Expedition 33 culmina su milagro: Juego del Año en The Game Awards 2025. C’est le GOTY

La imagen ya es parte de la historia reciente del medio: se abre el último sobre de la noche en los The Game Awards, se hace una pausa calculada y se pronuncia un nombre Clair Obscur: Expedition 33 como Juego del Año. El aplauso que estalla en el Peacock Theater no es sólo por un ganador más en la lista, sino por el reconocimiento a un RPG nacido muy lejos de cualquier lógica industrial, en un pequeño e improbable estudio de Montpellier, formado alrededor del sueño de Guillaume Broche de volver a cierta era clásica del JRPG.

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En Meristation, aquel juego debutante se llevó un 9,4 y una definición que hoy suena casi premonitoria: “ha nacido una nueva estrella del RPG en el firmamento”, un título redondo, emocionante, hermoso comienzo para su estudio y punto de partida tremendamente prometedor para los jugadores. Meses después, Expedition 33 se convertía también en nuestro GOTY 2025, en un año saturado de gigantes, mientras en Metacritic se estabilizaba en el entorno del sobresaliente y en la zona alta de los usuarios, rozando cifras históricas de puntuación en PC, PlayStation y Xbox.

Su lista de logros, ahora sí en el sentido amplio de la palabra, impresiona tanto como cualquier árbol de habilidades del propio juego. Medio millón de copias en apenas 24 horas, un millón en tres días, 2 millones en doce y 3,3 millones en 33 días, en uno de esos guiños numéricos que parecían escritos por el propio equipo Para octubre ya había superado los 5 millones de unidades vendidas, con un “gracias” en forma de gran actualización gratuita y el honor añadido de convertirse en el mayor estreno de un juego third party en Xbox Game Pass durante 2025.

Antes de llegar a Los Ángeles, Expedition 33 había arrasado en la temporada de premios: siete galardones en los Golden Joystick, incluido el premio a Juego Definitivo del Año, Mejor Narrativa, Mejor Banda Sonora, Mejor Diseño Visual y estudio del año para Sandfall Interactive, además de reconocimientos paralelos para su música en listas de Billboard y ceremonias especializadas. En The Game Awards aterrizó con un récord histórico de nominaciones, trece en total, que abarcan desde dirección y narrativa hasta actuación y música, antes de rematar la noche con el GOTY que cierra su círculo de forma casi inevitable.

La expedición de Sandfall: vocación, vulnerabilidad y sorpresa

Lo que hace singular a este triunfo es cómo contrasta la magnitud del palmarés con la modestia de sus orígenes. En 2019, Guillaume Broche abría por primera vez Unreal Engine en su tiempo libre, sin experiencia previa como programador, con una idea muy clara en la cabeza: una gran aventura de rol que bebiera de sus amores adolescentes, de Final Fantasy VIII a X, del JRPG teatral, del combate por turnos con alma de acción y de una sensibilidad propia, francesa, muy marcada.

En 2020, Broche y François Meurisse dejan sus anteriores trabajos y fundan el estudio en Montpellier con una idea en apariencia razonable: un proyecto “relativamente modesto” que podría resolverse en un año con un equipo de cinco o seis personas. La realidad, como suele ocurrir con los buenos RPG, decidió desviarse del plan inicial. A base de más de entrevistas ficharon a un grupo joven pero experimentado, internacional y ferozmente motivado, priorizando el potencial y las ganas de superarse por encima de los currículos kilométricos.

El resultado fue un equipo estable de unas treinta personas, reforzado por el apoyo editorial de Kepler, que apostó por un juego de una sola campaña, sin multijugador, volcado completamente en la experiencia para un jugador, buscando además apoyo externo por encargo para llenar las lagunas que un equipo pequeño no puede abordar. Frente a estudios sobredimensionados, lo de Sandfall Interactive ha denotado inteligencia y buena gestión de los recursos para hacer mucho, con lo justo: un presupuesto por debajo de los 10 millones de dólares, ridículo en una industria en donde los AAA se van fácilmente a los 200-500 millones.

El propio director creativo ha contado estos meses que siempre pensó que Expedition 33 sería “un juego muy chulo” para un nicho concreto, pero que jamás esperó que se convirtiera en algo tan grande; el éxito, decía, le parecía casi absurdo por lo desbordante, y hablaba de años trabajando en “el proyecto de sus sueños” y de lo abrumador que resultaba comprobar hasta qué punto había resonado en jugadores de todo el mundo. En paralelo, actores como Ben Starr, voz de Verso, han subrayado que el secreto de este fenómeno está en una visión sin complejos, nada cínica, y en una honestidad emocional que ha permitido a los jugadores abrazar a sus personajes con una intensidad que pocas producciones logran.

Hoy, con la estatuilla de The Game Awards en las manos y un palmarés que incluye millones de copias vendidas, récord de nominaciones, lluvia de premios y un impacto cultural difícil de discutir, Sandfall Interactive confirma aquello que su propio juego sugería desde el primer tráiler: que a veces basta con un pequeño grupo, férreamente decidido, para cambiar el mundo.

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