Vikings: Wolves of Midgard
- PlataformaPC7.5PS47.5XBO7.5
- GéneroAcción, RPG
- DesarrolladorGames Farm
- Lanzamiento24/03/2017
- TextoEspañol
- VocesInglés
Análisis Vikings: Wolves of Midgar
Entre ventisca y mar embravecida nos lanzamos a la venganza contra los que destruyeron nuestra aldea. Vikings nos sumerje en la mitología nórdica para hacernos pasar un buen rato acabando con trolls, bestias y humanos que no les van a la zaga.
Dice el refrán que a veces los árboles no dejan ver el bosque. Quizá en el sector de los videojuegos se podría actualizar por los gráficos nos dejan ver el juego. No es que Vikings: Wolves of Midgar sea un juego feo, pero lo que sí es, es divertido. Ese parece haber sido el foco de la editora, Kalypso, y del equipo detrás de este título, que a pesar de sus similitudes con otros grandes nombres como Diablo, es mucho más directo en su fórmula.
Esto se nota desde el mismo inicio del juego. A diferencia de lo que acostumbran otros productos, aquí las opciones de personalización se ciñen al género (no hay clases) y el equipamiento que elijamos solo nos condicionará hasta acabar la primera misión, de tutorial, pues podremos reequipar a nuestro personaje antes de las misiones, y cambiar entre las armas equipadas en mitad de estas. Apenas tenemos posibilidad de personalizar nuestro personaje: corte y color de pelo, tatuajes y otros aspectos estéticos menores como el vello facial, así como el aspecto del emblema de nuestro clan.
Como telón de fondo, nos encontramos con la mitología nórdica, que aquí se usa realmente como forma de ambientar la jugabilidad, ya que la historia (vengar un ataque a nuestro pueblo y hacerlo prosperar frente a las amenazas que lo rodean) es una simple excusa para llevarnos de misión en misión. De hecho, nuestro personaje se asociará a una de cinco divinidades de esta mitología, lo que determinará qué armas cuentan con “dones” (ataques especiales). Esto no es óbice para que podamos cambiar de una a otra según necesidad.
Jugabilidad directa y divertida
Una vez en faena, nos encontramos con una jugabilidad más arcade de lo que acostumbran este tipo de títulos, muy directa, pero sin perder de vista su profundidad. Al principio solo tendremos un sencillo ataque, combinado con la posibilidad de rodar por el suelo para esquivar los ataques de nuestros enemigos; pero poco a poco, según mejoremos nuestras armas y equipamiento y en paralelo al aumento de dificultad de nuestros enemigos, añadiremos magias y ataques más poderosos, que eso sí deberemos esperar a que se recarguen antes de usar de nuevo.
Pero si aun así nos sentimos acorralados y en necesidad de actuar a gran velocidad, Vikings nos permite, si hemos acumulado suficiente rabia, desatar una especie de tiempo bala en el que poder movernos en un entorno a cámara lenta y reaccionar mejor.
También podremos acumular varias cargas de vida que usar en los momentos en que necesitemos recuperar nuestra salud, las cuales podremos recargar en diversos puntos de los escenarios. La vida también se recarga cada vez que acabamos con enemigos, por lo que mientras sobrevivamos a cada horda de enemigos, estaremos en condiciones para seguir avanzando.
Pero no solo los enemigos atacarán nuestra barra de vida, también lo harán en algunos escenarios las condiciones ambientales, obligándonos por ejemplo, si hace mucho frío, a acercarnos periódicamente a hogueras si no queremos morir congelados.
Usar un arma determinada en un momento dado no condicionará nuestra estrategia para futuras misiones, y es útil por ejemplo usar el arco para enemigos más poderosos pero estáticos y armas pesadas frente a enemigos que se protejan de nuestros ataques a distancia.
Acumular para mejorar
Como es de esperar, no solo es nuestro equipamiento el que mejora, sino también nuestro propio personaje. Para ello deberemos acudir a un altar que se encuentra en la propia aldea desde la que partimos a cada misión y derramar en él la sangre de nuestros enemigos; y elegir si queremos añadir más puntos a aspectos como nuestra vitalidad o resistencia.
Este altar, igual que nuestro equipamiento y personaje, también puede mejorarse para desbloquear a su vez más ataques. Para ello, el juego nos pide materiales, los cuales obtenemos a base de destruir elementos del escenario y de algunos enemigos, lo que nos lleva al apartado gráfico. No es este el aspecto más lucido del juego, con escenarios que parecen usar en muchos casos haberse construido repitiendo una y otra vez los mismos elementos, pero con resultados decentes, sin alardes.
Más allá de las misiones, el juego cuenta con un modo extra, las Pruebas de los Dioses, que nos permiten acumular más materiales para mejorar nuestro personaje, equipamiento o el propio altar; las cuales aumentan su dificultad según superemos niveles. Tambien podremos sumar a un amigo a nuestra aventura en forma cooperativa a través de internet.
Al igual que los gráficos, la música aunque discreta, cumple su función, como lo hacen las cuidadas ilustraciones que acompañas los tiempos de carga. No se puede decir lo mismo respecto a la traducción al español, llena de frases sin sentido surgidas de una aparente traducción automática y que impide a veces seguir correctamente la historia.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.