Historia de los videojuegos: antes de todo
Antes de que los videojuegos existieran, la gente ya veía en los avances tecnológicos una oportunidad de divertirse
Cuando uno piensa en videojuegos, piensa en algo relativamente actual, un medio más joven que cualquier otro, que está conectado a nuestro presente y pasado reciente. Pero el hecho de utilizar la tecnología para nuestro entretenimiento (o para el lucro del empresario) es algo que tiene unas raíces más profundas, varias décadas antes del primer videojuego como tal. Con la irrupción de la electricidad, en el cruce de caminos entre el siglo XIX el XX empezaron a surgir asentamientos llamados “Penny Arcades” compuestos de máquinas que funcionaban con un penique y automatizaban entretenimientos que hasta entonces eran dominio de las ferias ambulantes.
Estas primeras máquinas eran de lo más variopintas: retos de fuerza, medidores del amor, adivinadores mecánicos del futuro, o mutoscopios que permitían ver breves secuencias animadas a través de unos anteojos (muy populares una vez que avispados oportunistas empezaron a introducir secuencias eróticas y desnudos, demostrando que hay cosas que no cambian ni con el paso de los siglos). Estas máquinas proporcionaban el entretenimiento buscado con un mínimo de mantenimiento y con reducida intervención humana, lo que dejaba más beneficios en las manos de los primeros emprendedores en el campo.
Eran, por supuesto, cosas muy simples y con un mínimo de interacción, pero demostraron ser muy exitosas y eso condujo a nuevos diseños que iban a caballo de los avances técnicos vertiginosos que se vivieron a comienzo del siglo XX. En la primera mitad del siglo aparecerían nuevas y más avanzadas posibilidades que empezaban a convertirse en fenómenos populares. Por un lado, se popularizaron de forma explosiva los pinballs, evolucionando a partir de diseños que datan del Siglo XVIII (y cuya historia repasaremos en una entrada dedicada a ellos), y por otro lado empezaron a surgir los antecesores directos de los videojuegos: los juegos electromecánicos, dispositivos más avanzados y complejos que permitían vivir experiencias cada vez más elaboradas.
El amanecer de los juegos electromecánicos
Por ejemplo, en 1941, la compañía International Mutoscope presentaba Drive-Mobile, uno de los primeros éxitos de conducción electromecánicos, en el que podíamos controlar un coche con un volante con el objetivo de llegar desde Los Angeles a Nueva York, acumulando puntuación el proceso. Moviendo nuestro vehículo de izquierda a derecha a través de una ilusión de carretera formada por un cilindro móvil pintado, el juego iba evaluando (de aquella manera) nuestra pericia al volante y dejaba el modelo que otros imitarían o tratarían de superar con diversas técnicas.
En ese sentido destaca sobremanera el bastante posterior Auto Test de Capital Projector. Presentado en 1953 y con un propósito diferente al del entretenimiento, ya que fue una máquina ideada para el aprendizaje . La idea aquí se apoyaba en controlar nuestro “vehículo” sobre una proyección de vídeo, lo que le daba un realismo inusitado para la época (cuando funcionaba el proyector) y lo convertía además en el primer juego Full Motion Video, o al menos en un antecesor directo, muchos años antes de que ese concepto existiera como tal con la irrupción de Laserdisc.
En el siguiente capítulo haremos un paréntesis en la progresión de los juegos electromecánicospara abordar (de forma muy reducida) la prometida historia de unos primos hermanos del videojuego: los pinballs, cuya evolución, e incluso vicisitudes legales, contribuyeron en buena medida a una búsqueda de la interactividad que sería clave en la evolución del medio.