“La imagen es aterradora para los niños”, el anuncio de Diablo IV que aterra Melbourne

Diablo IV ya cuenta con su primera queja cristiana. Y ni siquiera se trata por el contenido del juego, aunque pueda tener algo que ver. La noticia nos llega desde el otro lado del mundo, Australia para ser exactos, y la razón es, cuanto menos, variopinta.

Bienvenidos al infierno, Melbourne

Se trata de un cartel promocional del título que Activision Blizzard había colocado en una de las carreteras de la ciudad australiana. En él, aparece la figura de Lilith, imagen y cara del juego, junto al lema “Welcome to hell, Melbourne” y la fecha de estreno del juego. Un cartel de lo más inofensivo, o no, pues parece ser que un padre angustiado ha decidido hacer patente su preocupación mediante una queja a las autoridades australianas encargadas de la regulación de los anuncios.

“La imagen es aterradora para los niños ya que la figura demoniaca mira fijamente a la cámara, dando la sensación de que te mira directamente a los ojos” comienza la queja. Hasta aquí puede resultar hasta comprensible el problema, sin embargo parece que este no es el único motivo para anteponer la queja, existe un problema muchísimo mayor: “Es aterradora para los niños que la ven, pero incluso como adulto trae recuerdos del infierno de los dos años de confinamientos aquí en Melbourne”. Hay que reconocer que el giro de guion al final de la queja se lo esperaban pocas personas, sobre todo, cuando todos pensábamos que esto iba a ser un nuevo clamor de la frase “¿Es que nadie piensa en los niños?”. Pero no, el problema no son los niños (únicamente) sino las secuelas que, una vez más, la pandemia de Covid-19 ha dejado en esta maltratada sociedad.

El problema siempre fueron los videojuegos

Alejándonos de las bromas y comentarios jocosos, lo cierto es que esta es una situación a la que muchos juegos suelen enfrentarse. Siempre ha existido cierta concepción en generaciones más adultas sobre cómo los juegos “te vuelven agresivo”, véase el caso del presidente francés hace pocas semanas tras las protestas acontecidas en su país, y parece que con el paso de los años poco hemos logrado avanzar en este sentido. Los videojuegos seguirán siendo, en muchas ocasiones, el chivo expiatorio para no prestar atención a los verdaderos problemas que afectan a la sociedad.