Pokémon con ritmo

Aquí va un micro resumen de lo que es Zubo, para aquellos que no quieran o puedan dedicarle mucho rato a leer este análisis y deseen saber en qué consiste este juego. Dicho brevemente, es como si cogiéramos Pokémon, lo hiciéramos bastante más simple tanto en su parte de aventura como en el sistema de combate, y le añadiéramos unas mini fases a las batallas copiando la mecánica de Elite Beat Agents.

A los que todavía sigan por este párrafo, trataremos de extendernos un poco más en la siguientes páginas. Lo primero que sorprende de Zubo es el sello que rubrica la portada. Pone EA, es un RPG, y viene realmente de EA, ni siquiera de un estudio adquirido por esta compañía como Bioware o de un desarrollador externo al que distribuye. Es una clara muestra del cambio de aires de esta compañía, que apuesta por ofrecer títulos específicos en cada plataforma aprovechando sus cualidades, teniendo como claro y reciente ejemplo Boom Blox.

Está orientado claramente a un público infantil, no sólo por la estética, cuestión que a veces engaña, sino también por la baja dificultad y la sencillez de su jugabilidad. Pero ello no quita para que los jóvenes y adultos no puedan disfrutar con él, aunque seguramente menos que un niño. Su, en parte, original mecánica, hace que tenga un cierto atractivo para adentrarnos en Zubalón y derrotar a algunos malvados Zombos con nuestros encantadores Zubos.

Gráficos

Visualmente estamos ante un juego que explota excelentemente las posibilidades de Nintendo DS. La cámara es bastante cercana, con lo que el escenario pierde mucha importancia (sin que deje de estar lleno de elementos como vallas, arbustos o árboles), pero a cambio los personajes están bastante detallados. Presentan un estilo caricaturesco, imitando el Cell Shading con rebordes negros marcados en el contorno de los modelados.

Las texturas en general están bastante cuidadas, disimulando acertadamente ese horrible defecto de pixelación que comunmente vemos en esta portátil. Lo que no se ha tenido demasiado en cuenta es la iluminación, y aunque en ocasiones vemos falsas sombras por el escenario, éstas no afectan a los personajes (son falsas, al fin y al cabo). Pero digamos que todo esto es más o menos secundario, porque donde realmente destaca este título es en las animaciones, principalmente durante los enfrentamientos.

Cada Zubo (o Zombo) tiene varios ataques, y cada uno de ellos posee una especie de danza asociada, una serie de movimientos con los que va debilitando al rival. Estos rituales nos arrancarán más de una sonrisa, tanto por las acciones que realizan como por la expresividad que muestran en sus rostros. Para que os hagáis una mejor idea en imágenes, os recomendamos ver el par de secuencias que encontraréis dos páginas más adelante.

Sonido

En Zubo no se han implementado voces, aunque las diferentes criaturillas tienen algunos sonidos asociados, como gritos, risas, gemidos o lo que se tercie. En general, los efectos están bien recreados, cumplen con su cometido sin estridencias, ya sea abrir un cofre, mover una palanca o cavar un hoyo. La música ambiente igualmente acompaña, se trata de melodías alegres acordes con el diseño colorista que se le ha dado a este título.

Mención aparte merecen los temas que podemos escuchar en los combates. Falta variedad, las 10 melodías que hay están bien (cambian según la zona en la que nos situemos), pero se hacen necesarias algunas más en un juego que tiene como uno de sus pilares mantener el ritmo en las batallas. Encontramos mezclas de distintos géneros, se puede oír rock, pop, disco e incluso canciones infantiles, no falta de nada en la discografía de Zubo.

Jugabilidad

Aunque solemos comentar la historia de los juegos que analizamos para situarnos en contexto, en este caso resulta imposible, ya que Zubo prácticamente carece de argumento. Nada más comenzar, elegimos un nombre y un sexo para el protagonista y aparecemos por arte de magia en Zubalón. Hemos sido enviados para salvar ese mundo, sin dar más explicaciones al respecto, y nosotros simplemente nos contentamos con eso y comenzamos a avanzar y luchar. Es cierto que luego conocemos que existe un tal Lirón, que es el malo final de turno, pero poco más se nos cuenta.

Lo importante en sí es el sistema de juego. Se trata de una aventura lineal, aunque cuenta con algunas misiones paralelas, en la que controlamos a unas pequeñas criaturas llamadas Zubos y que luchan con nosotros, al más puro estilo Pokémon. Durante nuestros primeros pasos somos aleccionados con los aspectos más básicos y posteriormente somos parados en determinadas ocasiones para comentarnos alguna característica nueva que acabamos de desbloquear.

