Warhammer 40000: Dawn of War
- PlataformaPC9
- GéneroEstrategia
- DesarrolladorRelic Entertainment
- Lanzamiento27/09/2004
- TextoEspañol
- VocesInglés
- EditorTHQ
El juego que Warhammer merecía
Warhammer 40.000 es un complejo universo de guerra constante entre razas por todo el universo, uno de los juegos de estrategia más populares en todo el mundo. Semejante licencia necesitaba un juego a su altura, y parece que al fin se ha logrado.
Warhammer 40.000 es un complejo universo de guerra constante entre razas por todo el universo, uno de los juegos de estrategia más populares en todo el mundo. Semejante licencia necesitaba un juego a su altura, y parece que al fin se ha logrado.
Warhammer 40.000 es una licencia que clamaba por ser convertida al videojuego, pero las esperanzas de muchos aficionados se habían visto frustradas una detrás de otra gracias a mediocres o desafortunados títulos, que no conseguían reflejar el espíritu de este universo ni la profundidad estratégica de la que gozan sus muchos aficionados en todo el mundo. Hay que dar gracias que por fin hayan entrado en razón y dado el proyecto a un estudio con experiencia, capaz de hacer un juego al más alto nivel en todos los aspectos.
Dawn of War es un magnífico primer paso por parte de Relic en la saga Warhammer 40.000, sus propios responsables afirman que tienen la intención de continuar con esta licencia y que este título es sólo el principio. Por ello han creado un nuevo capítulo, los Blood Raven, con el total apoyo de Games Workshop que incluso hizo que sus creativos trabajaran en el diseño de los trajes y estandartes para oficializarlo, además de hacer unos modelos de plomo para referencia.
En muchos aspectos, este redactor siempre ha tenido un gran interés por cualquier juego basado en Warhammer 40.000, por ver si podía encontrar un buen sustituto a la imposibilidad de jugar al juego real. Tener libros y saber que no vas a poder jugar porque ni conoces gente, ni tienes tiendas oficiales de Games Workshop cercanas, ni sabes pintar las figuras, además de otras variopintas dificultades es bastante frustrante. Algunas de las experiencias que podría compartir jugando a este título, las pocas veces que se ha podido montar una partida, tienen como protagonistas a Playmobil luchando como aguerridos marines espaciales en medio de un surrealista paisaje montado a base de libros.
Pero la sorpresa es que Dawn of War no es sólo un premio de consolación, es una experiencia que puede entusiasmar incluso a los veteranos que juegan desde hace años con todo lujo de detalles. La "intro" es ya de por sí suficientemente buena para por lo menos atraer la atención a cualquiera, no es muy larga ni tiene exactamente que ver con la historia, pero representa el más puro espíritu Warhammer, con dos bandos enfrentándose a muerte por algo en apariencia tan insignificante como una colina, destrozándose entre ellos en una orgía salvaje de fuego, disparos y armas de cuerpo a cuerpo. Es un excelente trabajo con una calidad impresionante, sirviendo tanto para introducir a los novatos como para emocionar a los veteranos.
Pero no sólo se trata de la "intro", el estudio ha conseguido insuflar vida a las antes figuras inanimadas, resulta un sueño hecho realidad ver por primera vez a la unidad Dreadnought "purificando" a los infieles, causando estragos entre la infantería enemiga con todo lujo de detalles y perfecto movimiento. La imaginación es ilimitada, pero existe una diferencia entre imaginarte como ha muerto tu soldado, que en el fondo se basa en quitar su figura, a ver como es agujereado mientras muere en medio de un charco de sangre, pudiendo incluso ver el dolor en su cara.
Gráficos y sonido
Una vez finalizada la intro llega el momento de seguir sorprendiéndose del aspecto técnico del juego, esta vez con el motor 3D ideado, que es actualmente uno de los mejores que se puede encontrar en un RTS. El modelado y las texturas de las unidades son impecables, se ha respetado por completo el característico coloreado y diseño de los originales, por lo que parecen efectivamente figuras en movimiento. Cada arma está convenientemenete modelada y detallada, las diferentes unidades están salpicadas de pequeños detalles como insignias o runas, que se pueden apreciar gracias al sistema de cámaras.
