Ración de agujetas para tus dedos.

Más de una vez hemos hablado de los adelantos de los videojuegos, de lo sofisticados que se están volviendo, de lo cercanos a la realidad, de los buenos guiones de sus historias, de la dificultad que suponen sus retos. ¡Qué ilusos! Si por lo que nos morimos es un buen mata-mata.

Los fans de los juegos de arcade de "marcianitos", los famosos mata-mata, aquellos en lo que lo único que nos preocupa es esquivar las balas enemigas mientras nos afanamos en disparar a toda velocidad todo nuestro arsenal a una pantalla que cuando no está llena de diminutos enemigos está ocupado al completo por el inevitable jefe final de fase, siguen teniendo un último pedestal al que rezarle. En él se encuentra la compañía Taito. Siempre brindándonos estos arcades llenos de disparos enemigos, con scroll vertical u horizontal, con multitud de mejoras para las armas y las defensas de nuestras naves, y que al final siempre hace que acabemos cayendo bajo el fuego enemigo de manera incomprensible para nosotros.

Cierto es que los fans de estos juegos llegan a desarrollar una visión periférica prodigiosa ya que son capaces de mover su nave por la pantalla sin tan siquiera prestarle atención, con la mirada perdida en un punto al fondo de la pantalla y sin perder detalle de los bonos y mejoras que van dejando los rivales. Pero es que Taito también se encarga de mantener las cosas como uno se las espera encontrar. Y ahora XII Stag para la plataforma PS2 es la última ramificación de este árbol genealógico que si bien está lejos de alcanzar la catalogación de excelente, cumple con gallardía la labor de entretenimiento para la que ha sido encomendada.

Aun así hay algo que agradecer a Taito: que nunca se conforma y siempre ofrece productos de mucha diversión en el terreno de los arcades. De esta manera no es de extrañar que todas esas sensaciones se trasladen a los jugones de PS2 cuando ponen sus manos sobre este XII Stag. El juego nos ofrece la misma historia de siempre, para uno o dos jugadores, a manos de poderosas naves que deben hacer frente a una avalancha de naves y máquinas enemigas que les atacarán en su recorrido por todos los flancos. El objetivo es el de siempre: salvar al mundo.

Estamos ante una buena combinación de gráficos 2D con varios fondos a distintos niveles para ofrecer una visión de pseudo 3D, los cuales están hechos de manera artística en alta resolución para que esa visión que se tiene al jugar, como si estuviésemos ante una máquina recreativa de verdad. Y no es que por el estilo de gráficos y por la combinación de colores usada para decorar los dibujos no debiésemos alabarlos un poco más pero es que simplemente parece que se han esmerado lo justo para adecentar este tipo de gráficos al paso del tiempo. Se trata de una forma de expresar como serían ese tipo de gráficos si se hiciesen ahora pero con las condiciones (2D y desplazamiento vertical) pero con una calidad gráfica digna de esta época.

Los enemigos están muy bien animados, sobre todo los finales, y las explosiones son bonitas, aunque algo grotescas en algunas situaciones, efectos como las nubes o las transparencias o los reflejos del agua sirven como dijimos antes para actualizar un estilo de gráficos sin que estos dejen de tener su sabor añejo. Merece la pena recorrerse todas las pantallas, no sólo para llegar al impresionante jefe final (merece la pena verlo) sino por ver el excelente trabajo realizado en todos los escenarios por los chicos de Taito.

La infinidad de tipos de disparos (sobre todo los de los enemigos), distintos tipos de explosiones, lo colorido de las naves enemigas y el entorno que visitemos hacen que la pantalla en algunos momentos sea una explosión de colores. Pero hay que tener en cuenta que el sistema de detección de colisiones es muy bueno, así como los movimientos de nuestras naves son suaves y rápidos en todo momento. 

La banda sonora del juego es bastante corta. Apenas unas canciones pseudo-techno que nos recuerdan los tiempos de los que procede este género se dejan oír mientras el resto de efectos hace su aparición y lo tapan todo. Y sobre todo si juegas son un sistema de sonido Surround conectado a la consola. Quiero decir que si bien la calidad de las explosiones, disparos, desintegraciones y demás están muy logradas, resultan un tanto elevadas en volumen como cabría esperar.