En nuestro equipo podemos llevar hasta tres Zubos. No son capturados, sino que se unen a nosotros amistosamente. No obstante, hay veces en las que antes hemos de hacerles algún favor para que se pongan de nuestro lado, como eliminar a los Zombos de las cercanías, recuperar un determinado objeto o llevar a un Zubo determinado ante el que queremos que se incorpore a nuestro equipo. Conseguir que nuestro inventario de monstruitos esté completo (en total hay 60 distintos) será un objetivo secundario que seguramente muchos querrán completar.

El juego ofrece, por tanto, algunos rompecabezas sencillos, como abrir una puerta con una palanca o encontrar algún elemento en el escenario que nos permita proseguir nuestro camino. También encontraremos algún minijuego adicional, como por ejemplo el típico de ir golpeando cabezas que van saliendo en pantalla, aunque sin dar a la de los buenos ya que perdemos vidas. Todo el control se realiza exclusivamente mediante el puntero táctil, tanto para el movimiento como para ejecutar alguna acción, y se ha implementado de modo óptimo.

Los Zubos podemos definirlos como enanitos antropomórficos aunque un tanto peculiares en cuanto a su fisonomía. Son todos distintos entre sí en cuanto a su aspecto y la mayoría son un guiño a algún icono de nuestra sociedad, por lo que esbozaremos alguna que otra sonrisa al contemplarlos. Los Zombos son idénticos a los Zubos, excepto que su paleta de colores es más apagada, tirando a tonos fríos como el azul o el verde, para dejar claro que son los malos.

Aunque cada Zubo tiene sus habilidades propias, se clasifican en tres grupos principales: defensores, luchadores e intérpretes. Funcionan como una cadena, los defensores son fuertes contra los luchadores pero débiles contra los intérpretes, los luchadores son fuertes contra los intérpretes pero débiles contra los defensores y los intérpretes son fuertes contra los defensores y débiles contra los luchadores. La potencia de los ataques, por tanto, se ve incrementada o disminuida según esta regla. En el campo de batalla, la aparición de un símbolo '+' o un '-' nos indica la clasificación del Zubo con el que queremos atacar respecto al que recibirá los golpes.

Cada Zubo puede tener hasta cuatro ataques, aunque en los niveles más bajos parten con un número menor y luego los aprenden. Tras cada combate acumulan experiencia con un bonus adicional para el que consigue un K.O. final. Nosotros siempre utilizamos a los tres miembros de nuestro grupo, mientras que los enemigos pueden aparecer en solitario, por parejas o en trío, aunque esto último sólo sucede cuando se aparece ante nosotros Lirón y se trata de los enfrentamientos más complicados.

En cada turno debemos elegir quién ataca, pero no quién recibe el golpe, salvo que se trate de una técnica especial que sí nos permita hacerlo o que dañe a todo el equipo contrario. El último en atacar es al que le toca recibir los golpes en la ronda siguiente de nuestro oponente, por lo que es un elemento a tener en cuenta. Obviamente hay una barra de salud y no se pueden utilizar objetos durante las batallas, así que no es posible sanar a los Zubos de este modo, aunque sí mediante un movimiento curativo.

Una vez comienza el ataque, se produce una secuencia similar a las vistas en Osu Tatakae Ouendan o Elite Beat Agents. Alrededor de nuestro luchador van apareciendo contornos que poco a poco se cierran hasta tocar la silueta, momento en el que hemos de tocar en la pantalla táctil. Supuestamente se realiza al ritmo de la música, pero decimos supuestamente, porque no encontramos ninguna correlación entre lo que suena y lo que debemos pulsar en cada momento. En cuanto a los Zombos, podemos ver sus secuencias o pasarlas a cámara rápida según gustemos.

Recibimos una nota según lo vayamos haciendo, "Fallaste", "Te adelantaste", "Casi" y "Bien". En caso de obtener en alguno de los toques, el daño total (o el efecto logrado, dependiendo de la habilidad utilizada) se ve reducido respecto al máximo que es capaz nuestro Zubo. Si por el contrario todo lo que obtenemos son "Bienes", lo que aparece al final es un "Genial" y entonces podemos incluso vernos recompensados con un turno adicional, aunque esto último es aleatorio. Las puntuaciones de los Zombos no se pueden ver, pero ellos también pueden obtener rondas extra.

