nuestra nave registra los progresos que logramos a pesar de que siempre volvemos al punto de partida.

Solo os vamos a poner un ejemplo explícito de lo maravilloso que resulta explorar en Outer Wilds: imaginad un par de planetas gemelos unidos por una columna de arena. Uno está repleto de arena mientras que otro es una roca perforada por miles de huecos. Pues bien, como parte de su ciclo natural, en cada bucle vemos en tiempo real cómo la arena de uno pasa al otro por la columna, haciendo que ambos planetas cambian de tamaño y estructura constantemente. Ahora pensad que cuando uno se vacía podemos explorar su interior, mientras que al llenarse tenemos la posibilidad de alanzar superficies elevadas. Sabemos que es difícil de explicar, básicamente porque no hay palabras para descubrir la sensación que tenemos la primera vez que lo vemos.

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No os vamos a decir lo que hay en otros planetas, pero todos tienen algo único y hay ocasiones en las que incluso sentimos miedo mientras exploramos, experimentando una sensación de agonía y soledad que nunca hemos visto en otro videojuego. Es una de esas obras que, por más que intentemos definir, tenéis que probar vosotros mismos. Podéis haceros una idea, pero solo jugando descubriréis por qué es tan especial.

Además, no tenéis excusa, ya que se encuentra disponible a precio reducido (24,99 euros) en PC, Nintendo Switch, PS5, PS4, Xbox Series X|S y Xbox One.

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