Puedes mover la cámara libremente por el escenario, rotarla, hacer zoom... cualquier perspectiva dentro de lo razonable es posible. Los botones rápidos te ayudarán a que la controles con precisión, aunque su uso es más estético que otra cosa, ya que la posición prefijada es la más útil para controlar el curso de la batalla y gestionar tus tropas. Pero aunque no afecte a la jugabilidad, resulta una gozada poder acercarla en medio de una batalla y apreciar la animación de las unidades al combatir entre sí.
Las animaciones son muy variadas e igualmente impecables, entrando en su apogeo a la hora del combate. En Relic se nota que no se han tomado este juego como algo más que un "juego basado en licencia famosa que se vende solo", y se nota porque los títulos más trabajados suelen ser los más ricos en pequeños detalles, de esos que no son inmediatamente visibles y que no están introducidos para lucimiento, sino porque los desarrolladores estaban realmente interesados en darle ese pequeño pero importante toque de personalidad.
El Dreadnought, posiblemente una de las unidades más representativas de Warhammer 40.000, ha sido tratado con devoción y merece mucho la pena acercar la cámara en combate y ver sus movimientos, siendo capaz de dar manotazos que arrojan a varios enemigos por los aires, dar puñetazos, o coger a un enemigo, aplastarlo y arrojar sus restos a varios metros en medio de un reguero de sangre.
Pero no sólo el Dreadnought, todas las unidades tienen movimientos característicos y propios, lo que se puede apreciar especialmente en los combates cuerpo a cuerpo. Los espectros aullantes de los Eldar, unidades especialistas en el cuerpo a cuerpo, se mueven con gracia, dando volteretas y diversos movimientos de ataque junto a mandobles de sus espadas. Nada es genérico aquí, cuando lances a tus tropas a la batalla, sentirás que realmente estás en medio de una guerra, podrás ver como tu Comandante utiliza diversos movimientos de espada, el Bibliotecario lanzará ondas de choque que arrastran a los contrincantes, el Vidente puede lanzar ataques que desencadenan tormentas psíquicas zonales, los misiles explotarán dejando cráteres en el suelo, los lanzallamas se activarán desplegando varias lenguas de fuego... toda una amalgama de sangre y destrucción entre las decenas de unidades que pueden aparecen en pantalla, todo un espectáculo.
Y todo esto está, con paisajes y edificios en su justa proporción. Los mejores escenarios son los que se desarrollan en territorio urbano, que es quizás la esencia más básica de Warhammer 40.000, con calles rodeadas de edificios destruídos y enemigos esperándote en cada esquina. Aunque también una parte del juego se desarrolla en territorio abierto, selvas llenas de árboles y con muchas irregularidades en el terreno que permiten ser usadas como cobertura.
Los variados edificios de cada raza están también recreados con mimo y cuidado, además de que se ha procurado que su construccíon guarde sentido con la naturaleza de cada bando, y no que aparezcan de la nada porque un trabajador acuda. Las tropas imperiales mandan sus tropas y las construcciones desde una estación órbital, en módulos que se estrellan contra el suelo. Los orcos las construyen a base de montones de basura y cacharros que les mandan enganchados en naves. Los miembros del caos las invocan desde otra dimensión en medio de un escalofriante ritual. Y los Eldar las "cantan", que significa que las crean de la nada a partir de una materia etérea conocida como Hueso Espectral.
La música en general es adecuada, con tonos graves sin altisonancias que marcan el ritmo militar y bélico del juego, aunque hay algunas piezas que se guardan para algunos momentos épicos. Es un buen trabajo, en el sentido de que aunque no destaque, acompaña perfectamente al juego y no influye para mal en ningún momento. Mucho más destacable es sin embargo el tema de los efectos sonoros y las voces, en donde Relic ha hecho un excelente trabajo de selección de actores y guión.
Por un lado, algunas de las frases genéricas de las unidades cuando van a cumplir una orden llegan a impactar, y todas tienen la personalidad adecuada a la raza y clase. Es especialmente remarcable nuevamente el Dreadnought, cuando dice, en inglés, cosas como "es mejor servir al emperador que moverse por uno mismo" "ya estoy listo para servir, de nuevo" (hay que recordar que los Dreadnought son humanos abatidos en el campo de batalla, que por su coraje y condiciones, son condecorados con la posibilidad de servir nuevamente al emperador introduciendo sus restos en esas máquinas).
