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Weedcraft Inc.

Weedcraft Inc.

La nueva industria del tabaco

Weedcraft Inc, análisis: el nuevo imperio del cannabis

Devolver Digital apadrina este título que nos sumerge en el mundo de la distribución de marihuana en Estados Unidos, una industria a medio camino entre la legalidad y el crimen. Una propuesta original, pero ¿merece la pena más allá de la original propuesta?

"¿Quieres dejar de divertirte y volver a tu aburrida vida cotidiana?" Weedcraft Inc. se burla así de nosotros cuando somos capaces de resistir su jugabilidad simplona pero diseñada para hacernos perder un minuto más de nuestra vida.

En un mercado donde el número de lanzamientos no ha parado de crecer en los últimos años y en el que atraer al público cuesta cada vez más, tratar de rodearse de controversia es una forma rápida de llamar la atención. No deja de ser una estrategia como cualquier otra para hacerse notar, pero no sirve para salvar un producto más allá de la primera impresión. Y Weedcraft Inc. es un buen ejemplo de esto.

Planta, cosecha, vende, planta...

Clic, clic, clic... Aparentemente un juego de gestión y estrategia, la jugabilidad de este título (apadrinado por Devolver Digital) se acerca más a la de uno de los géneros de moda en el mercado móvil, los "cliquer". Esto se traduce en una jugabilidad en la que todo depende de que estemos pendientes de pulsar en el lugar adecuado: bien sea para regar nuestras plantas, para podarlas y que crezcan mejor, para vender nuestra marihuana… El juego nos obliga a saltar de pantalla en pantalla haciendo clic en donde corresponda.

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Esto tiene, como en todos los juegos de este tipo, una enorme capacidad de enganchar durante largas sesiones, pero a la vez de resultar enormemente frustrante. Es la sensación de estar perdiendo el tiempo haciendo algo que no es especialmente divertido, pero a la vez sientes la obligación de completar la tarea en curso, que inmediatamente da paso a otra más.

Es verdad que hay detalles, como la posibilidad de contratar empleados o un supuesto sistema de interacciones personales que deberían servir para que las cosas se manejen en cierta manera por su cuenta, pero pronto descubriremos que no es así: nuestros empleados son absurdamente lentos en hacer sus tareas y la eficiencia de nuestro negocio crecerá enteros siendo nosotros quienes nos encarguemos de regar, podar y vender. Además, así nos ahorraremos su sueldo.

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Nuestro cometido es fácil: empezamos de cero en una ciudad donde la distribución de cannabis está prohibida (luego podremos expandirnos a ciudades donde el negocio es legal), y deberemos hacernos un hueco entre competidores sin sufrir muchos problemas con la policía. Tendremos que establecer plantaciones, en la cuales además de elegir las semillas y sustrato deberemos pasarnos frecuentemente a regarlas y podarlas (haciendo sus correspondientes clics) para después cosecharlas y volverlas a plantar. Así una por una, salvo que se lo encomendemos a algún empleado, en cuyo caso podremos desesperarnos quedándonos sin género que vender.

Una vez tengamos producción, deberemos salir a la calle a vender, para lo cual deberemos elegir una ubicación (y pagar por ella) y encargarnos de satisfacer a cada cliente haciendo clic sobre su cara durante unos segundos. Sí, hay que atender a cada cliente haciendo clic durante unos segundos sobre él o ella. También podremos establecer nuevos puntos de cultivo.

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Quizá el aspecto con mayor profundidad del juego es la propia gestión de las plantas. Podremos jugar con los niveles de nitrógeno, fósforo y potasio así como la temperatura y humedad para mejorar la calidad de nuestro producto, lo que a la larga puede servir para ganarle clientela a nuestra competencia.

Relaciones complicadas

Lo peor, por su parte, es el sistema (por llamarlo de alguna forma) de interacciones con otros personajes. Ya sean competidores, policías, aliados o empleados, Weedcraft Inc nos permite intentar trabar amistad con ellos, conocer detalles personales, investigar sus trapos sucios y, dependiendo de nuestra relación o conocimientos, pedirles favores o chantajearlos. Eso sobre el papel: en la práctica nos encontramos ante un despropósito.

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Básicamente las opciones son hablar porque sí, hablar de temas concretos (familia, negocios, educación), hablar sobre su vida privada o pedir favores. Estas opciones provocan preguntas aleatorias con respuestas aún más aleatorias. Ejemplos de conversaciones del tipo: "—¿cómo crees que influirá la legislación en los menores? —Vamos a conocernos mejor” son la tónica habitual. Estas provocan a su vez reacciones positivas o negativas en nuestro interlocutor de forma aparentemente aleatoria. Por ejemplo, “no me gusta tu aspecto. No vas a causar problemas por aquí, ¿verdad?” significa que la policía nos dejará tranquilos.

Incidir en estas conversaciones nos permite desvelar las características de cada NPC, pero estas se presentan sin más coherencia. Así, una persona nos puede decir que tiene un perro y un gato para a continuación decir que le gustaría tener mascotas. Al final, después de muchas conversaciones, es fácil llegar a la conclusión de que el sistema no tiene ninguna lógica, más allá de que en general las primeras interacciones son siempre generalmente positivas, y si insistimos, pasan a ser negativas.

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Respecto a pedir favores, la mecánica sigue la misma tónica: alguien puede rechazar hacernos un favor por dinero pero, con el mismo nivel de amistad, aceptar hacerlo gratis. Todo es aleatorio e impreciso, y la localización no ayuda mucho en este sentido, con algún texto que ni siquiera entra del todo en su caja de texto.

Pero lo que realmente pone la guinda de este título es lo repetitivo de su jugabilidad. Clic, clic, clic... cuando dejes de “divertirte” y vuelvas al mundo real te maldecirás por el tiempo perdido en este título que engancha como la droga pero no precisamente por su capacidad de divertir.

Conclusión

Weedcraft Inc resulta, a pesar de su interesante propuesta, un simple cliquer donde deberemos dedicar nuestro tiempo a repetir las mismas acciones una y otra vez mientras cumplimos los objetivos propuestos por el juego. El desastroso sistema de relaciones no ayuda a mejorar una experiencia que acaba enganchando por impulso pero no por su capacidad de entretener.

Lo mejor

  • Toca una temática original y con posibilidades.
  • Aspectos como mejorar la calidad de las plantas teniendo en cuenta el nitrógeno, fósforo y potasio, entre otros detalles, resultan interesante.
  • Se nota que se ha puesto cuidado en presentar múltiples variedades de marihuana.

Lo peor

  • A pesar de poder contratar empleados, la jugabilidad consiste en cliquear compulsivamente distintas opciones.
  • El sistema de interacción con otros personajes es desastroso.
  • Acaba siendo repetitivo y poco interesante, especialmente por el argumento ramplón, casi una excusa.
4.5

Mediocre

Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.