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Este es el motivo por el que el universo de Fallout está anclado en una estética de los años 50
La utilización de las válvulas de vacío en lugar de los transistores, más eficientes, es uno de los principales puntos de divergencia entre el mundo de Fallout y el nuestro.
La serie ‘Fallout’ de Amazon Prime Video ha revitalizado la saga, y hay un repunte de interés en los videojuegos como consecuencia. Una de las mayores incógnitas de este universo post-apocalíptico, especialmente para los recién llegados, es la decisión deliberada de mostrar una estética anclada en los años 50. Y es que esta imposición tendría su origen en que en este mundo ficticio, las válvulas de vacío alcanzaron una popularidad mayor que los transistores como componente electrónico.
La popularidad de las válvulas de vacío frente a los transistores son el motivo por el que la tecnología parece anclada en los años 50
En origen, el mundo y la historia del planeta Tierra de la saga Fallout son idénticas a la de nuestro mundo hasta llegar al punto de divergencia alrededor del año 1945, tras terminar la Segunda Guerra Mundial. Leonard Boyarsky y Tim Cain, dos de los creadores del universo Fallout, decidieron que una de las principales diferencias entre su mundo ficticio y el real fuese el hecho de que los transistores nunca llegaron a sustituir del todo a la válvula de vacío. Es decir, aunque sí se llegaron a crear, nunca se llegó a plantear que su fabricación en masa pudiese servir para sustituir a las válvulas termoiónicas como un componente electrónico más eficiente.
Las válvulas de vacío o válvulas termoiónicas son un componente electrónico que sirve para amplificar, conmutar o modificar una señal eléctrica. Su creación a principios del siglo XX posibilitó el desarrollo de la electrónica primitiva hasta mediados de este siglo. Esta tecnología entró en desuso con la creación del transistor y otros componentes de estado sólido que eran más pequeños, baratos y fiables que las válvulas termoiónicas.
Dada la prácticamente nula existencia de la microelectrónica en el universo de la saga Fallout, esto explica lo rudimentarios que son los ordenadores en el año 2077, con pantallas de fósforo verde y capacidades y memoria similares a los disponibles en la vida real a finales de los años 70. Por otro lado, los centros de supercomputación representados en los videojuegos poseen también un tamaño enorme.
No obstante, esta peculiar decisión plantea nuevas incógnitas. Por ejemplo, las granadas de pulso electromagnético de Fallout y Fallout 2 son muy potentes contra los enemigos robóticos, lo cual implica que usan circuitería basada en transistores, mientras que si sus sistemas fuesen creados puramente con válvulas de vacío los pulsos electromagnéticos no les afectarían.
La cultura influye en el desarrollo tecnológico
Jonathan Nolan y Walton Goggins, respectivamente productor ejecutivo y director de varios episodios y actor principal de la serie ‘Fallout’ de 2024, han revelado en entrevistas que en este universo, Estados Unidos no ha experimentado la Guerra de Vietnam, el Escándalo Watergate y la contracultura a lo Woodstock de los años 60, eventos definitorios de la historia del país y que obligaron a la nación a enfrentarse a sus propios pecados y replantearse su posición en el mundo. En su lugar, la Estados Unidos de Fallout es una nación que aún conserva su orgullo tras su victoria en la Segunda Guerra Mundial y que odia el comunismo con todo su ser.
Esto ha influido indudablemente en el propio desarrollo cultural del país y en su progreso tecnológico, ya que en lugar de intentar crear máquinas más eficientes en tamaño y en consumo de energía o promover fuentes de energía limpias como la solar o la eólica, Estados Unidos “abrazó” el “poder del átomo” en su totalidad apostando todo a la energía nuclear. El resultado es que la energía nuclear se utiliza en el ámbito doméstico y en elementos como vehículos, y su proliferación tuvo como consecuencia el desarrollo de una industria armamentística y una robótica mucho más avanzada que la que hay disponible actualmente en el mundo real.
La larga vida de las fuentes de energía basadas en la energía nuclear es lo que ha permitido que incluso varios cientos de años después tras la Gran Guerra de 2077, aparatos como las Servoarmaduras de grado militar sigan plenamente operativas.
A nivel cultural, la Estados Unidos representada en Fallout sigue estancada en una visión retrofuturista y utópica de sí misma y consciente de la eterna promesa del “sueño americano”. Se especula también que la no proliferación de los transistores —con su consiguiente impacto tecnológico-cultural— puede deberse al desconocido estado del país de Japón, cuna de la microelectrónica. Su en teoría absorción bajo la esfera de influencia comunista de China en este universo ficticio podría haber propiciado que Estados Unidos se decantara por el uso intensivo de las válvulas de vacío en lugar de los transistores.
La existencia o no de los transistores en distintos juegos de la saga Fallout ha sido inconsistente, algo reconocido por el propio Joshua Sawyer, director de Fallout: New Vegas (2011). Según Sawyer, “aunque el estado actual del progreso tecnológico en Fallout no se representa de forma consistente, la ambientación de la saga es más importante que este concepto”.
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