Por otro lado, las voces de los actores principales son también muy buenas, algo que podrás apreciar incluso si no entiendes el inglés. En el reparto hay auténticos profesionales del sector, y eso se notal, tal es el caso de Brian Dobson, haciendo un papel magistral como la voz del villano de la historia (quién la oiga, entenderá perfectamente por qué este hombre ha sido el encargado de dar la voz a Esqueletor en la nueva puesta al día de He-Man), o Nicole Oliver, que cuenta con una dilatada carrera de dobladora en voces de animación, incluyendo Gundam Seeds, Escaflowne o Transformers: Armada en sus versiones norteamericanas.
Historia
En el año 40.000, la humanidad se extiende por todo el universo en un fragil imperio que alberga miles de planetas. En su proceso de expansión, otras razas surgieron y declararon la guerra incondicional al ser humano, que a su vez se debía enfrentar a las fuerzas del Caos, seres demoníacos y corruptos que ansían el potencial psíquico de los humanos como llave al mundo material, corrompiédolos usando sus deseos y pasiones más oscuros.
Un emperador que no es más que apenas un cascarón vacío rige el destino de la humanidad en medio de una teocrcacia en la que cualquier fisura en la fe sobre la divina figura es brutalmente castigada. El más poderosos psíquico de la humanidad no puede ya andar por su propio pie, pero su voluntad llega a todo el universo gracias a su mente, mientras que sus Marines Especiales, las fuerzas de elite formadas por super-humanos, y la Inquisisción, se encargan de establecer la ley y el orden, a la vez que que luchan contra numerosos peligros que amenazan con convertir el ya de por sí desgraciado estado de la humanidad en algo mucho peor.
La historia del juego en sí tiene lugar en Tartarus, un planeta en apariencia insignificante que de repente se ve atacado por una descomunal fuerza orca sin motivo aparente. El capítulo de los Cuervos Sangrientos es enviado para repeler la invasión, pero una vez en el planeta descubrirán que hay mucho más de lo que creían. La historia es bastante buena, aunque es una nadería si se compara con la de la obra original de Relic (Homeworld), y además peca de ser corta y hasta cierto punto previsible, pero es bastante competente.
Jugabilidad
Uno de los motivos por lo que algunos de los pasados títulos basados en Warhammer 40.000 fueron un fracaso, o no resultaban tan buenos como se esperaba, es el intentar mantenerse contra viento y marea en las reglas del libro. Por supuesto, Games Workshop exige ciertas cosas a la hora de ceder su licencia, y no te puedes desviar de lo que la licencia te permite hacer. Pero eso limitó en exceso anteriores juegos, como Chaos Gate, que pese a ser un entretenido y divertido juego, dejaba un poco frío por sus limitaciones, no consiguiendo reflejar la épica de los combates de Warhammer.
Relic ha optado sin embargo por forzar un poco las cosas, y aunque se respeta escrupulosamente todo lo que confiere a razas, unidades, nombres, ambientación... no esperes que todo funcione igual. Se ha alcanzado un punto de compromiso entre hacer un gran RTS y respetar al máximo el universo y las reglas que rigen el combate de Warhammer 40.000. Puede que los más puristas hubieran preferido algo más ajustado, lo que hubiera requerido turnos, implicando hacer un juego lento y sesudo. Si se mira desde el punto de vista comercial y creativo, la elección del estudio es la adecuada, por un lado es un juego con mucho más poder de atracción para el aficionado medio a los RTS, y por otro resulta más creativo establecer tu propia mecánica que no limitarte a hacer una copia digital exacta de las reglas del juego original.
Con todo, Dawn of War es un título que cuida la herencia que recibe, por lo que tiene multitud de toques que lo hacen diferente a otros exponentes del género. Uno de los principales es el tema de los recursos, en el que se ha adoptado una estrategia muy distinta a la habitual recolección, limitándolo todo a dos recursos: puntos estratégicos y energía. Por todos los mapas hay diferentes puntos estratégicos que pueden ser conquistados mediante el proceso de mandar una unidad para que coloque una bandera. Si consigue mantenerla durante unos segundos, obtienes una fuente adicional de créditos con los que puedes solicitar al mando más tropas y material. A lo largo del mapeado hay puntos estratégicos, críticos y reliquias, que mediante su conquista, te permitirá acceder a más crédito y a otras ventajas.
