En medio de una gran guerra

Viking fue uno de los juegos que más nos sorprendió en la pasada edición de la GC, evento en el que se dio a conocer al mundo esta nueva obra de The Creative Assembly y Sega. Pese a ser la primera vez que se mostraba, el juego ya estaba avanzado, y por eso no resulta sorprendente que, algo más de medio año después, la odisea nórdica ya esté completada y lista para dar el salto a las tiendas.

Había algo en aquella beta que nos daba buenas vibraciones, y tras haber disfrutado de la versión final no podemos sino sentirnos satisfechos de haber podido disfrutar de un juego que ha pasado, injustamente, muy desapercibido por parte del gran público. Pocos títulos hay tan completos y variados y, sobre todo, tan espectaculares, marcando las diferencias con respecto a muchos juegos del mismo género pero que no están al nivel de las máquinas actuales.

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The Creative Assembly ya había demostrado su maestría con la excelente serie Total War para PC, y se había atrevido, ya dentro de Sega, a desarrollar un juego de acción bajo el título de Spartan: Total Warrior, dejando patente la ligera variación con respecto a sus títulos estrella. Viking comparte con este último algunas características, pero se nota que se ha tomado buena nota de los errores presentes en él para mejorarlos y pulirlos en este nuevo título.

Viking podría ser fácilmente comparable con Spartan, o con series tan conocidas y exitosas como God of War. Pero las comparaciones directas son difíciles, o casi imposibles, dado que este título mantiene su propia identidad. The Creative Assembly no ha dudado a la hora de entremezclar elementos y conseguir una variedad envidiable, pero bien orquestada y creíble, utilizando elementos de sus grandes éxitos.

Lo cierto es que Viking consigue grandes hazañas, y lo hace con una sencillez sorprendente. A lo largo de extensos y muy amplios mapas, nos enfrentaremos en cruentas batallas, nos infiltraremos en campamentos enemigos, disputaremos grandes batallas a gran escala, invocaremos dragones, salvaremos a vikingos aliados, recuperaremos aguamiel para nuestros hombres, aprenderemos nuevas técnicas, usaremos runas… y todo, sin un solo tiempo de carga.

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Hel, la hija de Loki, ha visto prohibida su entrada en Asgard por desafiar a Odin, y como venganza busca la liberación de Fenrir, un antiguo dios con el que, según las leyendas, desencadenaría el Ragnarok. Para tal fin, Hel se ha forjado un completo ejército de antiguos guerreros vikingos a los que ha resucitado, con el cual está aterrorizando el reino de Midgard en busca de la fuerza necesaria para traer de vuelta a Fenrir.

En la otra facción nos topamos con Freya, la diosa del amor y la guerra, quien se ve encargada de la dura y ardua misión de detener a Hel en Midgard, evitando la destrucción de la humanidad y de los dioses. Para tal fin, delega en un adalid, un guerrero recién caído de nombre Skarin, a quien le confía la tarea de ser su representante en el reino mortal. Sin embargo, este desconoce los verdaderos motivos de esta guerra y el por qué ha sido elegido por los dioses para mediar por ellos en esta cruenta batalla.

La ambientación nórdica del juego no está hecha al azar, y todo será muy fiel a las historias tradicionales de esta batalla de los dioses con el Ragnarok como resultado final. Como siempre en todas sus obras, el rigor de la documentación ha impuesto el camino a seguir en este nuevo juego de The Creative Assembly, una fidelidad que no sólo baña el argumento, sino también todos los edificios, ataques y posibilidades de personajes y enemigos.

Para representar los momentos importantes de la historia, se intercalarán secuencias de vídeo que serán dibujos muy bellos, realizados con mucho estilo y con un estilo artístico muy interesante.  No serán estáticos, sino que contarán con un cierto grado de animación con el que resultarán muy dinámicos; como resultado, disfrutaremos de esta delicia visual mientras se nos narran los acontecimientos representados en ellos.

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El mundo inicial será la isla de Niflberg, una extensión bastante amplia con abundantes lugares por visitar y cosas por hacer. Posteriormente nos esperarán otras dos, Galcliff e Isaholm, de extensiones todavía más amplias, componiendo en total un mapa de dimensiones muy considerables y que ofrecen numerosas horas de diversión, sobre todo si se quieren conseguir todos los secretos que oculta el juego.

En el mapa se nos marcarán los objetivos importantes de la historia, pero Skarin podrá ir a donde quiera dentro del terreno delimitado de un modo u otro (por ejemplo, si los enemigos tienen tomado el puente a la parte norte, no podremos cruzarlo). Las posibilidades son tales, que podemos acceder directamente a las grandes batallas pero sin ejército, sólo nosotros contra el enemigo. Es un suicidio hacia una muerte segura, pero nada impide hacerlo.

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El combate directo será importante en Viking, y en este aspecto se parece a títulos como God of War o Ninja Gaiden. Pero no será la base obligatoria del mismo, ya que no se trata de avanzar pantalla tras pantalla, en un camino delimitado y siempre en progresión directa, debiendo acabar con todos los enemigos en pantalla para continuar nuestro camino. Skarin es muy bueno, un enviado divino, pero está lejos de ser un ejército de un solo hombre.

