Esta es una de las novelas negras más “negras” jamás escritas: ‘La muerte del pequeño Shug’

Una genialidad de la novela negra. Así defino lo que es ‘La muerte del pequeño Shug’ (Alba Negra 20214), y lo hago consciente de que son palabras, tal vez, demasiado grandilocuentes para definir este título. Pero la realidad es que según pasan los días, más convencido estoy de que lo que he leído se convertirá (si no lo es ya) en uno de mis clásicos favoritos del llamado “Country Noir”

Shug Atkins, un niño de trece años, vive en un entorno familiar tóxico: un padre violento que lo utiliza para robar medicamentos y una madre atrapada en su decadencia. La llegada de un hombre misterioso altera sus vidas, desatando tensiones y deseos reprimidos.

El autor norteamericano escribe con una prosa genial una historia oscura y retorcida, pero lo hace con una belleza incomoda que se graba en lo más dentro del lector quien, aún leyendo situaciones altamente incómodas (hay escenas sobre incesto), no puede apartar la vista del papel, obnubilado por ese estilo descarnado y bello que Woodrell nos regaló.

No es una novela negra cualquiera

‘La muerte del pequeño Shug’ no es un libro policíaco (he de admitir que cuando Carlos Augusto Casas me recomendó su lectura, pensé que se trataba de una obra de asesinatos e investigación policial). No, esta es la historia de Shug, un niño que ha crecido en un turbio y decadente entorno y su vida antes, durante y después de sus páginas, se verá condicionada para siempre hasta el fin de sus días.

Daniel Woodrell incomoda, revuelve, engancha y cala en el lector como pocos lo hacen y lo mejor de todo es que lo hace en menos de 300 páginas, perfecto para aquellas personas que lo que buscan es un libro corto que leer este verano.

¿Merece la pena leer ‘La muerte del pequeño Shug’?

Por supuesto que sí. De hecho, diría que es una obra imprescindible para todas aquellos amantes del noir. Porque esto es negro…Muy negro.