De este modo se anima al jugador a buscar salir de su base y expandirse por el mapa. Si dejas que un enemigo crezca demasiado, acabará arrollándote por contar con un mayor ritmo de crecimiento. Afortunadamente, conquistar y reconquistar puntos estratégicos es relativamente sencillo, ya que están bastante diseminados por todo el mapa y es complicado cubrirlos todos. Las defensas automáticas que puedes disponer son muy limitadas en todas las razas, y son fácilmente atravesables si carecen de apoyo y atacas con unidades acorazadas. Por si fuera poco, hay condiciones de victoria en los que el enemigo ganará simplemente por tener y mantener un porcentaje de los puntos estratégicos o críticos, por lo que en el juego multijugador o en escaramuza debes de salir al ataque obligado, no habrá posibilidad de que te atrincheres en tu base.
Las cuatro razas se encuentran muy equilibradas y ofrecen variaciones importantes, más que satisfactorias para complacer a diferentes tipos de jugadores. No hay una unidad más poderosa que otra, ni un conjunto invencible, además hay un extenso arbol de desarrollo para cada una de ellas que te permite alcanzar un buen numero de posibilidades.
Uno de los aspectos fundamentales en Warhammer 40.000 es la moral de las tropas, en el juego de tablero este factor tiene una gran importancia ya que puede afectar drásticamente a las tiradas de ataque y defensa, e incluso dejar inútiles a tus tropas. En Dawn of War, las partidas son mucho más rápidas por la naturaleza del género, por lo que la moral no ejerce un papel tan crítico, aunque sí afecta considerablemente a tus tropas. Si la moral baja, los ataques serán más imprecisos y los comandos serán presa fácil, aunque sólo algunas unidades son afectadas por la moral.
Aquí las unidades aparecen agrupadas en comandos que se manejan como si fuera una única unidad. La base suele de ser cuatro soldados por comando, pero puedes teletransportar más y formar comandos de hasta 12 o más que se manejan como un solo hombre. A eso hay que sumar que puedes añadir un comandante, y un líder. Luego hay que tener en cuenta de que existen diversas variaciones dentro de un comando, pudiendo equipar a algunos hombres con armas pesadas o de diferente naturaleza. Tanto los Orcos como los Eldars ofrecen variaciones considerables en su forma de gestión, con estrategias y posibilidades muy distintas, pero igualmente equilibradas.
Los marines imperiales son la típica raza buena para todo, su unidad base son los Marines Imperiales, que poseen la capacidad de expandirse mediante Bolters pesados, Lanzamisiles, Lanzallamas o Rifles de Plasma. Dependiendo de la combinación que eligas, puedes convertir a un comando en un especialista en atacar vehículos, edificios, infantería o cuerpo a cuerpo. Su moral es muy alta y es el ejército con mayor poder mecánico de lejos, tiene un impresionante selección de vehículos incluyendo varios tipos de Dreadnought o el poderoso Whirlwind.
Los marines del caos son una versión oscura y corrupta de los marines. En un principio pueden parecer que son similares, pero llega un momento en el que se pueden apreciar los cambios que van más allá de lo estético. Los marines espaciales del Caos son unas unidades muy parecidas a sus antagonistas, pero son algo más inestables y su moral no es tan alta. Pero la fuerzas del Caos cuenta con el poder demoníaco, por lo que son capaces de desplegar diferentes tipos de criaturas invocadas, especialistas en diferentes campos y contar además con una unidad divina, un demonio mayor, que compensa su menor capacidad tecnológica.
Los orcos responden al arquetipo que se les da, son salvajes, brutos, pero astutos, saben como sacar partido a lo que roban de otros y consiguen que las cosas funcionen, más o menos, para su interés. Pero su mayor fuerza radica en su gran capacidad de producción, es una raza en la que se te invita a acumular decenas de unidades, ya que la naturaleza orca es la de aplastar a los enemigos usando esta cualidad. Cuentan además con algunos vehículos realmente demoledores, que usados bien, pueden despejar el camino a la horda. Su principal fallo es que tienen la peor defensa posible para sus bases, las torres estandarte de Waaaagh son estructuras quebradizas con poca potencia de fuego, y aunque hay muchas, son presa fácil de una unidad mecanizada.
Los Eldar son una de las razas más complejas de manejar en este juego, y son una delicia para todos los amantes de la estrategia. Es un ejército altamente especializado, con unidades dedicadas en exclusiva a una especialidad. Los Espectros Aullantes por ejemplo sólo pueden atacar cuerpo a cuerpo, pero son los mejores combatientes cuerpo a cuerpo del juego en lo que se refiere a unidades básicas. Es fácil que la inexperiencia haga que te estrelles unas cuantas veces usando esta raza, pero merece la pena conocer sus habilidades. Tienen algunas cualidades únicas, como la capacidad de ocultar sus bases y tener una gran capacidad de ocultar el grueso de sus tropas del enemigo. Sus vehículos no son nada del otro mundo, pero también cuentan con una unidad divina sumamente poderosa, y un líder, el vidente, que tiene algunos de los mejores ataques psíquicos del juego, capaz de diezmar a un gran numero de unidades si están demasiado agrupadas.
