Análisis de Warhammer End Times: Vermintide

Los creadores, el estudio sueco Fatshark, no son unas superestrellas del desarrollo, pero han demostrado un buen nivel con títulos como Lead & Gold y su trabajo más conocido, el título multijugador War of the Rose. Pero con Vermintide podemos decir que se han consagrado y dado un salto cualitativo, además de asegurarse un título que podemos asegurar que será muy popular (ya lo está siendo, con un buen arranque de ventas en Steam). Las claves: hacer bien las cosas, no complicarse ni perderse en elementos demasiado ambiciosos, tener los objetivos y las referencias claras e, importante, depurar el juego en una larga e intensa fase beta de pago en la que se aprecia que el estudio se ha dejado la piel y ha estado encima de lo que comentaban los jugadores.

Warhammer End Times es un título multijugador cooperativo creado a la imagen y semejanza de títulos como Left 4 Dead, en el que cuatro jugadores se enfrentan a una fuerza muy superior en número, tratando de sobrevivir a través de diferentes misiones y escenarios. Pero los zombies son aburridos ya a estas alturas, así que aquí encontramos un enemigo mucho más interesante en la forma de Skaven, los crueles e innumerables hombres-rata que se han propuesto conquistar una de las principales ciudades del imperio, Ubersreik. Confiados en sus impenetrables muros, las defensas de la urbe son pillada completamente por sorpresa cuando miles de enemigos surge de las alcantarillas, canales, atacando con malevolente precisión los principales puntos neurálgicos de la ciudad.

En medio, y por diferentes circunstancias personales, se ven envueltos cinco personajes que representan las clases que podemos seleccionar: un cazador de brujas, una hechicera, un enano, una elfa y un soldado imperial. Cada uno tiene un estilo de combate propio y unas habilidades que lo hacen necesario en la batalla, aunque no imprescindible. Es a través de la combinación de fuerzas cuando el grupo puede resistir las acometidas de una fuerza claramente superior y avanzar en los objetivos de cada mapa. Cada personaje tiene en común dos tipos fundamentales de armas: una a distancia, y otra cuerpo a cuerpo. Hay munición y limitaciones para las armas a distancias, así que el cuerpo a cuerpo será habitual, pero dentro de eso hay muchos elementos que tener en cuenta.

En cuerpo a cuerpo hay dos ataques básicos, un golpe normal y otro cargado, además del botón derecho para bloquear y un empujón que puede ser útil para darnos un poco de espacio en el que maniobrar. También hay un movimiento de esquiva que requiere bastante rapidez de reflejos, pero que nos puede salvar de algún susto. Dentro de esto, el alcance, daño y capacidad defensiva cambia dependiendo de la clase, y dentro de la clase del tipo de arma cuerpo a cuerpo que tengamos. Por ejemplo, tanto el soldado imperial como el enano pueden estar equipados con un escudo y un arma de una mano, o pueden optar por un arma de dos manos, aumentando su capacidad ofensiva a costa de la defensiva. Pero hay que tener en cuenta que los Skaven pueden llegar por cualquier lado, atacan en masa, así que por una lado hay que saber moverse bien para recibir el mínimo daño posible -las pociones de salud no abundan- y por otro lado hay que contar con los compañeros para cubrirnos las espaldas -o en el peor de los casos, para resucitarnos-.

Despachar grupos de carne de cañón Skaven es relativamente fácil, pero la mayor fuerza de estos seres está en sus incontables números, así como su agilidad y fiereza, algo que el juego implementa con mucho acierto. Se ha tirado de lo procedural para asegurarse de que nunca sepamos qué vamos a encontrarnos, y lo cierto es que funciona. En el momento más inesperado, la música comienza a cambiar de tono, alguien de nuestro grupo grita “¡emboscada!” y de repente estamos ante una marea de hombres rata que salen de las esquinas, saltan desde los tejados y llegan por cualquier parte, algo que puede pasar en cualquier momento y de forma natural. Son débiles, pero a poco que consigan dañarnos ya habrán realizado su cometido de debilitar algo el grupo, erosionando poco a poco nuestras barras de salud.

Pero el verdadero peligro de los Skaven no está sólo en su número, sino en las combinaciones de sus fuerzas especiales, que serán las que nos pondrán más en problemas. Hay asesinos que se mueven a velocidad de vértigo y que nos pueden pillar desprevenidos e inmovilizarnos hasta que un compañero venga al rescate. Otro tipo de Skaven puede cazarnos por sorpresa, arrastrarnos y colgarnos alejado de nuestros compañeros -además tiene tendencia a aparecer cuando hay grupos grandes, así que muchas veces hay que salir corriendo a rescatar a nuestro compañero mientras decenas de hombres ratas furiosos tratan de cortarnos el paso-. Hay otras dos clases que son especialistas en la distancia, uno con una ametralladora (Ratling Gunner), y otro que lanza frascos de veneno (Poison Wind Globadier). En la más pura tradición Skaven, ninguno de los dos tienen el más mínimo reparo en acabar con sus hombres si son pillados en medio de sus ataques. También hay una variedad de los soldados de infantería especialmente complicada ya que llevan armadura y aguantan mucho más castigo, lo que es peligroso cuando llegan en grupos mezclados con otras fuerzas. La guinda la ponen los Ratas-Ogros, criaturas monstruosas capaces de acabar con regimientos enteros y que tienen una fuerza y resistencia sobrenaturales.

