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Warhammer 40.000: Dawn of War II - Chaos Rising

Warhammer 40.000: Dawn of War II - Chaos Rising

  • PlataformaPC8.5
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorRelic Entertainment
  • Lanzamiento12/03/2010
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorTHQ

Incorruptibles

Un planeta perdido hace mil años en las profundidades de la Disformidad ha regresado. Y el hielo no es lo único que esconde en su superfície... los hermanos oscuros de los Marines Espaciales han vuelto. Y esta vez buscan venganza.

Históricamente el género de la estrategia en los videojuegos era uno de aquellos reservado a unos pocos - pero acérrimos - fans de la gestión de recursos, la construcción de una base y de un árbol tecnológico adecuado y del planteamiento táctico calmado y pausado… para concluir con el posterior despliegue de las tropas y así acabar con la resistencia enemiga. A lo largo de los años hay que reconocer que todos los géneros, al margen de lo mucho o poco que hayan cambiado, por lo menos se han acelerado un poco y en este caso no estamos ante una excepción. Ahora todo es más rápido, más directo… distinto.

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Si se hiciera una lista de entre todos los seguidores de las mayores franquicias para enumerar qué títulos son los responsables de este giro en el timón, sería imposible llegar a un acuerdo; pero casi con total seguridad, prácticamente cualquier jugador pondría en esa hipotética lista a Starcraft y a dos de sus herederos espirituales: las últimas entregas de Command & Conquer y la saga Dawn of War. Dos nombres que resuenan hoy con más fuerza que nunca y a los que la beta del nuevo juego de Blizzard no consigue eclipsar.

Es particularmente curioso el caso de la franquicia de Relic por varios motivos: en primer lugar, atreverse con una licencia tan susceptible como es la de Warhammer 40K no era una decisión fácil y hay que reconocer el gusto con el que se ha hecho la adaptación del popular juego de mesa; en segundo lugar por su apuesta descarada por querer cambiar las reglas de los ETR, nada sencillo en un género que llevaba anquilosado bastantes años. Pero hay que darle a Relic especiales ‘kudos' especialmente por lo principal: por el trabajo bien hecho. Y es que Dawn of War es un juego que divierte como pocos, sin ser la expansión que hoy tratamos ninguna excepción.

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Tal vez los puristas argumentarán que Chaos Rising es a la estrategia en tiempo real lo que Diablo es al rol; si lo que eso significa es que estamos frente a un juego que antepone la acción a la gestión de recursos, que prioriza el micromanejo de pocas unidades antes que la construcción masiva de un ejército aniquilador que arrolle al rival y que premia al jugador que se lanza al combate frente al que se atortuga en su base… sí, es verdad. Y todo eso lo hace de forma sublime, exquisita.

Si además a todo esto le añadimos componentes que parecen llegados de los RPG de acción (experiencia, subir niveles, gestión del árbol de atributos de cada personaje, recolección y equipamiento de tesoros que encontremos en el mapa, uso de poderes y habilidades en combate, etc.), la combinación resulta todavía más explosiva y adictiva. En resumen, hay pocos jugadores a los que Dawn of War 2 les resulte indiferente, pero guste o no estamos sin duda ante uno de los grandes juegos de PC del momento.

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Mucho se ha dicho ya de la historia que ambienta la nueva campaña de Chaos Rising, y está disponible en los avances previos al juego. Para resumir, el planeta Aurelia - que mil años antes rivalizaba con Meridian por ser el principal del subsector Aurelia y hogar de los Cuervos Sangrientos - se convirtió en hielo y se sumió en la Disformidad durante la llamada 'Tormenta del dolor'. Recientemente, no obstante, las anomalías que lo enterraron han remitido y ha regresado a nuestro plano. Pero en su regreso se ha traído consigo un regalo especial para los Marines Espaciales…

Chaos Rising trae consigo algunas novedades importantes para los que ya disponen de la segunda entrega de Dawn of War; pero antes de empezar vale la pena aclarar un detalle: el juego es una expansión para DoW2 pero no necesita el juego original para ejecutarse. Eso sí, si queremos acceder a la campaña y a algunas de las funcionalidades del anterior, éstas permanecerán bloqueadas hasta que no lo instalemos. De hecho, Steam realiza una 'precarga' del contenido del juego y lo deja a punto de introducir una clave válida para activarlo.