Gracias a la riqueza, variedad y equilibriro de las razas, el aspecto multijugador de Warhammer es sumamente brillante. No sólo por las razas, sino por las condiciones generales del juego. Hay numerosas condiciones de victoria activables al gusto del jugador, algunas de las cuales giran en torno a la conquista de puntos de estrategia o críticos, que añaden un nuevo sabor al campo de los RTS multijugador online.
La I.A de Dawn of War es uno de los aspectos más discutibles del juego. Por un lado, la técnica de trazado de ruta es simplemente impecable, tus tropas esquivaran agilmente cualquier obstáculo que sea posible de atravesar y llegarán al punto propuesto por el camino más corto, por muy lejos que esté. En cambio, lo que es el control del enemigo por parte del ordenador es discutible. Un ejemplo, en una partida uno contra uno en modo escaramuza, al máximo nivel de dificultad, estaban activados las condiciones de victoria por aniquilación (destrucción de todas las unidades), destrucción de la base y asesinato (matar al líder). Al ordenador no se ocurrió otra cosa que atacar a primeras de cambio la base con tres unidades de infantería acompañadas del líder, que fueron presa fácil de la combinación de las defensas con las tropas que había ahí, por lo que su líder murió y la partida acabó en menos de 1 minuto.
Es sólo un ejemplo, no es que siempre actúe así, a lo largo de diferentes partidas ha demostrado brillantez en algunos momentos, pero está claramente programada para aprovecharse mejor de las condiciones de victoria por conquista de puntos estratégicos y críticos, en donde es un enemigo más formidable.
El otro punto que se puede criticar abiertamente es que el modo historia es bastante fácil y muy corto. Tiene una explicación, que es que Relic ha hecho un tiempo récord en el desarrollo de este título, anunciado tan solo a finales del año pasado. En ese tiempo le ha dado tiempo a crear un poderoso engine, unos gráficos espectaculares, un inteligente desarrollo del combate y de la gestión de recursos, amen de un gran equilibrio entre razas y clases, algo que no es para nada fácil. Pero no ha dado tiempo a crear una historia a la altura del juego, sólo doce misiones y todas ellas exclusivas para Marines Especiales, no podrás jugar con otras razas más que en modo escaramuza (diferentes mapas incluídos para jugar contra la máquina hasta para 8 jugadores) u online.
Estrategia y trucos
La campaña en modo normal es bastante asequible, incluso fácil si erers medianamente experimentado en RTS. El consejo es que pruebes directamente un nivel de dificultad mayor, para que no te sientas desanimado al terminar el modo historia
En el ejercito marine, una buena distribución de unidades es poner cuatro Dreadnoughts en una división en el frente, acompañados por detrás de varios comandos marines equipados con Blásters pesados y lanzacohetes, y seguidos a su vez por dos o tres Whirlwind. Ese es un poderoso ejército, aunque lejos de invencible si lo usas online contra jugadores avispados. El poder y resistencia de los Dreadnoughts los hace demoledores en el cuerpo a cuerpo, los Whilwind son imprecisos y debes de tener cuidado de no usarlos si estás en medio si tu hombres están en su radio, pero su larga distancia los hace ideales para acabar con edificos y estructuras.
Los Eldar exigen práctica y paciencia para ser dominados, pero es una de las razas que más posibilidades tiene de hacer disfrutar a los amantes de la estrategia, por lo que merece la pena. Está claramente estratificada en sus unidades, por lo que son especialistas en una sóla cosa y totalmente inútiles o casi en cualquier otra. También es una de las unidades que más "trucos" y traicionera puede ser, ya que sus habilidades de camuflage son las más poderosas del juego, llegando incluso a poder camuflar bases o enteras o teletransportarlas a otro sitio. Esto ha hecho que sea una raza detestada por los jugadores online que sólo buscan acción (y también porque a día de hoy, hay acaloradas discusiones sobre que no está tan equilibrada en algunos puntos, desde Relic ya se ha anuciado que están trabajando en modificar un par de detalles importantes de los Eldar en un futuro parche).
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.