Darkest Dungeon hace honor a su nombre y pone a prueba tu paciencia

El roguelite es un estilo de juego que en la última década ha dominado en la industria independiente sobremanera, pero hay juegos que son más benevolentes con el jugador y otros que lo son bastante menos. Darkest Dungeon es de estos últimos. Pasar la barrera de entrada a este juego es como saltar un muro: puedes conseguirlo, te va a costar, pero cuando lo hagas, la satisfacción va a ser tremenda. Y a diferencia de saltar, que es algo bastante agotador, no vas a querer salir del juego de Red Hook Studios.

No recomendamos Darkest Dungeon por casualidad, y es que está a punto de llegar Darkest Dungeon II, pero el original y lo frecuente que es encontrarlo a un precio ridículo en cualquier plataforma, es sin duda una buena manera de iniciarse en la fórmula. Como cualquiera puede imaginar, hablamos de un dungeon crawler en el que guiar a cuatro personajes por mazmorras de diseño no muy variado -lo negativo hay que decirlo también- superando obstáculos sobre todo en forma de combates por turnos, la base principal del juego.

No descubrimos nada, probablemente cualquiera que siga los videojuegos un mínimo habrá visto alguna vez un pantallazo de un combate de Darkest Dungeon (por si acaso no, aquí debajo lo tenéis). No hay secretos: debemos conseguir formar un equipo equilibrado contando con las diferentes clases de personaje, cada uno de ellos con sus habilidades de ataque, defensa, curación, veneno, etc... pero donde interviene una variable que no lo hace en otros títulos del mismo corte: la mente.

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Cada vez que nos internamos en alguna de estas mazmorras, nuestra primera preocupación debe ser ir bien provistos de antorchas, ya que la oscuridad afecta no solo a la mente de nuestros personajes, disminuyendo -por regla general- su rendimiento en combate, además de fomentando la aparición de enemigos más poderosos. Pero hay más factores que pueden afectar la psique de cada combatiente, haciendo que entren en trance y se envalentonen, que se rajen y dejen de luchar... Los efectos son variados y completamente imprevisibles.

Afortunadamente, y a pesar de que las primeras horas son realmente duras, el elemento roguelite es flexible, y tras cada exploración podremos mantener todo lo conseguido, aunque nos retiremos o no la completemos al 100%. Podremos equipar a los personajes con mejores armas y equipo, mejorar sus habilidades... pero cuidado, porque hay permadeath, y se muere mucho, muchísimo en este juego.

¿Por qué jugarlo?