Cita con Rama. Una obra referencial de la Ciencia Ficción más realista

Argumento: Tras la destrucción de media Italia en el siglo XXI por el impacto de asteroide, la Tierra se vuelca en una iniciativa que la proteja de una nueva amenaza celeste, fruto de esa vigilancia descubre Rama, un enorme objeto de unos 40 kikómetros de diámetro que avanza hacia el sistema solar y que desafía todas las leyes conocidas de la física.

Arthur C. Clarke, bien conocido por ser el padre de 2001, trata el primer contacto con una civilización extraterrestre desde un prisma menos aventurero que otros grandes clásicos de la Ciencia Ficción como H. G. Wells (‘La guerra de los mundos’, 1898), Olaf Stapledon (‘Hacedor de estrellas’, 1937) o Ray Bradbury (‘Crónicas Marcianas’ ,1950).

Su visión de la Ciencia Ficción más académica puede alejar un tanto a un lector menos interesado por estos temas, pero dejó poso en escritores como Kim Stanley Robinson (Trilogía marciana) y Andy Weir (‘El marciano’), que añadieron al tono didáctico de sus relatos cósmicos un componente más lúdico del que ofreció Clarke.

El escritor y científico inglés vuelve a pintar una civilización extraterrestre con una tecnología que excede con mucho los conocimientos terrestres y la no presencia de esos seres, al igual que ocurre en 2001, los coloca en un plano que deja más interrogantes que respuestas. Cinco años después, Frederick Pohl haría una reflexión muy similar con ‘Pórtico’ (1977).

A muchas de esas cuestiones intentaron responder las tres entregas posteriores de la saga, pero cuya calidad no alcanza ni de lejos la del original. Quizá hubiera sido mejor dejar un final abierto en el que el lector completará a su gusto las piezas del puzle que faltaban.

Clarke aborda además en su obra temas morales, filosóficos, religiosos y políticos sin pontificar ni hacer apología ninguna. Su idea de trascendencia en las estrellas, que está presente en otros de sus relatos, va mucho más allá de los convencionalismos humanos. Gracias a la utilización de diversos personajes como hilos conductores de la historia es capaz de presentar un amplio abanico de reacciones ante la aparición de un objeto que pronto se descubre procedente de una civilización espacial, desconocida y muy avanzada. Curiosidad y temor son los dos motores que van moviendo el relato.

La parte más aventurera de la obra, la exploración de la nave, la resuelve con solvencia, salpicando momentos de tensión con otros de fascinación por los descubrimientos que se van abriendo a media que el objeto cobra vida.

Por qué leerlo: