Época dorada

La lucha libre llega de nuevo a nuestras tiendas. Este año no ha hecho falta esperar hasta el último tercio del año para poder disfrutar de la competición norteamericana, gracias a las excelencias de la longeva franquicia de THQ, Smackdown vs RAW. Aunque bien es cierto que, por mucho que lo intenten, a los luchadores de la actualidad les cuesta llegar a igualar las cotas de carisma que alcanzaron auténticos iconos del deporte como el gran Hulk Hogan o actuales estrellas del cine como The Rock. Más en un país como el nuestro, en el que la competición se sigue a rachas y hubo numerosos vacíos en las parrillas televisivas que provocaron un importante salto generacional entre los aficionados. Había muchos fans de antaño que no encontraban en los planteles de las últimas entregas a sus grandes héroes.

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No nos engañemos: en un juego basado en un programa real, la presencia de las grandes estrellas son más de la mitad de la importancia del título para los usuarios. Y los clásicos son atemporales, tanto para los aficionados de antaño, que no encuentran su lugar en las nuevas ediciones, como para los nuevos aficionados, ya que son siempre un espejo en el que mirarse, recordar las raíces del deporte. Son, a fin y al cabo, leyendas. THQ ha decidido que era el momento de honrar a las grandes estrellas de la WWF en un juego que se desengancha también de la fórmula de Smackdown para ofrecer, en todo momento, una jugabilidad y un carisma de los viejos tiempos. Espectáculo con sabor añejo.

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Aparte, podremos crear nuestra propia estrella, o importar la que ya tengamos creada de Smackdown vs RAW 2009. Pero lo que de verdad llama la atención es la soberbia lista de nombres oficiales, que sin duda hará las delicias de los aficionados a la lucha libre. Se puede achacar que faltan algunos nombres, pero teniendo en cuenta que el juego se centra en las trece primeras ediciones de la competición, poco más se podría haber hecho en ese aspecto. Para explotar este plantel, contaremos con un excelente modo de juego, que se convierte en el principal del juego, el Wrestlemania Tour. En él, deberemos meternos en la piel de las grandes leyendas para revivir o reescribir los combates más famosos y espectaculares del torneo original.

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Los que se esperen un modo largo, muy largo, cargado de opciones y densos menús como Smackdown vs RAW, no encontrarán aquí lo que buscan. Legends of Wrestlemania es un juego con otro enfoque muy diferente, y se ha optado por mantener inalterado el espíritu de los luchadores, y deberemos amoldarnos nosotros a ellos, y no al revés. Wrestlemania Tour, se subdivide en tres modos diferentes: en Revivir nos meteremos en la piel del ganador, debiendo alzarnos con la victoria en siete combates clásicos; en Reescribir, nuestro objetivo será controlar al perdedor y llevarle a la victoria en seis combates; y por último, Redefinir, en el que seleccionaremos a quién queremos controlar en cada uno de los seis combates diferentes.

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Cada uno de estos eventos está precedido por completos vídeos reales, grabaciones de los eventos originales que rodearon a cada combate, un completo dossier audiovisual que hará las delicias de los grandes aficionados. El espectáculo es fiel a lo que aconteció en la realidad, y Legends of Wrestlemania ofrece una presentación casi impecable: vídeos preparados, las llegadas de los luchadores al ring (ya con el motor del juego), combates intensos y muy llamativos… es un ataque directo a la vena nostálgica, y en ese aspecto cumple con creces su objetivo. Eso sí, el modo se antoja demasiado escaso; no ya por carecer de la profundidad a la que estamos acostumbrados de los últimos juegos de lucha libre, sino también por su longitud, que se hace demasiado corta y deja con ganas de más.

Lo más llamativo de este modo, y lo que más longevidad le oferta, es que, si bien es suficiente con ganar el combate para desbloquear el siguiente, cada uno de ellos nos propondrá una serie de retos que deberemos cumplir de cara a alzarnos con las medallas de oro. Un modo extra de ampliar la vida del título, a la par que nos incita a ser más fieles al combate original, pero que no palia las ansias de más combates que puedan tener los aficionados. No obstante, no será el único modo de juego, aunque sí que es el más importante de todos. Otra opción, más curiosa, es el modo Legend Killer, para el cual necesitaremos crear o importar un personaje propio y llevarle a la victoria ante los luchadores más emblemáticos; y el Hall of Fame, donde ver los logros de cada combate.