La estructura del juego es sencilla y la historia es minimalista, contada a través de la introducción a cada misión y a los sucesos que vamos viendo en las mismas, no es el foco. No hay grandes ambiciones ni ensoñaciones de mundos persistentes estilo Destiny. Hay 13 mapas, algunos de los cuales se desbloquean si has cumplido con misiones anteriores, seleccionamos el que nos apetezca, elegimos dificultad y esperamos a ver si hay un grupo de jugadores al que unirnos. Si no hay disponible una plaza con el héroes que tenemos por defecto, se nos dará la opción de elegir otro de los cinco o esperar -los personajes no pueden repetirse-. Y si no hay cuatro jugadores, bots ocuparán los huecos -unos bots que además hacen un trabajo más que decente-. Todo fácil, sencillo y accesible, diseñado para saltar lo antes posible a la acción sin más complicaciones, pero sin renunciar a añadir pequeños toques de personalidad a la mezcla -como sucede con los comentarios entre los compañeros, algunos impagables-.

Esa estructura simple no significa que el juego lo sea. En normal la cosa va mejorando a medida que más gente entiende un poco mejor los mapas y qué hacer, aunque no es ningún paseo, pero una vez que empiezas en difícil, la cosa requiere de un grupo bien coordinado y que sepa cómo moverse, protegerse y atacar. Cuando llega una horda, la acción es frenética y en general todos los mapas son bastante estresantes, mostrando que los Skaven son realmente mucho más temibles que los no-muertos tradicionales -también cuenta el hecho de que gran parte de la acción es cuerpo a cuerpo, y tener a 10 hombres ratas a tu alrededor tratando desesperadamente de acuchillarte no es una experiencia plácida que digamos-.

Además de lo bien ejecutado que está el juego y del retador nivel de dificultad, el juego acierta al incorporar un sistema de progresión centrado principalmente en las armas. Hay una buena variedad de ellas para cada personaje, con diferentes estadísticas y funcionamientos distintos que nos permiten experimentar, variar y evolucionar, algo importante para la longevidad de la partida. Por ejemplo, la maga brillante tiene tres variantes de armas cuerpo a cuerpo -poco recomendables ya que es el personaje menos dotado para el cuerpo a cuerpo- y luego a distancia cuenta con un cetro, que puede ser de hasta siete tipos distintos, variando su disparo simple y cargado. Unas nos permiten incendiar una zona concreta, mientras que otras ofrecen distintos tipos de disparos, de forma que cada jugador puede encontrar la que vea más interesante y divertida. Otras clases presentan también una buena variedad de alternativas, y dado que es probable que juguemos con más de una clase -por gusto o necesidad- eso hará nuestras repeticiones de escenarios más amenas.

La única pega, y es una pega muy relativa, es que quizás el método para obtener nuevo equipamiento puede ser bastante aleatorio y un poco frustrante. Para empezar, necesitamos cumplir con éxito una misión -que no siempre es fácil-. Y dado que para conseguir mejores armas necesitamos completar misiones más difíciles, la cosa se va poniendo complicada, especialmente si dependemos de jugadores desconocidos y no tenemos un grupo de confianza. Luego además, obtienes armas en función de un lanzamiento de dados y es bastante posible que no te toque un arma de la clase que deseas, lo que siempre es algo frustrante. Como última alternativa, puedes usar una Forja, pero es también una lotería: combinar varias armas que hayas conseguido para obtener una mejor, pero a menos que uses sólo armas de un mismo tipo, el arma que obtengas puede no ser lo que estabas buscando -aunque al menos siempre está bien mejorar otras clases por si tienes que jugar con ellos-. En end game, en los niveles más altos de dificultad, puede causar ciertas frustraciones este sistema.

Técnicamente es un juego sólido. En nuestras partidas sólo nos hemos encontrado algunos problemas de quedarse atascados en ciertos puntos, y leyendo foros y opiniones de otros jugadores, hay quien ha encontrado problemas más serios, pero en nuestras partidas todo ha ido como la seda, con un buen rendimiento. Gráficamente, Fatshark no ha optado por poner un enorme grado de detalle, ni ha creado las mejores animaciones, pero sí ha dotado a todo el conjunto de una armonía, belleza y ambientación realmente destacables. Se destila amor por Warhammer Fantasy y gusto para recrear la grandilocuencia gótica de este universo, a lo que ayuda un uso de la luz ambiental realmente destacable. También los mapas destacan por su diseño e imaginación, con cosas como la torre del hechicero, un mapa muy vertical repleto de momentos extraños como cuando avanzamos en una habitación con escaleras y cofres en el techo. Además, la música y el diseño aural están a un nivel excelso, enfatizando cada momento, dándonos claves de los enemigos que tenemos a nuestro alrededor y sumergiéndonos en la tensión natural del juego.