WarioWare: Get It Together!
Si parpadean se lo van a perder
WarioWare: Get It Together!, Análisis. Un mano a mano con tu sentido del humor
La saga de los microjuegos de Nintendo está de vuelta con un título abundante en contenido y que mantiene la misma simpatía: apuesta segura.
Actualmente cuesta pensar en una consola de Nintendo sin su correspondiente ración de WarioWare. El versátil villano de la casa Mario dejó claro en Game Boy Advance que la sencillez puede convertirse en virtud, que el frenetismo a base de microjuegos cabía en nuestro bolsillo. Todo ello con una idiosincrasia que se ha contagiado generación a generación, manteniendo una esencia inquebrantable a la vez que ha añadido particularidades únicas en cada nueva entrega. Generalmente sacando partido de las capacidades únicas del hardware del momento. Y es así como llegamos a WarioWare: Get It Together! para Nintendo Switch.
Su evolución siempre dejó algo para el recuerdo: pantalla táctil, control por movimiento, aprovechamiento de hasta el último botón… Se ha construido una subsaga con sus personajes, cada cual con su propia temática. Aquí pocas cosas cambian; seguramente demasiadas pocas. Una seña de identidad que se transmite a los mandos desde el primer minuto: más de 200 microjuegos de escasos segundos de duración divididos en diferentes “mundos” o paquetes de niveles protagonizados por estos extravagantes personajes.
Esta vez la premisa argumental se centra de nuevo en Wario, un desastroso desarrollador de videojuegos cuya última “proeza” ha sido tal que ha absorbido a todos sus colegas. No queda otra que echarles una mano, ¿no? Id preparando el abdomen, porque las risas y las carcajadas aderezadas por situaciones absurdas se suceden una detrás de otra.
Vuelta de hoja: un ingenioso diseño de juego
El modo historia, del que no vamos a revelaros nada más, va introduciendo poco a poco nuevos personajes, y he aquí la gran novedad, la espada de doble filo, de WarioWare: Get It Together!: cada uno se controla de forma diferente; con sus luces y sus sombras.
Wario, por ejemplo, ataca en la dirección en que se encuentre mirando; como un dash en una dirección. Por su parte, Mona está de vuelta con una moto y un búmeran. Ella se mueve sin cesar allá donde esté mirando; nosotros controlamos la dirección del bumerán, que sirve de elemento de contacto con el microjuego. Otro igualmente distinto es 18-Volt, que dispara discos a la dirección elegida. Cualquier automatismo en nuestras acciones se desvanece tan pronto como controlas un personaje diferente sin tiempo para asimilarlo. En WarioWare no hay tiempo que perder. Las primeras horas son las mejores, sin duda.
Este matiz cambia los esquemas a nivel mecánico completamente. Antaño, memorizar cada microjuego planteaba una situación irremediable: si te sabías el juego, apenas errabas en el intento. Ensayo y error. Ahora no, especialmente si seleccionas aleatoriamente el personaje utilizado (que recomendamos encarecidamente para sumar un componente de azar a cada partida). En la medida en que avanzamos en la historia cada mundo requerirá de equipos de varios personajes que van rotando en cada microjuego, lo que se traduce en el uso de tres, cuatro o más en una cuestión de dos o tres minutos. Sobre el papel, fantástico.
Más no siempre es mejor
La parte negativa es que son demasiados personajes, algunos no encajan con la naturaleza de los niveles. Se siente introducido a la fuerza: no todos encajan igual de bien en la jugabilidad. Este enorme elenco de nombres seleccionables hace que unos cuantos se ejecuten de forma errática en los microjuegos; por no decir que es ciertamente antinatural su control en determinadas circunstancias. En este sentido, Intelligent Systems ha pecado de exceso y hay un desequilibrio patente en algunos de ellos, que directamente no funcionan como deben porque no están planteados para utilizarse en muchos de los microjuegos. Es confuso. De hecho, otros facilitan excesivamente la resolución de ciertas fases y jefes. No está bien equilibrado.
El punto más negativo de esta entrega, el motivo por el que WarioWare: Get It Together! no ha podido aspirar a una mayor calificación, es precisamente por ciertos microjuegos y sus jefes. Son más de 200, muchos, pero recordamos selecciones bastante mejores; especialmente con los jefes finales. Salvo un par de ellos, la mayoría están poco inspirados, extremadamente fáciles y predecibles.
Esperábamos más, en general, de ese compendio de miniexperiencias. Son simplemente notables, echamos en falta más situaciones memorables. WarioWare: Get It Together! no alcanza las cotas de frenetismo de anteriores entregas, especialmente tras lo visto en Wario Ware Gold en Nintendo 3DS con sus 300 minijuegos y modos extra, una suerte de versión “Ultimate” de esta saga. Además, se ha dejado pasar la oportunidad de sacar más partido de las características únicas de Nintendo Switch. Es un videojuego muy conservador, muy clásico: todo se resuelve con los botones. No hay soporte para el control táctil —que hubiese sido genial para la experiencia en solitario—, tampoco se hace uso de la vibración HD de los Joy-Con, el control por movimiento… Es menos alocado y más permisivo, hasta el punto de que quedarse sin vidas no significa el final de la partida si pagas unas cuantas monedas (y, creednos, nos sobrarán al cabo de las horas).
