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Ibai termina Only Up y logra su mayor hazaña como gamer: “No quiero hacer esto nunca más”
El juego de moda del verano, Only Up, ha llevado a Ibai Llanos al borde de las lágrimas y a muchos enfados, pero el streamer al fin ha logrado terminarlo.
Aullando como un lobo. Poseído por el espíritu de Cristiano Ronaldo y gritando Síuuu como un loco. Al borde de las lágrimas. Así ha empezado a celebrar Ibai al darse cuenta de que había terminando Only Up, el juego de moda entre los creadores de contenido. Han sido muchas sesiones intentándolo y muchas frustraciones, pero tras proferir más insultos que un argentino, tras romper varios cascos lanzándolos contra la pared y tras dejarse los nudillos golpeando su silla, don Ibai Llanos Garatea (Bilbao, 1995) ha hecho historia y ha logrado la que para muchos es su mayor hazaña como gamer.
“Gracias, gracias, gracias hijo de la grandísima... A tomar por culo ya esta mierda. Voy a poner esto de tweet fijado. Yo estuve aquí. Yo estuve. No quiero tocar esto nunca más. Qué puta mierda de juego. Interstellar. ¿Cuántos clips ha habido de esto? Qué malo soy, dios santo de mi vida. Sólo queda que KOI se meta en el mundial para completar esta semana. Y ganar el sábado en la King’s League.
El streamer cuenta con más de cinco vídeos de Only Up en su canal de Youtube y ha hecho streamings de más de dos horas jugando que al final terminaban con él fracasando y teniendo que volver a rehacer todo un segmento del juego. Hasta se ha tenido que mirar cómo lo hacían los speedrunners y ha buscado guías y consejos para superar el título.
Aquí una muestra de las frustraciones de Ibai, tan divertidas para su comunidad y sus espectadores como enervantes para él.
¿Dónde descargar Only Up?
Ni es free to play ni está disponible en consolas. Only Up solo se puede encontrar en Steam (aunque en móviles hay varios clones del mismo nombre, por desgracia no tan parecidos en la práctica).
El objetivo del juego es muy sencillo: llegar a lo más alto. Nuestro personaje salta, escala y se mueve en dirección ascendente sin parar, pero tiene unos controles tan sensibles (o tan malos) que a la mínima se cae de la plataforma en la que está y toca volver a empezar. A aquellos valientes con el ojo puesto en él, un solo consejo: armaros de paciencia.