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Adiós al “Hazte con Todos”: activan las alarmas por la nueva amenaza que acecha a las cartas Pokémon
La especulación asola al Juego de Cartas Coleccionables Pokémon. No solo dificulta el acceso a los jugadores y verdaderos coleccionistas, sino que fomenta un círculo vicioso donde, en situaciones extremas, algunos llegan a delinquir.

Hace unas semanas, os hablamos de cómo el Juego de Cartas Coleccionables Pokémon está sufriendo los efectos de la especulación, incluso en España. En aquel caso, un scalper profesionalizado provocó la ira de los fans al publicar una foto mostrando cientos de cajas de una de las expansiones más recientes. Ahora, nuevos informes revelan que el problema es aún más grave a nivel global: el mercado paralelo de cartas Pokémon ha hecho que los precios se disparen, tanto los de productos sellados como los de ciertas cartas individuales. Esta escalada ha generado un efecto llamada que alimenta aún más la especulación, y hay quien incluso llega hasta el extremo de delinquir, ya sea mediante robos, peleas, o cualquier otro método ilícito que les permita acaparar estos codiciados ítems para su reventa.
El principal enemigo del Juego de Cartas Coleccionables Pokémon tiene nombre: la especulación
La especulación ha convertido la compra de cartas Pokémon en una odisea para los coleccionistas y jugadores no solo en España, sino también en el resto del mundo, tal y como adelanta el medio canadiense CBC. Con cada nueva expansión, los productos desaparecen de los estantes en cuestión de minutos; no porque haya más aficionados que nunca, sino porque los especuladores han hecho de la reventa un negocio muy lucrativo. Aprovechando la demanda creciente, estos scalpers adquieren grandes cantidades de sobres y cajas en tiendas físicas y online, dejando sin stock a los comercios oficiales, para después revenderlos a precios inflados en plataformas de segunda mano. Esto ha generado un mercado paralelo donde los productos más codiciados alcanzan precios desorbitados, alejando a quienes simplemente buscan jugar en lugar de invertir o revender.

Este fenómeno ha creado un círculo vicioso: cuanto más suben los precios en el mercado secundario, más personas ven en la reventa una oportunidad de negocio, lo que agrava aún más la escasez de productos en los canales oficiales. Tanto las tiendas especializadas como las grandes superficies que ofrecen este tipo de productos han intentado implementar medidas para frenar la especulación, como limitar la cantidad de unidades que puede comprar cada cliente, pero estas restricciones pueden burlarse con facilidad, como por ejemplo yendo a comprar con amigos o familiares. Mientras tanto, los jugadores y coleccionistas se ven obligados a pagar precios abusivos o a renunciar a completar sus colecciones y tener barajas útiles para el metajuego, lo que está dañando no solo la imagen de marca de las cartas Pokémon, sino también la experiencia de juego de un hobby que, en teoría, debería ser accesible para todos.
El problema ha alcanzado tal magnitud que algunos revendedores han llevado sus prácticas al extremo. No solo hacen “partidas de caza” donde recorren múltiples establecimientos para agotar el stock lo antes posible, sino que en algunos casos, la situación ha degenerado en violencia. Se han registrado incidentes de peleas en tiendas por hacerse con cajas de sobres de las últimas expansiones disponibles y, en casos aún más alarmantes, robos en comercios donde los ladrones van directamente a por las cartas de Pokémon. El problema se ha agravado tanto que incluso hay casos documentados de sindicatos del crimen utilizando estas cartas Pokémon para lavar dinero. En definitiva, lo que comenzó como una afición se ha convertido en una fuente casi constante de todo tipo de tensiones y conflictos, algo alimentado por una oportunidad de negocio muy lucrativa, y que en última instancia deteriora la imagen de la comunidad y de la franquicia Pokémon.
La especulación ha puesto en jaque al Juego de Cartas Coleccionables Pokémon, convirtiéndolo en un lujo solo para bolsillos pudientes en lugar de un entretenimiento accesible para todos. Si la situación continúa agravándose, la experiencia tanto de los jugadores como de los coleccionistas podría deteriorarse aún más, alejando a los jugadores ocasionales y afectando a la viabilidad del juego. The Pokémon Company, los distribuidores y los comercios se enfrentan al monumental reto de devolver el equilibrio al mercado, garantizando que las cartas puedan llegar a quienes realmente las valoran por lo que son: parte de un juego, y no un mero objeto de inversión. Una solución viable consistiría en aumentar significativamente la producción y distribución de los productos; inundando el mercado y garantizando el stock suficiente a través de los canales oficiales. Con una oferta estable en el tiempo y accesible para todos, la especulación perdería atractivo, y los jugadores podrían comprar cartas de Pokémon de nuevo sin sentirse obligados a pagar por el “rescate” que piden los especuladores.