Los gusanos ahora sí dan guerra

El primer Worms: Open Warfare fue un juego para olvidar, no estuvo a la altura y desde luego le faltó algo más que un "petisuí". No tenía lo que tenía que tener para ser un digno representante de los juegos de los gusanos y para saberlo apenas bastaba con mirar los gráficos, que palidecen ante la recreación que han conseguido en la segunda parte.

Esta segunda parte es lo mínimo que un juego de Worms debería ofrecer en consolas portátiles y un poco más. Ese poco más es nada menos que juego en línea, pudiendo competir no sólo en multijugador local. Y en un juego donde la mayor diversión reside en enfrentarse a otras personas, es muy positivo que lo implemente.

Qué bonitos estos gusanos

Ampliar

Los gráficos de Worms World Party eran, hasta ahora, quizás junto a la versión del bazar de Xbox 360, lo máximo que había dado la serie en 2D, y esta entrega es nada menos que de 2001. Podemos afirmar y afirmamos que Open Warfare lo supera ampliamente, como debe ser, aunque sólo en la versión de PSP.

Los gusanos están recreados con mayor detalle que nunca, con unas animaciones y expresiones más variadas. El colorido es espectacular y a eso añadimos efectos de explosiones bastante vistosos y unos fondos animados. Sin embargo, sigue sin haber fuego usando determinadas armas o con las explosiones de barriles.

La versión de DS es mucho más similar a Worms World Party, aunque mejorando cosas como, por ejemplo, que tiene también fondos animados, aunque no tan cuidados como los de la otra versión. No sabemos hasta qué punto podría limitar el hardware de DS para conseguir los mismos gráficos en 2D que muestra PSP, pero la diferencia es palpable con sólo comparar los dos juegos en directo.

Ampliar

Una de las características que siempre ha resultado divertida en los juegos de Worms es la de las voces de los gusanos y las frases que dicen según lo que les ocurre en la partida. Además, en algunas entregas de PC podíamos incluso grabar nuestro propio repertorio para que nuestro equipo fuera más original.

En Open Warfare 2 hay varios idiomas disponibles, como francés, alemán, italiano y español. Desafortunadamente, en ninguno de estos países disfrutaremos de la varieda de acentos que tendrán los anglo parlantes, pudiendo elegir variedades lingüísticas de EE.UU., Liverpool, Brooklyn, Birmingham, Australia, etc. Una pena, pues, ¿no sería gracioso escuchar a un gusano blasfemar en, por ejemplo, andaluz?

Respecto a la banda sonora, incluye las melodías típicas de este juego. Es decir, músicas tranquilas, sencillas en su composición y que básicamente sirven para acompañar. Agradables de escuchar, pero sin protagonismo propio, como siempre ha sido en esta saga. Excepto, claro, el tema principal, que lo oíremos en el vídeo de introducción.

Otros efectos, como explosiones y tal, dan lo que se espera de sí. Son de calidad y son como sonarían en realidad, desde el ataque aéreo a un simple disparo de escopeta, pasando por el balido de una oveja o el estallido múltiple de una granada de fragmentación. Por lo demás, concluir que ambas versiones son idénticas y DS no se ve perjudicada apreciablemente por el menor tamaño de su soporte físico respecto a la calidad del audio.

Una pequeña aclaración

Ampliar

Antes de comenzar a meternos en materia, queremos explicar el porqué de un análisis conjunto de las dos versiones. Normalmente esto se hace con los multiplataforma en consolas de sobremesa, ya que, salvo diferencias gráficas, normalmente son el mismo juego. Con DS y PSP esto no pasa. Es decir, aunque un juego se llame igual, por lo general son distintos y ofrecen una jugabilidad diferente para cada sistema.

Hemos empezado este análisis sin aclarar qué es Worms. Mucha gente conoce el juego y ha probado alguna de sus entregas, desde el primero y su expansión Reinforcements, pasando por el segundo que supuso un cambio de estética que hasta hoy se mantiene, para terminar en las tres dimensiones o en sus futuro viajes espaciales en Wii. Pero no todo el mundo tiene por qué saber de qué va este juego, así que vamos a resumirlo un poco de modo que se interesen por esta divertida franquicia.

Worms es un juego de estrategia por turnos inusual. Controlamos un grupo de gusanos armados hasta los dientes que ha de enfrentarse a otros gusanos, igualmente preparados. Los equipos se van alternando y cada vez que nos toca controlamos, durante un tiempo limitado, a uno de nuestros curiosos soldados.

