Worms 3
Worms 3
Team17 vuelve a iOS con una nueva entrega exclusiva para iPhone, iPad e iPod touch; los combates por turnos más desenfadados y la estrategia más divertida con Worms 3. Veamos en nuestro análisis si logra mantener la genialidad de las versiones de sobremesa.
Los gusanos más famosos de los videojuegos ‒con permiso de Earthworm Jim‒ regresan a la actualidad por partida doble; en pocos días llega a PC una nueva entrega conocida como Worms Clan Wars, pero antes Team17 centra su atención en iPhone, iPad e iPod touch con la tercera entrega numérica de la saga, exclusiva para dispositivos iOS y con novedades en su jugabilidad que tratan de adaptar una experiencia de juego clásica al interfaz táctil de los smartphones y tablets de Apple. Vuelven la estrategia más divertida y los combates por turnos más cachondos con Worms 3, eso sí, sin perder su tono humorístico y su aspecto cartoon tan característico. Veamos en nuestro análisis si esta nueva versión táctil de Worms logra convencer a los fans de tan popular saga.
Incluso contamos con un arsenal enorme y variado, en la línea del sentido del humor y el sarcasmo habitual de los chicos de Team17; armas explosivas de largo alcance, objetos tan peculiares como útiles y habilidades únicas para cada tipo de gusano, todo para tratar de eliminar a nuestros rivales y salir con vida de tan mortales enfrentamientos en miniatura. Pero pasemos al aspecto más importante en este tipo de adaptaciones: el control. Worms 3 ofrece dos posibilidades para que los jugadores encuentren la configuración que mejor se adapte a sus necesidades y forma de jugar; en la medida de lo posible, claro. Así, podemos elegir entre un control completamente gestual o mediante iconos virtuales, ambos con deficiencias notables a nivel de comodidad y precisión.
Gracias a las dos opciones podremos apuntar con bastante facilidad, pero el momento de ejecutar dichas acciones y lograr el resultado deseado dista mucho de cualquier otra experiencia Worms clásica en plataformas de sobremesa. Lo mismo ocurre al mover a nuestros pequeños soldados a través de plataformas, saltos y otros elementos de los escenarios, una tarea que llega a ser desesperante. En principio, tan sólo debemos marcar un punto de destino, arrastrar el icono de movimiento y seleccionar nuestro personaje, aunque nunca termina de funcionar como nos gustaría. Este conjunto de problemáticas lastran una experiencia de juego que podría dar mucho de sí, algo que resulta incluso frustrante cuando se trata de un interfaz diseñado específicamente para iOS; y es que el descontrol general puede llegar a ser alarmante.
Otro aspecto algo descuidado es el propio desarrollo de las partidas, con demasiados puntos por mejorar que hacen de cada turno una tarea algo pesada. Una vez superado un tutorial con instrucciones más que evidentes ‒incluso para un no iniciado en la materia‒, pasamos a las misiones del modo historia, con hasta 27 niveles ambientados en cuatro mundos diferentes: Playa, Jardín fantasma, Granja y Alcantarilla. Cada movimiento resulta tedioso y lento, tanto los de nuestros soldados como los de nuestros rivales, algo que queda especialmente demostrado en el modo multijugador asíncrono, en el que podremos participar con jugadores de todo el mundo esperando largos turnos; eso sí, al menos podremos pasar del modo multijugador al local para tratar de paliar la sensación de eterna espera y aburrirnos lo menos posible.
Una de las grandes novedades de Worms 3 es la inclusión del llamado modo Cartas, lo que modificará el principio y el final de cada turno con acciones aleatorias que pueden jugar a nuestro favor ‒como combustible extra para los jetpack o un mayor número de botiquines‒, algo que añade cierta complejidad a su desarrollo aunque con un resultado menos brillante de lo esperado. Tanto es así que su desarrollo apenas sufre cambios relevantes, dejando poco margen a una estrategia de juego superior en versiones clásicas. Donde sí resulta cómodo e interesante es en los diferentes menús de armas y objetos in game, sacando buen provecho de las posibilidades táctiles de nuestros dispositivos iOS. Y hablando de armas, vuelven algunas clásicas como la Abuelita o la Paloma teledirigida, además de hasta seis armas exclusivas de esta versión.
A pesar de su evidente simplificación en su desarrollo y posibilidades, Worms 3 no resulta especialmente amable con el jugador en su curva de dificultad; así, mientras que tendremos seria dificultades para apuntar y lograr que nuestros soldados sigan nuestras indicaciones, nuestros enemigos actuarán con precisión milimétrica, llegando a desequilibrar las partidas más de los que nos gustaría contra la inteligencia artificial del título. Además, apenas contaremos con indicaciones de los efectos de cada arma, provocando situaciones de ensayo-error que pueden arruinar nuestros progresos; también debemos tener presente los diferentes tipos de gusanos, cada uno de ellos con sus puntos fuertes y debilidades, como la agilidad de movimientos, la velocidad, la precisión o la fuerza, entre otros, algo que añadirá cierta profundidad al desarrollo de las partidas.
A nivel visual ofrece todo lo que se espera de un Worms a estas alturas de generación, con gráficos en alta definición, muy coloridos y con todo tipo de detalles en escenarios y personajes, en la línea de la última entrega para PC, Worms Clan Wars; eso sí, en algunos aspectos no está tan cuidado, con algunas bajadas de rendimiento notables ‒en la creación de niveles y durante numerosos turnos de juego, además de numerosos bloqueos de la aplicación‒ y una simplificación general a nivel de efectos. Otro problema radica en el tamaño y situación de los textos ‒eso sí, en castellano‒ que resultan especialmente complicados de leer en dispositivos de pantalla pequeña como el iPhone o iPod touch. Worms 3 llega con una interesante función AirPlay a través de la cual podremos jugar con otros tres amigos en un mismo televisor, pasando nuestro dispositivo iOS entre jugadores para realizar los movimientos de cada turno mientras los demás los observan a toda pantalla.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.