El que es fan de este tipo de juegos es fan toda la vida. Es algo que se lleva en la "muñeca" de la mano que movía la palanca en la recreativa del barrio cuando hacía los records más elevados de puntos a base de salir de un infierno de disparos enemigos a toda pastilla por el lugar más difícil y de cara al enemigo para dispararle los letales disparos que le constarían no seguir en pantalla. Pero hasta los más acérrimos seguidores necesitan alguna innovación en el género, si bien éstas suelen venir de la mano de cambios en el estilo de juego o de las armas que usamos para repeler el ataque que quiere acabar con la humanidad.

En este caso es lo segundo, ya que además de ir incrementando nuestra poder de disparo a base de coger mejoras también disponemos de un disparo lateral y otro trasero que nos van a venir como anillo al dedo en multitud de ocasiones en las que no parece que tengamos más salida que la destrucción de nuestra nave.

En el caso de empezar a destrozar enemigos con estos dos tipos de disparos tendremos oportunidad de multiplicar los puntos obtenidos por ello  por el doble de su cuantía, el cuádruple, y así hasta poder multiplicarlos por 12. Una buena excusa para más de uno de liarse a hacer acrobacias por la pantalla y obtener la mayor cantidad de puntos en lugar de dedicarse a pasar la pantalla sin más. El problema es que llegar a multiplicar por 12 se antoja un tanto complicado a la hora de salir con vida del envite. Así que moderación, amigo piloto, no vaya a ser que las puntuaciones sean altas pero las pantallas sean escasas.

También contamos con bombas, esos artilugios que todo arcade que se precie debe tener y que suelen ser tan escasas como destructivas. En nuestro caso siguen siendo escasas, pero al poder de destrucción que las acompaña se une un efecto escudo que nos protege por un corto espacio de tiempo, que nos vendrá muy bien para recuperar resuello y hacer descansar a nuestros fatigados dedos, que lo van a necesitar muchas más veces de lo que os podéis imaginar.

Otra innovación digna de ser destacada es la incorporación de unos puntos de control dispersos por cada nivel en los cuales se compara la puntuación del jugador (de los dos si estuviésemos jugando a dobles) con los puntos registrados en las mejores puntuaciones de partidas anteriores, para ir configurando una estadística que podemos ir viendo a medida que avanzamos en el juego con el fin de comprobar nuestros progresos en las puntuaciones obtenidas durante las fases del mismo.

Como suele ser habitual en este tipo de juegos el control es muy sensible. Además muchas de las veces te verás moviendo la nave por instinto más que por una decisión sabia y razonada pausadamente. Aquí el que piensa pierde una nave. Si a esto le sumamos un tercer tipo de disparo que sumar al disparo normal y a las bombas, denominado disparo rápido la cosa ya va cogiendo tintes de nerviosismo y movimientos compulsivos.

Quizás la ayuda de un joystick sería de gran valor para más de uno y para el disfrute de todos, mejor que el mando, pero no todo el mundo tiene un joystick esperando junto a la PS2 a que nos compremos un juego de estas características. Aun así podemos recolocar los botones por el mando y resulta una buena idea dejar las bombas y el disparo lateral para los índices, por ejemplo.

C o n c l u s i ó n

La acción, desde los primeros niveles, es trepidante. Apenas deja tiempo para descansar nuestros maltrechos dedos ya que los enemigos nos obligan a movernos constantemente y si por alguna razón nos detenemos a mirar el paisaje... entonces pasaremos a la defensiva y será bastante difícil volver a coger las riendas del nivel y destruir a todos los rivales sino que más bien tendremos bastante con salir ilesos de sus disparos.

Es un juego recomendado para los nostálgicos, a fin de cuentas, a todos nos justa jugar a estos juegos de vez en cuando por volver a disfrutar:  de las manos rápidas, de movimientos intuitivos, del gatillo fácil, de las continuaciones, de recolectar "power-ups", de las partidas a dobles, de todo...