World of Tanks: 360 Edition

World of Tanks fue una de las últimas sorpresas que guardaba Microsoft para Xbox 360. En plena vorágine de novedades sobre Xbox One, el fenómeno Free to Play de Wargaming con millones de usuarios en PC da el salto a la segunda consola de Microsoft. Después de un período de beta, finalmente desde la semana pasada el título está disponible para descargarse en el bazar y jugar de manera totalmente gratuita a estas batallas entre tanques históricos. Un juego que no engaña: directo desde la primera partida, aunque no está exento de errores. Así es una de las últimas grandes batallas que se librarán en Xbox 360.

La consola más vendida de Microsoft se ha consolidado con un catálogo variado de propuestas entre las que ha destacado, como no podía ser de otra manera después del auge de este tipo de propuestas, los juegos de acción. Los shooters en primera persona y en tercera han sido el gran reclamo de la generación que acaba, y el último gran exclusivo –si miramos solo a las consolas- que tendrá la consola de Microsoft respecto a su competidora sobremesa es World of Tanks. Un título que ha registrado casi ochenta millones en PC y que intenta traspasar su éxito a una versión doméstica interesante en la que lo arcade y la estrategia se dan de la mano.

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La propuesta es bastante sencilla sobre el papel. Tenemos el control de un tanque que elegimos de nuestro garaje y nos vamos al campo de batalla. En medio de mapas en los que podemos encontrar montañas, estructuras como casas, molinos y otros edificios, algo de mar y una gran zona despejada por norma general. Ahí se enfrentan dos equipos formado por hasta quince jugadores que tienen dos objetivos: acabar con los enemigos hasta que no haya nadie y/o asaltar la base del contrincante. Sobre el papel, sencillo. En ejecución, también sencillez. Pero el título esconde muchas más enjundia en jugabilidad sobre todo.

Vayamos por partes. Una vez instalamos todos los packs del juego podemos acceder a nuestro garaje. Ahí lo primero que haremos, aunque estemos abrumados con la gran cantidad de opciones del menú, será ir al campo de prácticas para comprender como funciona el título. Y de paso ver como se ha traspasado el control de un juego de PC al mando de Xbox 360. Con el analógico izquierdo movemos el tanque. Pulsando hacia arriba el tanque avanzará y hará marcha atrás si pulsamos hacía abajo, mientras que girará sobre su eje si movemos a los lados. Estando quietos podemos girar con más facilidad, mientras que intentar “coger curvas” haciendo direcciones diagonales no es tan sencillo. Salvando las distancias, se podría comparar al control de los personajes de un Resident Evil clásico.

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Con el analógico derecho movemos el cañón y apuntamos hacía donde deseamos. Tenemos una mirilla que no es de precisión tipo shooter, que cuando apuntamos a un lado ya podemos disparar ahí. Se debe calibrar según nuestro movimiento y eso tarda un poco más. Con uno de los gatillos podemos apuntar a distancia –como si fuera la clásica mirilla- y con el otro gatillo disparamos nuestro cañón. Tenemos un botón para fijar enemigos cuando los hemos descubierto (y así podernos mover sabiendo que los estamos apuntando) y los cuatro botones de acción que usaremos para extras que podemos añadir a nuestro tanque.

La retícula es clave para saber nuestras garantías de éxito. Si no tenemos ningún enemigo aparecerá en blanco, pero si encontramos a alguien cambiará de color. Estando de color amarillo significará que podemos impactar pero con ninguna posibilidad de infligir daño, siendo naranja tenemos un 50% de dañar al rival y de color rojo quiere decir que acertaremos. Naturalmente, no es tan fácil como disparar y ver como explota el tanque del enemigo. Por ejemplo, disparar de frente no acostumbra a ser del todo acertado y es mejor sorprenderlos por los lados o por detrás. Otra técnica interesante es disparar a las orugas –las ruedas- de los rivales, ya que así los bloqueamos en el suelo y son un blanco fácil. Si están en movimiento, tenemos que calcular la distancia de tal manera que más que apuntar en el tanque, tendrmeos que apuntar un poco por delante para que acierte al llegar la bala.

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Como explicamos, los controles y opciones de combate son sencillas, pero el título entraña mucha más profundidad de lo que parece. Si salimos a tumba abierta en medio del campo de batalla duraremos nada y menos, ya que nos machacarán desde todas direcciones. La clave está en los rodeos que damos por el mapa, donde nos escondemos, las zonas elevadas desde las que vigilar el gran espacio abierto o puntos estratégicos para evitar que nadie llegue a nuestra base. Después de varias partidas uno se va dando cuenta de que hay mucha estrategia y que los jugadores inteligentes son los que se llevan el gato al agua.