Ampliar

Durante ese tiempo podemos movernos saltando o usando algún artilugio como una cuerda a lo Tarzán, una mochila-cohete o un paracaídas y también tenemos que atacar. Para ello, podemos elegir una de las muchas armas incluidas, algunas normales, otras no tanto. Por ejemplo, el arma tradicional es el Bazuka, que lanza un potente proyectil a la potencia que le indiquemos en el ángulo que digamos, aunque se puede ver afectado por el viento. Dentro de lo "normal", encontramos una escopeta, una ametralladora uzi, una granada, un misil teledirigido, un bombardeo aéreo...

Ya con eso tenemos diversión asegurada. De hecho, el primer Worms carecía de la mayoría de originales armas que hoy tiene la franquicia y era igualmente entretenido. Sin embargo, la cosa no se queda así. Disponemos de un arsenal muy variopinto, en el que encontramos cosas como una oveja explosiva que va saltando por el escenario, a veces con resultados no deseados, una super oveja que sale volando y a la que controlamos hasta estrellarla en el objetivo, una granada sagrada que genera un cráter digno de los que hay en la luna, un búfalo que arrasa con todo lo que encuentra y algunas más que irás descubriendo.

En total, en esta entrega hay disponibles 24 armas. Como novedades destacan la torreta, que se puede colocar en un lugar del escenario para que automáticamente ataque a los gusanos enemigos que se pongan a su alcance, el electroimán, que sirve para atraer o repeler proyectiles metálicos como un misil y el ataque fulminante, que tiene triple función, cambiar el bando de una torreta, recargar un electroimán y, lo que es más importante, resucitar a un gusano dándole treinta puntos de vida.

Worms fue creado en su momento para PC, y aunque ya ha aparecido en diversas consolas, el mayor problema que siempre han presentado estas versiones es la adaptación al control, pues el ratón es una herramienta fundamental. PSP y DS son dos consolas muy distintas en cuanto a la interfaz de juego, así que se han adoptado soluciones distintas aprovechando las características de cada una de ellas.

Ampliar

Por un lado, obviamente, la pantalla táctil de DS juega un papel fundamental, haciendo más accesible el manejo y más rápido para determinadas tareas, como puede ser indicar dónde descargar un ataque teledirigido, elegir arma o sacar el arsenal haciendo un deslizamiento hacia arriba. Sin embargo, la consola no dispone de los botones con los que sí cuenta la unión de teclado y ratón, así que para saltar o disparar tenemos que coger la consola con ambas manos.

La cámara se mueve mediante la cruceta, manteniendo pulsado L o R, mientras que normalmente ésta se utiliza para mover al personaje y cambiar el ángulo de tiro. También se puede desplazar la cámara usando el puntero, aunque este método es algo más incómodo.

Por su parte, PSP se aprovecha de disponer de un control analógico para mover la cámara, pero por contra el desplazamiento por los menús es más tedioso ya que no se puede ir directamente a la opción que se quiere y el movimiento del puntero para indicar dónde realizar algunos ataques también es con el analógico. Además, DS también ofrece la posibilidad de utilizar la cruceta en los menús, por si alguien lo prefiere de esta manera.

Ampliar

Respecto a la disposición de los elementos en pantalla, la portátil de Nintendo se podría decir que tiene una pantalla vertical, teniendo en cuenta sus dos pantallas, frente a la claramente horizontal de la de Sony, en formato panorámico. En Two Tribes se dieron cuenta de esto y decidieron adaptar una solución diferente para cada plataforma. Por ello, los escenarios en PSP son más del estilo tradicional mientras que en DS son en vertical para aprovechar las dos pantallas en lugar de desperdiciar una.

Aunque esta opción no se puede tachar de incorrecta, quizá no sea la más adecuada. Primeramente, porque las partidas no se desarrollan igual enfrentándose en altura en lugar de en anchura, y en segundo lugar, porque se podría haber aprovechado mejor la pantalla táctil manteniéndolo como en la primera parte, con la táctil para el menú y la cámara, pero intercambiando las pantallas en caso de tener que apuntar en un ataque o teletransporte. El juego en sí no limita, es decir, permite también jugar en horizontal, pero está claro que no se ha pensado para ese tipo de escenarios.

Pese a que la mayor diversión de Worms reside en los enfrentamientos multijugador, no se puede basar un juego únicamente en eso, salvo que éste sea exclusivamente en línea, cosa que carece de sentido en una consola portátil. Así que los desarrolladores han tenido el cuidado de ofrecer una experiencia completa en individual.