Durante las secuencias de ataque, si las realizamos adecuadamente, acumulamos cápsulas de energía que nos permiten ejecutar en ese combate técnicas más potentes, las cuales gastan dichas cápsulas. En nosotros está decidir si queremos utilizar movimientos de nivel intermedio o incluso bajo para almacenar más cápsulas y así acceder al más potente de cada Zubo, que puede llegar a ser devastador en el equipo contrario, ya sea por infligirles un gran daño o por curar a toda nuestra armada de una sola vez, por citar dos ejemplos.

Si logramos veinticinco veces una puntuación de genial con un Zubo, el nivel de sus ataques aumenta, aunque las series de pulsaciones se vuelven más complicadas y aparece una nueva variante. Se trata de una región verde, en lugar de una línea fina alrededor del cuerpo de nuestra criatura, y para que sea detectada como correcta hay que pulsar en el momento en el que comienza a tocar el contorno y soltarla cuando ya ha pasado toda la franja pintada.

Existen diferentes estados que se producen como consecuencia del uso de algunas habilidades. Los positivos son el escudo, que reduce a la mitad el daño que recibimos durante tres turnos, el escudo de rebote que lo que hace es reflejar la mitad del daño recibido en el atacante y fortalecimiento, que sube de nivel temporalmente a nuestro Zubo. Por el contrario, encontramos algunos efectos negativos: aturdimiento, con el que el Zubo se queda inmóvil durante un turno, debilitamiento, que es justo lo contrario de fortalecimiento, y sueño, con el que lógicamente quien se encuentra así está dormido y no puede hacer nada, en este caso hasta que recibe algún daño.

En todo momento es posible cambiar los Zubos que llevamos con nosotros, aunque antes hay que desbloquear esta característica. Los que se nos van uniendo tienen la experiencia que nosotros tendríamos que haber alcanzado en ese punto, así que no suponen un lastre. En cambio, recuperar Zubos conocidos anteriormente ya no es tan buena idea, porque el número de enfrentamientos es limitado y resulta muy complicado ponerlos al nivel necesario para continuar la aventura con garantías.

Igualmente tenemos que liberar la opción de enseñar nuevos ataques, lo cual se logra en un estado ya bastante avanzado. Por otro lado, hay una serie de tiendas en Zubalón en las que podemos comprar objetos útiles para nuestros Zubos a cambio de notas doradas que hallamos por doquier en aquella región. Las frutas curan a nuestro equipo, aunque si nos acercamos a una cama no hace falta gastarlas. Los pergaminos incrementan la experiencia y los regalos dan una sorpresa al final de una batalla, en forma de cápsulas extra o experiencia adicional. Otros items se desbloquean con el tiempo.

La duración del modo individual no es muy elevada, da para unas pocas horas, aunque el reto de conseguir todos los Zubos ya es otra cuestión. Hay bastantes misiones paralelas las cuales se van reflejando en un diario que debemos consultar para no perder nuestros objetivos. La pantalla superior también ayuda a que nos guiemos ya que cuando no estamos combatiendo (momento en el que muestra las estadísticas de los luchadores) contiene el mapa entero de Zubalón, lo cual también nos indica que no es un lugar muy grande.

Otros modos de juego

Aparte de la historia principal, Zubo incluye un par de modos de juego adicionales, aunque están bloqueados de inicio y hay que progresar en la aventura para conseguirlos. En la Práctica, como su nombre indica, tenemos la opción de probar las técnicas aprendidas con los Zubos que ya se han hecho nuestros amigos en un combate contra un enemigo de alto nivel. Por cierto, el máximo nivel que alcanzan estos seres es 20, no es mucho, acorde con la duración del juego.

Por otro lado, mediante el multijugador nos podemos enfrentar a un amigo que también tenga el juego. Se ha includo una característica muy interesante, igualar las partidas para que así si uno de los dos va más avanzado en el juego no tenga ventaja frente al otro. Activándolo, los Zubos más débiles suben de nivel temporalmente. Por otro lado, el que crea la partida es quien comienza a atacar, lo que siempre es una ventaja importante, sin embargo se puede cambiar quién es el anfitrión en las sucesivas revanchas dentro de una misma sesión.

De los sesenta Zubos que hay en total, cinco de ellos sólo se pueden obtener a través de estos dos modos de juego, subiendo nuestro rango batalla tras batalla, con las que acumulamos puntos en nuestro progreso como jugador, pasando de novato a maestro. Lo que se echa claramente en falta en poder competir a través de Nintendo Wi-Fi Connection.