Otro detalle que merece la pena comentarse de antemano es el de los problemas técnicos que está sufriendo mucha gente y que se aprecia en la multitud de hilos abiertos en los foros de Relic. De hecho, ahora mismo para ejecutar el juego y que se vea correctamente en nuestra ATI hay que, cada vez que lo iniciamos, borrar manualmente el archivo de configuración que se crea en la carpeta de instalación y dejar que el juego lo genere de nuevo o se convierte en injugable. Esperamos un parche en breves, obviamente, pero resulta chocante que a estas alturas un título presente unos problemas tan graves de pulido como el caso que nos ocupa.

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Superadas las impertinencias técnicas, es momento de lanzarse de cabeza a ver qué trae y cómo lo trae Chaos Rising. Para empezar, una nueva campaña para seguir disfrutando de la historia de los Marines Espaciales. De hecho, hacía mucho tiempo que no disfrutábamos tanto en una serie de misiones preprogramadas como lo hemos hecho con estas; Relic ha sabido darle una nueva vuelta de tuerca a la confrontación contra el Caos, pero sin perder el toque gracioso del elenco de protagonistas, que parece que peleen entre sí para ver quién es el más duro de todos.

Esta campaña, que puede disputarse en hasta cuatro niveles de dificultad, ofrece la posibilidad de vivirla de forma cooperativa añadiendo a un amigo a través del sistema Live! de Microsoft. Hace falta obviamente estar conectado y tener un gamertag válido para disfrutar de esta experiencia online que sin lugar a dudas es un añadido interesante al contenido, permitiendo que un jugador acceda a nuestras partidas como invitado y nos eche una mano contra las fuerzas enemigas.

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Se ha mejorado notablemente, o por lo menos eso nos ha parecido, la inteligencia artificial con respecto a la anterior entrega. En dificultad 'Capitán', solamente un nivel por debajo del más alto, la CPU ya presentaba un reto considerable en algunas misiones en las que las fuerzas están más repartidas. De hecho existe un cambio notable de 'Sargento' a 'Capitán', que exigirá que sepamos utilizar conceptos como flanqueo, coberturas y un dominio extensivo de las habilidades de nuestra escuadra para superar algunas fases.

A lo largo de la campaña descubriremos algunas características que se han implementado de forma interesante; por ejemplo, podemos importar nuestras escuadras de DoW2 totalmente personalizadas y con el nivel, habilidades y equipo que obtuvieron al finalizar la última de las misiones. Se ha subido el tope de nivel hasta el 30 (desde el 20) y obviamente aparecen nuevos tesoros que sin duda vendrán a sustituir a aquellos que tanto nos costaron obtener y que podremos equipar desde la ventana de despliegue.

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Aparece también una particularidad que no se ha terminado de desarrollar en exceso: en nuestro contacto con las fuerzas del Caos, estamos expuestos a la Corrupción. La Corrupción es una barra de progresión de 24 niveles que se irá llenando a medida que hagamos actos contra la voluntad del Emperador, en desacuerdo con la voluntad de los líderes de nuestro escuadrón o mediante equiparnos con determinados objetos impuros.

A medida que la barra progresa, accederemos a poderosas habilidades de las que no dispondremos de otra manera, a piezas de inventario más poderosas de lo habitual y que en definitiva harán más difícil de abatir a nuestra unidad. Eso sí, a un precio: una puntuación demasiado alta y nuestros propios líderes se volverán contra nosotros, pudiendo incluso llegar a perder el control de sus acciones en lo que sería un desafortunado giro de los acontecimientos. Lástima que se premie tan poco durante el juego permanecer 'puros' y que el hecho de caer en el Caos sea cosa de no hacer una misión secundaria, equiparse un objeto determinado o no reclutar a tal líder para tal misión…

El único que permanece incorruptible ante toda influencia del Caos es el temible Dreadnought, Davian Thule. Thule, apodado por algunos como el híbrido entre Data de Star Trek, Terminator y enfundado en la armadura de Aliens el Regreso, acompaña en la aventura a nuestro comandante en jefe y a Trakus, Cyrus, Avetus. Thaddeus y resto del elenco de protagonistas que ya conocemos, a los que se une un nuevo personaje: Jonah Orion, un bibliotecario con tremendos poderes psíquicos que podremos potenciar desbloqueando nuevos rasgos y personalizar a nuestro antojo.