En primer lugar, está la opción básica, que es jugar partidas contra la CPU, pudiendo ajustar el nivel de dificultad, el escenario que queremos utilizar, qué armas están disponibles, el tiempo para cada turno y otras opciones similares. La I.A. responde bastante bien incluso en los niveles más fáciles, así que este modo ofrece horas de diversión.

Ampliar

La campaña está ambientada en diferentes escenarios, pero no sólo a nivel estético. Por ejemplo, en el mundo de piratas la marea puede subir y tragarse algunos gusanos, en la guerra mundial el humo generado por las armas es un escollo más a superar, ya que dificulta la visión y en la guerra futurista la gravedad es muy distinta, como si se estuviera en la Luna. Antes de acceder a cada uno de estos entornos, un divertido vídeo nos da la bienvenida.

Las misiones consisten en acabar con el enemigo, pero en diferentes situaciones, como puede ser desigualdad numérica, empezar con menos vida, sólo poder utilizar un determinado tipo de arma, comenzar en una situación desfavorable en el mapa, etc. Salvo los primeros, no son retos especialmente fácil y requieren cierto entrenamiento antes de afrontarlos.

Unidos a los anteriores modos, encontramos dos de minijuegos. Uno es común a PSP y DS, el rompecabezas, en el que tenemos que destruir a todos los enemigos, sin límite de tiempo, con las armas que se nos dan en un escenario especialmente preparado. Dependiendo de la fase, tendremos que hacer alarde de nuestra puntería a distancia por no poder acercarse al enemigo o incluso de habilidades de plataformeo para poder alcanzarlos, pero prima sobre todo descubrir el método más adecuado para atacarlos sin sufrir daños.

Ampliar

La segunda opción en cuanto a minijuegos varía según la plataforma. En DS, se llama Laboratorio y contiene a su vez tres tipos de minijuegos diferentes. En el primero, tenemos que soplar por el micro para guiar a un paracaidista hasta la meta a través de pasadizos, de modo que se eleve o descienda según convenga. En el segundo, ya no hay que ser tan delicados, pues se avanza a explosión limpia, pulsando en el punto de la pantalla donde queramos que se produzca un pequeño estallido que lance por los aires al gusano hasta llevarlo al final del nivel. El último es más de pensar, pues aunque la finalidad es la misma que en los dos anteriores, tenemos que dibujar unas líneas en la pantalla para hacer llegar al gusano a su destino.

Como hemos mencionado en la página anterior, el multijugador es el principal aliciente de Worms. Por ello, y como es lógico, se puede competir contra amigos en red local inalámbrica, hasta cuatro usuarios. En ambas portátiles se puede enviar una versión de prueba a gente que no tenga el juego. Con la de DS se puede disputar una partida multijugador normal, pero con el escenario y los equipos aleatorios, mientras que con PSP solamente lo permite al modo cuenta atrás.

Pero si sólo fuera eso, sabría a poco. No siempre es posible juntar a gente para jugar y en un título como éste es fundamental poder enfrentarse a otras personas, así que, por suerte, Open Warfare 2 ofrece multijugador por Internet en ambas versiones. Aunque hay que tener en cuenta que al ser consolas distintas, son servicios distintos, no compatibles entre sí.

En DS se utiliza la Nintendo Wi-Fi Connection, con los códigos de amigo, pero en PSP se crea una cuenta automáticamente en WormNet con el nombre de perfil elegido. Un detalle a resaltar es, que si el nombre está cogido cuando nos vamos a registrar por primera vez, tenemos que cambiar también el nombre del perfil para tener uno nuevo.

En ambas versiones, las partidas pueden ser con o sin clasificación y las puntuaciones se guardan para luego ver los líderes de cada modo de juego y unas completas estadísticas. Las opciones de WormNet son un poco más completas y permite también hacer clanes y unirse a ellos.

La comunicación está restringida a frases predefinidas del tipo "Bien hecho", pero en DS, debido a la política de Nintendo, se ha ido un paso más allá y los gusanos tendrán nombres elegidos por el juego para evitar que menores puedan leer términos inadecuados.

Hay tres modos de juego, combate mortal, fortín y carrera. El primero es una partida normal, mientras que el segundo es un combate a distancia. El tercero es algo distinto, es casi más un minijuego y consiste en llegar el primero a la meta utilizando la cuerda para desplazarse.