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Otro modo de juego, inevitable, es el Exhibición. Sin duda, es muy completo y, posiblemente, el que más horas de diversión va a ofrecer a los usuarios. Las posibles variaciones a nuestra disposición serán: Single Match, Ladder Match, Submission Match, Tag Team Match, Triple Threat Match, Battle Royal, Handicap Match, Royal Rumble, además de un par que deberemos desbloquear. Por supuesto, cada una tendrá sus propias reglas, aunque ya de primeras el nombre da bastantes señas de en qué consisten. También será posible modificar algunas características del juego en el menú de Opciones. En este aspecto no se puede pedir mucho más; se han recogido todo los elementos clave del deporte original y se les ha dado forma para que los usuarios puedan recrear al antojo las competiciones.

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Como siempre, tendremos botones para pegar a nuestro rival, y según las combinaciones entre ellos, e incluso con el stick analógico, desataremos combos de lo más variados. Al ir encadenando combos y contraataques, iremos cargando nuestra barra de especial, llegando hasta un nivel 3 máximo, y con ella podremos desatar ataques especiales de nuestros luchadores, o ataques finales. Si nos tiran al suelo, deberemos pulsar con rapidez los botones frontales para levantarnos lo más rápidamente posible; esto va con variaciones. Por ejemplo, en los combates en jaula, el objetivo es salir de la misma, por lo que se activaría una barra doble, en la que ambos luchadores deben llenar la suya lo antes posible para, o bien levantarse, o bien salir de la jaula y ganar el combate.

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Además, en algunas ocasiones, los ataques especiales seguirán secuencias concretas, a modo de QTE. Mientras los luchadores intercambian golpes en pantalla de forma predeterminada, aparecerá un botón en pantalla; el primero de los dos usuarios (o usuario y máquina) en pulsarlo será el que propine el golpe siguiente (si es el atacante, se inicia una nueva secuencia de golpes; si es el defensor, se corta el ataque y se libera del acoso rival). En otros, uno de los luchadores deberá pulsar un botón y el otro tendrá milisegundos para pulsar el mismo con el fin de defenderse del ataque y contraatacar. Y en los pindowns, el que puede perder el combate debe pulsar rápidamente los botones para intentar liberarse; será más difícil cuanta menos barra de vida tenga.

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Una de las novedades más destacables nos la encontramos en que en esta entrega no aparece el muñeco representando el cuerpo del luchador y las zonas dañadas, sino que una barra dorada indicará la vitalidad que tiene cada luchador. Cuando está vacía, cambia a color rojo, y no supone la derrota, sino el punto mayor de debilidad, más susceptible a pindowns y agarres. Todo esto gana en intensidad en pantalla; los intercambios de golpes y la fluidez con la que se suceden los distintos ataques y situaciones son muy satisfactorios, y en líneas generales, es un juego mucho más directo y cómodo de controlar que los Smackdown VS RAW. Un estilo abierto a todos que permite que tanto los nuevos como los antiguos aficionados puedan disfrutar de él y sacarle todo su potencial, tanto en una misma consola como a través de Internet.

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Del mismo modo, se puede ver cómo se rompen algunos elementos del escenario, aunque de forma muy limitada y mediante secuencias predeterminadas. En ese aspecto, el juego podría haber dado mucho más de sí, conociendo las opciones bastante numerosas que oferta esta competición. Las secuencias de vídeo están, de igual modo, muy cuidadas y montadas con mucho acierto; su calidad se puede resentir en algunas ocasiones por culpa de los años que llevan encima, pero nada molesto, ya que hasta le añaden es toque antiguo que rodea al título en todo momento. Los efectos de sonido están muy cuidados, pero se siguen manteniendo las voces originales (con subtítulos en castellano) tanto para luchadores (lo recomendable, sin duda) como para los comentaristas (aquí, se echa en falta, más que nunca a los clásicos comentaristas de Telecinco).

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A nivel jugable, poco más que añadir a lo ya mencionado hasta ahora. Los luchadores responden a la perfección a nuestras indicaciones, y la propia dinámica del juego resulta satisfactoria y está pensada para sacar lo mejor de las manos del usuario. Eso sí, en cuanto a modos de juego, se echa en falta algo más de profundidad, ya que pese al muy atractivo Wrestlemania Tour, se antoja demasiado escaso, limitándose bastante al modo Exhibición, tanto online como offline. Pero sacar el 100% de medallas de oro llevará bastante tiempo, y los combates son lo bastante divertidos como para ser un título agradecido a la hora de volver a jugarlo una y otra vez.

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