Análisis de WarioWare: Move It, el rey del salón para Nintendo Switch en este 2023

Descarado. Fresco. Desternillante. Podríamos seguir con los calificativos ante la nueva entrega del antihéroe más querido del Reino Champiñón. Porque WarioWare: Move It! Mantiene la línea de propuestas que buscan reunir a la familia en torno al televisor. Es un juego que haría arquear una ceja a tu abuela, para poco después verla haciendo posturas de todo tipo. La pareja de Joy-Con son el vehículo para representar todos los gestos que hagas con tu cuerpo. Lo hemos pasado en grande con él.

Vacaciones al estilo Wario

Los primeros pasos por WarioWare: Move It! Se realizan, cómo no, a través de su modo Historia. Por azar del destino, el simpático personaje logra unas vacaciones pagadas junto a sus amigos en una enorme isla paradisíaca. Lo que parece un momento de relax se convierte rápidamente en una aventura donde lo inverosímil es lo cotidiano.

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Nintendo Switch ya recibió hace dos años una entrega de la saga. WarioWare: Get It Together! desechaba aprovechar las funcionalidades de la consola para brindarnos una entrega más clásica, llevada por botones y centrada en las características únicas de cada personaje. Con Move It! Nada de eso queda. Intelligent Systems apuesta por hacer que la tecnología de control por movimiento de los Joy-Con sea la batuta con la que completar los más de 200 microjuegos que reúne.

Como decíamos en nuestras impresiones, el estudio ha ejecutado una solución inteligente para evitar problemas con la detección de movimiento. Antes de comenzar un microjuego debemos agarrar los posilitos (como se denominan los Joy-Con en el universo del juego) de tal forma que el pulgar cubre el gatillo de cada uno. Es imprescindible sujetarlos incorporando el acople de agarre con cinta que viene incluida en cada consola o pareja de Joy-Con que hayas comprado.

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Una vez hechos los preparativos, es hora de que comience tu periplo. Cada microjuego está pensando para jugarlo con una postura concreta, que se indica antes de que den comienzo. De esta forma, el estudio ya manda el input al juego de qué movimientos se van a realizar a partir de un punto de partida concreta. Con esta decisión se logran dos cosas clave: hacer que sea sencillo de cara al jugador y evitar que el juego pierda el registro de movimientos complejos.

Podríamos escribir docenas de párrafos hablando sobre cómo funciona cada postura, pero preferimos que descubráis por vosotros mismos los giros que dan algunas de ellas. Lo que sí podemos mandar es una llamada a la calma: vas a saber siempre qué hacer en cada postura. El modo Historia, además de desbloquear microjuegos para poder jugarlos posteriormente en otras vertientes, supone una suerte de tutorial en el que se indica al detalle cómo funcionan. De hecho, la forma en la que se te introduce cada una es divertidísima. Un narrador nos explica una breve historia sobre cómo los antepasados de los autóctonos de la isla los descubrieron, como si fuese un cuento mitológico.

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Pondremos algunos ejemplos de los que intentan ir un poco más allá. Si te piden hacer la pose Quiquiriquí, debes colocar el Joy-Con de tu mano dominante bajo tu nariz, como si fueses un pollito, mientras que el otro Joy-Con lo colocas a la altura de tu cadera por la parte de atrás de tu cuerpo. Debes girar el cuerpo hacia los lados para completar los microjuegos que lo pidan, que habitualmente suelen ser carreras de punto a punto. Otro de los que más nos han sorprendido ha sido Pose Mano Títere. Como en el anterior, la mano dominante tendrá el Joy-Con que incorpora el sensor óptico, que debes apuntar a tu otra mano para realizar las pruebas que te exijan los microjuegos. En uno debíamos enfocar una linterna para ver ciertos elementos, e incluso en otro se registraba los gestos que hacíamos con la otra mano. Hay algunos momentos que, incluso colocándote bien en la postura, no detectaba bien el movimiento, pero son muy escasos los microjuegos que van un poco más allá.

Risas aseguradas

El modo Historia puede jugarse tanto en solitario como junto a otro jugador en modo local. Reiteramos lo que decíamos anteriormente: cada capítulo sirve como un tutorial progresivo por las más de 15 posturas que incorpora el juego. Nos hubiera gustado que la estructura fuese algo más variada, ya que en nuestra opinión abusa de las cadenas de microjuegos hasta el jefe final de turno. De hecho, estos momentos son bastante mejores cuando juegas en dúo. Si tienes otra pareja de Joy-Con, te animamos a que repases la aventura en compañía.

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Dentro de este apartado encontramos otras características dedicadas a maximizar su rejugabilidad. El museo es el lugar donde se engloban todas las posturas y microjuegos que hayamos descubierto a lo largo de la aventura o en el modo Fiesta. También se recopilan otros elementos y formas de disfrutar de ellos de los que no podemos hablar.

Por otro lado, ya incidíamos en la presencia del modo Fiesta, donde se convierte en una especie de Mario Party. Hasta cuatro jugadores pueden participar simultáneamente en un tablero repleto de microjuegos y potenciadores que dan chicha a las sesiones. Son partidas de apenas 15 minutos aproximadamente, por lo que el ritmo se mantiene alto en todo momento.