En World of Tanks, además, una partida puede durar poquito si no vamos con cuidado. A pesar de durar unos quince minutos, raro es el encuentro que dura más de diez por un motivo claro: no existe el respawn. Si nos matan podemos dar por acabada la batalla. Eso sí, tiene una característica que agiliza el juego: podemos salir de la partida y ese tanque del garaje queda inutilizado porque está “en el campo de batalla” y podemos empezar otro combate con otro tipo de tanque. Cuando acabe la primera refriega sumaremos automáticamente los puntos de experiencia y monedas según lo que hayan hecho nuestros compañeros y lo que hayamos aportado nosotros antes de morir. Descubrir enemigos, acabar con ellos, la base… todo suma, no solo destrozar a cañonazos.

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El garaje es nuestro pequeño centro de operaciones. Ahí empezamos con tres tipos de tanques distintos a partir de los cuales podemos desbloquear tanto mejoras como otros tanques. Para adquirir nuevos tanques tenemos primero que investigarlos, algo que gasta experiencia. Una vez conseguido, se pueden adquirir comprándolo con plata. Tanto la experiencia como el la plata se consigue en el campo de batalla. Hay dos tipos de experiencia que ganamos, la libre que podemos usar para gastar en las compras que queramos y la experiencia de tanque, que se usa solo para mejorar el tanque que la ha ganado. A todo ello se añade el oro, otro tipo de dinero que forma parte del modelo de negocio: lo podemos comprar para adquirir una serie de objetos o convertirlo en plata para comprar.

A medida que avanzamos y ganamos experiencia y plata, podemos comprar diversos paquetes que mejoran las condiciones de nuestros tanques (cuando completamos el árbol de habilidades de un tanque, desbloqueamos otros). El cañón, la suspensión, el motor o la torreta son los elementos básicos que podemos potenciar en unos vehículos que eso sí, no tienen un gran grado de personalización debido a mejoras muy lineales. A todos se le pueden equipar diversas mejoras: objetos que aumentan o disminuyen el porcentaje de variables tales como ser descubiertos a cierta distancia, mayor velocidad de reparación o mayor velocidad de apuntado entre otras. Son elementos caros por norma, por lo que no es sencillo acceder a ellos. También podemos acceder a diversos suministros como nuevos tipos de munición que podemos intercambiar en el fervor de la batalla (hay de cinco tipos con más distancia, más penetración, más rango de acción por explosión, etc.).

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Aunque empezamos con tres tanques básicos, a medida que avanzamos vamos desbloqueando nuevos tanques con diversos estilos. No son pocos los modelos elegibles, y están recreados con fidelidad histórica para parecerse a los usados por los distintos ejércitos que controlamos como el alemán, británico o americano. Hay que tener claro el tipo de tanque que tenemos para no equivocarnos en nuestro rol en la partida. Un tanque ligero sirve de apoyo y sobre todo para explorar terreno, mientras que uno antitanque es clave para estar en lo alto de una montaña y usarse a lo francotirador. Otros como los pesados deben ser los encargados de dar la cara y asaltar enemigos, mientras que luego tenemos otros más intermedios para flanquear enemigos y apoyar a compañeros.

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El juego llega con tanques especiales Premium y diversos objetos y recursos que se adquieren con descuentos importantes gracias a dos paquetes fundadores. El primero incluye  el tanque medio estadounidense de rango VII T23, un espacio adicional en el garaje, 17 proyectiles premium, una tripulación entrenada al 100%, 10 kits de reparación pequeños, 10 botiquines pequeños, 10 extintores manuales, un emblema exclusivo con una estrella dorada y 30 días de cuentra premium por 6.700 de oro. El paquete fundadores 2 incluye el tanque medio alemán de rango V PzKpfw V-IV, un espacio adicional en el garaje, 19 proyectiles premium, una tripulación entrenada al 100%, 5 kits de reparación pequeños, 5 botiquines pequeños, 5 extintores manuales, un emblema exclusivo con  una estrella negra y 7 días de cuenta premium por 3.400 de oro. Además, los que decidan acceder a la cuenta Premium, eso sí, podrán ganar el doble de experiencia y de plata al final de cada partida. Ahí el boost es más claro ya que ganamos más por partida, aunque en modo “silver” no es poco lo que conseguimos.

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Técnicamente, el título es funcional sin alardes. Los más de 100 tanques disponibles están bien recreados y con buenos detalles, pero es lo único destacable en el juego a nivel visual. Sus movimientos responden a lo que se espera de un vehículo pesado como es el caso. El resto es muy plano. Los escenarios son algo vacíos y poco detallados, con elementos mejorables como los arbustos y los árboles o el detalle de los edificios. Los efectos especiales tipo explosiones son correctos sin más, aunque otros como la destrucción de ciertos elementos cuando pasamos por encima de ellos podrían ser mejores. En lo que sonido se refiere, buenos efectos de disparos y explosiones, así como el sonido del movimiento de los tanques que también cumple su cometido. Tenemos también voces totalmente en español, útiles sobre todo en el tutorial.