Una apuesta sobre seguro; pensado para toda la familia
Por suerte, la esencia se mantiene: WarioWare: Get It Together es un videojuego que busca tenderte constantemente zancadillas a cambio de una sonrisa; sabes que, como en Tetris, tarde o temprano vas a terminar sin vidas. La máquina siempre gana. Salvo en la primera partida del modo historia, que da por completada la misión al llegar al jefe al cabo de una quincena de microjuegos, el resto de ocasiones entra en escena el componente infinito. Tus récords los rompes tú, siempre buscando un golpe de gracia… y un toque de suerte, por qué no decirlo.
Intelligent Systems ha sacado sus mejores galas en el modo cooperativo, que es divertidísimo en modo local con hasta cuatro jugadores. En nuestro caso, para este análisis hemos probado con dos Joy-Con, dos jugadores. Al igual que 1-2-Switch y Super Mario Party, es una apuesta segura. Si sabes a lo que vienes, es imposible que no disfrutes y saborees cada minuto de WarioWare: Get It Together!, por mucho que haya habido entregas mejores.
Con el fin de no arruinar sorpresas a nadie, nos abstendremos de comentar más sobre el modo Popurrí, que es como se ha bautizado al multijugador local, así que simplemente diremos que hay dos tipos de experiencias: competitivas y fiesta, las cooperativas. Algunas pueden ser las reinas de la noche, creednos. Además, en el apartado de la Sala de recreo podemos hacer regalos a los personajes, personalizarles estéticamente y comprobar su nivel (cuanto más los usemos, mayor puntuación acumulada). Igual con la Wariopedia, un libro repleto de información.
No podemos terminar sin mencionar que el título llega doblado al castellano, al margen de su traducción en texto. Es un valor añadido. Eso sí, nos cuesta entender que haya ausencias en la banda sonora, con melodías clásicas de personajes icónoc que no están presentes en la obra hoy protagonista.
Modo online: clasificaciones en línea y retos semanales
Una de las novedades de esta entrega es su carácter competitivo en línea. Desde Intelligent Systems han tomado nota del feedback de los jugadores tras lo visto en Nintendo 3DS y han incluido el modo Copa Wario, que es para un solo jugador, pero incluye retos de carácter semanal con desafíos seleccionados expresamente por el equipo de desarrollo en cada microjuego; así, no bastará con completarlos todos, sino hacerlo según criterios. Desafíos, en definitiva, cuyos resultados podremos compartir en Internet si nos conectamos (es necesario disponer de una cuenta activa en Nintendo Switch Online).
Actualmente encontramos dos tipos de juego en la Copa Mario: Contrarreloj y Cazapuntos. Como podéis imaginar, el primero se basa en completar las misiones en el menor tiempo posible; el segundo, en conseguir la mayor cantidad de puntos por completar cada microjuego. Quien logre una mayor puntuación total, gana. Dicha puntuación se rige en valores como los puntos base, multiplicados por el nivel escogido y la velocidad (tiempo). La complejidad puede llegar a ser tal que nos veamos controlando a dos personajes al mismo tiempo, uno con botones y otro con el joystick izquierdo. A cabo de cada semana recibimos puntos en nuestro perfil y podemos subirlo de nivel gracias a dichas puntuaciones. Es bastante interesante y aporta un componente competitivo pasivo que no sienta nada mal al título; sobre todo aquellos que busquen hacerse con los mejores registros en los retos activos cada semana.
Conclusión
WarioWare vuelve manteniendo unos estándares de calidad marca de la casa, pero sin alcanzar las cotas de excelencia de entregas anteriores. La incorporación de varios personajes con sus propias mecánicas es un acierto, aporta imprevisibilidad e impide que memorizar microjuegos arruine el reto a largo plazo. Cada partida es diferente. No obstante, ni la selección de microjuegos ni los jefes finales son tan brillantes como antaño, sumado a una dificultad sensiblemente reducida. El modo multijugador es su gran baza, multiplica las horas ad infinitud; sumado a las clasificaciones en línea. De nuevo, una lección de cómo combinar diversión sin tiempo para pensar. La irreverencia por bandera.
Lo mejor
- Abundante en contenido y muy rejugable
- Igual de divertido que siempre; especialmente en multijugador
- La diferencia de control de cada personaje...
Lo peor
- ...pero algunos están muy desequilibrados
- Los jefes finales y ciertos minijuegos, poco inspirados
- Desaprovecha las capacidades únicas de Nintendo Switch
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.