Sólo para los más pequeños

En este pasado E3 que tuvo lugar en el mes de julio, Microsoft mostró al mundo el que sería un nuevo juego protagonizado por las simpáticas y carismáticas piñatas que ya habíamos visto en Xbox 360 gracias a Rare. Sin embargo, en esta ocasión no ha estado Rare por detrás, sino Krome, y en vez de un simulador de jardín, se trata de una 'fiesta' multijugador, como su nombre indica.

Sin embargo, la apuesta no ha resultado ser ganadora. La premisa previa es muy agradable, pero falla en parte por su enfoque para toda la familia, que se ha traducido en una simplicidad exagerada, la posibilidad de que no se produzcan grandes diferencias entre jugadores y un sistema de puntuación algo caótico que hace muy complejo realizar los cálculos de rigor.

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Pero vayamos por partes y empecemos por el principio. El juego resulta ya en primera instancia parco en su presentación, y no por culpa del aspecto visual, sino por su importante escasez de modos de juego: sólo se podrá optar entre jugar en una misma consola o a través de Xbox Live. Sea cual sea la opción elegida, tocará determinar las características de la carrera, pero sólo el número de circuitos y desafíos que disputaremos.

El máximo será de siete circuitos, dado que el juego no incluye más, y para cada uno de estos podremos poner un máximo de tres desafíos (minijuegos). Hasta aquí llegarán nuestras capacidades de elección de cómo queremos participar en la competición, sin poder seleccionar minijuegos ni tan siquiera disfrutarlos por separado, será la máquina quien los decida de forma aleatoria.

También hay una opción de determinar si queremos que las distancias entre corredores no sea nunca demasiado grande, de modo que una persona que se equivoque de camino en el circuito, vague durante un rato y choque contra todo pueda llegar a ganar igualmente a un usuario que haya hecho un circuito perfecto y recurriendo a objetos y aceleradores.

El ritmo del juego es el siguiente: se disputa un circuito, en el que las cuatro piñatas correrán unas contra otras por llegar las primeras a la meta, y posteriormente los minijuegos que se hayan determinado. La posición de la carrera serán puntos extra a los de la prueba de habilidad, de modo que el primero cuenta con una ventaja importante para la tabla clasificatoria. De disputarse a un minijuego no es demasiado acusado, pero de ser a tres empieza a ser significativo.

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Si los circuitos se antojan cortos (sólo siete para un juego que a priori debería proporcionar muchas horas de diversión para varios jugadores), los minijuegos son bastante dispares; hay algunos que son muy buenos y memorables y otros que resultan tediosos y aburridos. Curiosamente, los primeros recuerdan en gran medida a los que hemos podido ver en los Fuzion Frenzy.

A pesar de ser más de 50 en total, se antojan escasos dada su corta duración y, sobre todo, la aleatoriedad de la máquina impide disfrutar de los mejores a nuestro antojo, debiendo a veces enfrentarnos a algunos que no entusiasman a nadie en la sala. Pese a todo, en las primeras partidas, resultará bastante atractivo el intentar verlos todos y jugarlos por primera vez.

Otro punto de escasez importante nos lo encontramos a la hora de seleccionar personaje. El plantel de piñatas es más que considerable, como hemos podido ver en el juego de Rare, y en Party Animals se ha reducido a sólo ocho animales seleccionables, de los cuales además dos son zorros, sólo que de diferente sexo. Se antojan escasas opciones para los jugadores participantes, ya que la mitad de las piñatas posibles participan en la competición.

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No todo es perfecto, y peca principalmente de la repetición de diseños y elementos en carreras y minijuegos, con escenarios y fondos que en más de una ocasión se antojan algo vacíos. El apartado sonoro va bastante parejo, con melodías buenas (la pegadiza canción principal vuelve a estar presente) y un doblaje muy gracioso y lleno de guiños y chistes que, desgraciadamente, acaban cayendo también en la repetición.

En cuanto a su jugabilidad, Viva Piñata Party Animals responde muy bien, y el control es exquisito en todos sus aspectos de juego. En este aspecto no hay grandes pegas, pero es una pena que el juego resulte tan corto, repetitivo y carente de opciones y profundidad, tanto offline como online, como para no poder explotar una premisa interesante como esta. Los logros, además, también son muy sencillos y en su gran mayoría son un regalo (tales como usar un objeto en las carreras).

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