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Historia de los Videojuegos

Historia de los videojuegos: la edad de oro de las máquinas electromecánicas

De las cenizas de las grandes guerras mundiales, nació una nueva era de sofisticación en el entretenimiento

Historia de los videojuegos: la edad de oro de las máquinas electromecánicas

Ya hemos hablado de la primera generación de máquinas eléctricas operadas con monedas y de máquinas electromecánicas, ya también hemos querido repasar la historia de los Pinballs como un homenaje a una trayectoria paralela, propia pero con puntos en común con el propio videojuego. Pero todavía nos queda un último paso antes de entrar en el terreno de la computación. Lo cierto es que ya aquí la historia se comienza a bifurcar y ramificar. Tennis for Two, considerado a todas luces como el primer videojuego como tal, nace en 1958. Antes de él ya habíamos presenciado las primeras simulaciones computerizadas de juegos de mesa como el nim o el ajedrez (de aquella manera), así que ya tenemos a mitad de siglo XX antecesores más directos del videojuego moderno. Pero es necesario que antes de saltar a ellos, volvamos al resurgimiento de las máquinas electromecánicas y a su edad de oro, la década entre los 60 y los 70.

Ya vimos como las primeras máquinas electromecánicas eran bastante simplonas y rudimentarias. El hecho de que fueran electromecánicas era lo que les daba su aire revolucionario, pero eso pronto quedó obsoleto. Las nuevas tecnologías permitían a creativos visionarios idear experiencias cada vez más elaboradas, nuevas mecánicas e ideas como juegos de disparos cada vez más elaborados o experiencias . Sería en 1965 cuando una compañía japonesa llamada Nakamura Manufacturing (compañía que luego cambiaría su nombre a Namco) lanzó al mercado un juego que traducido vendría a ser algo así como “Lanzador de torpedos”. Poco más tarde, una compañía fundada por un americano, Sega, lanzaba un juego que revolucionaría y revitalizaría la escena de los salones recreativos: Periscope.

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No está muy claro cómo aparecieron dos máquinas tan similares y hay diversas teorías y especulaciones. Una de las más creíbles es que Masaya Nakamura diseñó la máquina, ya que está bien establecido que fue una de sus primeras creaciones, y luego vendió los derechos (ya que él mismo reconoció que vendió varios juegos de su primeros años a la competencia) -otra menos amable es que la Sega de David Rosen simplemente lo copió-. En todo caso, sería Sega la que se llevó el gato del reconocimiento al agua. Su primera iteración era una enorme cabina con tres periscopios, en la que cada jugador usaba el suyo para apuntar a los barcos movidos mecánicamentes al fondo y disparar unos misiles que viajaban como haces de luz por debajo de una superficie que simulaba el mar. Fue un gran éxito en diversas ferias y exposiciones, pero la cabina original era muy difícil de exportar, así que se realizó un diseño unipersonal que fue un enorme éxito internacional. Periscope puso a Sega en el mapa internacional y es considerado como el juego arcade más lucrativo de su época.

Detectando un renovado interés del público por el entretenimiento electromecánico, el sector comenzó a reactivarse internacionalmente. A principios de los 60, los salones recreativos en Estados Unidos estaban en decadencia, pero la irrupción de Periscope y otros juegos que le acompañaron volvieron a acaparar el interés de un público cada vez más entusiasta que motivaba a las casas a crear experiencias diferentes con los medios que tenían. En algunos casos, esa competencia no sería exactamente deportiva, ya que por ejemplo Sega, después de haber golpeado como un rayo el mercado, fue sometida a un marcaje estrecho por parte de las casas estadounidenses; cada nuevo producto era contestado por dos o tres clónicos descarados que se comían sus posibilidades en occidente por el sobrecoste de la importación (aunque la demanda interna desde Japón era tal que el negocio seguía funcionando).

Dejando de lado tácticas más marrulleras, fue una época de enorme creatividad, ingenio e ingenuidad. Las compañías usaban todo tipo de técnicas para crear experiencias diferentes y elaboradas, tales como hologramas, maquetas móviles, dispositivos mecánicos, espejos cintas con secuencias de vídeo, pistolas o escopetas de luz y cualquier elemento que les permitiera recrear la fantasía que querían poner en manos de los jugadores. Algunas de las grandes leyendas del videojuego nacieron aquí, justo a tiempo para asistir a la revolución que supondría la computerización en este sector.

Semana anterior: Breve historia de los Pinballs