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Jonah será de gran ayuda para pelearnos con la nueva raza que se ha incorporado a las que formaban los Marines, los Orkos, los Eldar y los Tiránidos: los Marines Espaciales del Caos. Antes de pormenorizarla con detalle, baste decir que el resto de razas también reciben un regalo: los Orkos reciben al Estrambótiko, de apoyo a distancia; la Guardia Espectral, infantería pesada, se une a los Eldar y buena falta les hacía. Los Tiránidos añaden dos actualizaciones: la Progenie de Genestealer, buena en cuerpo a cuerpo y que se infiltra al permanecer quieta y el Guardia Tiránido.

Aunque a priori puedan parecer una versión cutre y salchichera de los Marines Espaciales 'de toda la vida', las fuerzas del caos son mucho más poderosas y versátiles de lo que se pueda imaginar. De hecho, vienen a llenar un agujero que se notaba muy vacío con su exclusión del producto original. Eso sí, se presentan en tres sabores, dependiendo del héroe escogido: el Señor del Caos es experto en el cuerpo a cuerpo y absorbe salud; el Paladín de la Plaga es de tintes defensivos y venera a Nurgle, apoyando a las unidades cercanas con toda una suerte de auras y plagas. Por último está el Hechicero del Caos, que aniquila a distancia a sus enemigos con poderosos hechizos que además lucen fenomenal.

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Para amenizar los combates se han añadido un total de 7 nuevos mapas multijugador a partir del nuevo entorno helado del planeta Aurelia. También se ha añadido un nuevo modo libre para disputar partidas contra hasta 5 jugadores en las que cada uno tiene que velar por su propia supervivencia. La mecánica sigue siendo la misma: puntos de requisa y puntos de energía son la base para invocar nuevas tropas y las condiciones de victoria pueden ser por acumulación de puntos o por aniquilación total de la base rival… o lo que suceda antes.

Otro extra que incorpora Chaos Rising es la inclusión de dos nuevas unidades para el modo de juego de La Batalla Final, en la que tratamos de superar las 20 oleadas de enemigos que pueden aparecer por los cuatro costados mientras vamos acumulando experiencia y niveles para nuestro héroe elegido. De nuevo, solamente los dos últimos estarán disponibles para los jugadores de Chaos Rising, pero las partidas serán comunes para todos, pudiendo los que no tengan la expansión comparar el poder destructivo de los nuevos héroes.

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Lo cierto es que el multiplayer de Dawn of War 2 fue criticado por muchos por intentar ir un paso 'demasiado' lejos en la innovación del género. Ciertamente aún hoy se hace algo extraño no tener una base como tal que construir, pero para los que gustamos del micromanejo más que del macromanejo, Chaos Rising sigue dando en el clavo priorizando la calidad y la habilidad antes que la cantidad y la potencia bruta. Eso sí, algunos modos de juego más no le harían daño a la franquicia.

A nivel técnico el juego ha sido 'actualizado' para las nuevas potencias gráficas, añadiendo novedosos efectos gráficos en todos los mapas. Ahora llueve, nieva y hay todavía más partículas, más efectos, más rayos, más saltos, más temblores, más polígonos… el juego se encarga de sacar el máximo jugo de nuestro equipo y además está optimizado para procesadores multinúcleo. Y encima, doblado a nuestro idioma, en le línea de mantener el mismo tono duro pero simpático de los protagonistas.

Requisitos y manual
Alrededor de casi 3 gigas que ocupa la expansión y soporta hasta una 5700 de ATI. Sorprende que a pesar de estar optimizado para tarjetas de AMD, el juego tenga los problemas que hemos mencionado al principio. Las capturas están a 1440 x 900, resolución que en el equipo de pruebas el Fraps marcaba hasta 90 frames de tope sin bajones de consideración. Un pliego de 28 páginas en blanco y negro grapado hace las veces de manual, con toda la información necesaria para ver qué de nuevo incorpora el disco.

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8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.