Cine
25 años de la película de Spielberg que cambió el cine bélico para siempre
Celebramos los 25 años de Salvar al Soldado Ryan, la mejor recreación de una de las batallas más célebres de la historia.
Ayer se cumplieron 25 años del estreno en EEUU de una de las más grandes películas bélicas de todos los tiempos como es Salvar al Soldado Ryan. Habiéndose caracterizado por una filmografía rica en ciencia ficción o incluso terror, con títulos como Tiburón, Parque Jurásico, Encuentros en la Tercera Fase o Poltergeist, entre otros, Steven Spielberg ya hacía gala de su conciencia inherente a su ascendencia judía, habiendo presentado a los nazis como villanos en Indiana Jones y la Última Cruzada, o la más realista y maravillosa La Lista de Schindler. Pero pudiéndose encuadrar esta última en el género del cine bélico, no sería hasta la cinta que nos ocupa cuando Spielberg trazaría una línea que ya sería a seguir para las venideras.
Es curioso ver como siendo la guerra más cruel y que más víctimas se ha cobrado en la historia de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial permanecía casi en un segundo plano desde el punto de vista cinematográfico. Algunas de las más célebres como Platoon, La Chaqueta Metálica o Nacido el 4 de Julio se ambientaban todas durante la Guerra de Vietnam, estando centradas en la psique de los soldados y en sus motivos para luchar en el país asiático, los cuales siempre estuvieron en duda. Fue Spielberg quien abrazó la visceralidad más explícita, de manera más destacada, en la escena inicial de Salvar al Soldado Ryan y en una de las grandes batallas de la historia.
¿La batalla más decisiva?
Ya sabemos que nunca hay una historia única, sino que esta está escrita desde diferentes puntos de vista. El final de la WWII tuvo lugar tras la batalla de Stalingrado, en la cual perdieron la vida alrededor de 2 millones de soldados -alemanes y soviéticos-, y que está considerada como el fin del régimen nazi, y con él, de la guerra. Pero cuando se trata de cine ya sabemos que la historia nos la van a contar en Hollywood, y qué duda cabe que los americanos tenían que atribuirse parte del mérito, tal vez más del que les corresponde, y ahí es donde entra en juego el Desembarco de Normandía, el Día D, en junio de 1944.
La liberación de Europa Occidental comenzó en Francia, concretamente en la playa de Normandía. Los Aliados -británicos y norteamericanos- desembarcaron en la misma, a sabiendas de que aquello se convertiría en un auténtico baño de sangre. A los más de 150.000 soldados les esperaba el ejército alemán, con búnkeres y nidos de ametralladoras que harían mella en las huestes aliadas -y que pudimos revivir también en la primera entrega de la saga de videojuegos Medal of Honor-, una batalla que plasmó Spielberg como nunca antes en la gran pantalla.
La explicitud de aquella escena comenzó mucho antes del desembarco de facto de los soldados americanos en la playa. Antes de llegar, muchos de ellos rezan, vomitan o se hacen sus necesidades encima, incapaces por el miedo de controlar sus propios cuerpos, y de hecho, algunos ya fallecen antes, víctimas de la lluvia de balas que los nazis ya habían empezado a desplegar. Pero una vez allí se desata el caos y la muerte entre ambos bandos. Miembros cercenados, terribles heridas de bala en cualquier parte del cuerpo, vísceras sobre la arena... Spielberg no tuvo remilgos en mostrar la crueldad sufrida por las víctimas civiles en La Lista de Schindler, y tampoco los tuvo cuando se trató de soldados.
Obviamente, un director del calibre de Spielberg no tendría ningún problema a la hora de reunir a una pléyade de estrellas de Hollywood, con el ya consagradísimo Tom Hanks liderando un gran reparto. Hanks se especializó durante la década de los 80 en divertidas comedias disparatadas como Big, No matarás al vecino o Esta casa es una ruina, pero en los 90 le llegaría su consagración definitiva, máxime tras el Oscar a Mejor Actor por su papel en la genial Forrest Gump.
Pero Hanks solo era el primero de un conjunto de intérpretes que dieron un empaque evidente a la película, como el recientemente fallecido Tom Sizemore, Paul Giamatti, Bryan Cranston, un imberbe Vin Diesel, y en el papel coprotagonista, un emergente Matt Damon. Desde esta casa no podemos sino recomendar encarecidamente el visionado de esta película que se haría con cinco premios Oscar, incluyendo el de Mejor Director para Spielberg.