Las formas de afrontar cada situación serán distintas según el caso, así como el interés que tenga el jugador. Podemos, por ejemplo, entrar directamente en un campamento enemigo acabando con todo lo que nos encontremos por el camino (tarea que, según el caso, es más o menos factible que completemos con éxito); o podemos infiltrarnos sigilosamente y liberar a los vikingos prisioneros para que nos ayuden a acabar con los enemigos.

Para el combate directo, empezaremos con movimientos muy básicos: un ataque suave y rápido, otro ataque fuerte y lento, salto y defensa. Sin combos ni mayores opciones de combate, al principio nos sentimos un tanto indefensos limitados al simple aporreo de botones. Pero esto no es más que la punta del iceberg, ya que al avanzar nos encontraremos con una gran cantidad de combos que podremos utilizar, así como runas y objetos.

Cuando tengamos todos los combos posibles, contaremos con una serie de ataques muy variados y que se acomodan a cada situación a la perfección; por ejemplo, podremos empujar a un enemigo con el escudo para sacárnoslo de encima, hacer estocadas, ataques que afecten a varios rivales, etcétera. Un sistema bastante profundo que se complementa con las runas de hielo, fuego y rayo (que el herrero se preocupará por tallar en nuestra espada) para desarrollar nuevas técnicas acordes con cada uno de esos elementos.

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Además, están los objetos, como pequeñas hachas que podemos lanzar, o calderos de fuego que son como bombas. Combinando todos los elementos entre sí, nos toparemos con infinidad de posibilidades a la hora de enfrentarnos a los grandes enemigos; eso sí, nada será ilimitado, y el uso de las runas estará muy limitado a rellenar una barra roja, algo que se hará eterno en las contiendas importantes.

La infiltración no será tan profunda como un Splinter Cell o un Metal Gear, y por tanto no tendrá esas opciones propias típicas como esconderse detrás de las esquinas y observar lo que nos espera. Al estar cerca de enemigos, Skarin se agachará, indicándonos que es el momento de ocultarse y preparar un ataque sigiloso por la espalda.

Al principio no tendremos la opción de la muerte sigilosa, pero cuando la incorporemos a nuestro repertorio, la situación cambiará mucho y empezaremos a apreciar los beneficios tácticos del pasar desapercibido. Sin darnos cuenta, nuestro primer objetivo en todo asentamiento será aquel que porte el cuerno de guerra, con el que daría la alarma y todos los enemigos de las cercanías se abalanzarían sobre nosotros.

Con el sigilo podremos infiltrarnos en las grandes bases enemigas, y si somos capaces de pasar desapercibidos conseguiremos nuestro objetivo sin derramamiento de sangre. Dadas las importantes minorías en las que nos encontraremos en esos casos, es la mejor de los opciones, y el sistema de infiltración, pese a no ser especialmente profundo, funciona bien y está perfectamente implementado, recurriéndose a él de forma natural; además, en caso de emergencia, el cambio al sistema de combate será rápido e instantáneo, impidiendo que nos quedemos desprotegidos.

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Tenemos unas misiones determinadas, importantes para la historia principal, pero si investigamos hay muchas misiones secundarias por realizar: pequeñas cuevas con vikingos por salvar, monedas de oro y cofres, barriles de aguamiel que podremos devolver a nuestro campamento base para saciar la sed de nuestros hombres. El rigor del que suelen hacer gala las obras de The Creative Assembly impidió la inclusión de minijuegos que hubiesen potenciado la experiencia libre de recorrer el mapa al antojo en Viking.

En algunos momentos deberemos enfrentarnos a pequeñas secciones de plataformas, donde Skarin hará gala de sus habilidades para trepar y saltar por diversos lugares. Sin embargo, el último gran aspecto que debemos destacar del título son las batallas multitudinarias, un espectáculo visual que, pese a que para nosotros no marcan una gran diferencia al seguir teniendo una misión determinada, nos ofrecen un ambiente y una inmersión que pocos títulos logran.

Debemos pelear con nuestros hombres, ya que sin la presencia de su líder van a perder la batalla, y no podemos descuidar nuestros movimientos para no encontrarnos rodeados de enemigos cara a cara con una muerte segura. Una vez tengamos liberados a los dragones, su presencia aquí será fundamental para librarnos de importantes mareas de enemigos, como arqueros que están estratégicamente situados a lo largo de los torreones de un astillo.

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En definitiva, Viking es un juego que mezcla varios estilos con bastante maestría. Tal vez no profundice demasiado en algunos, pero en líneas generales se mueve entre la acción, la infiltración y la estrategia con bastante soltura, y aunque en grandes dosis puede requerir de pausas, es un título divertido y completo que, por su estilo y su ambientación, hará las delicias de los amantes de los juegos de acción y de la mitología nórdica.

Los personajes ofrecen muchos detalles característicos, no sólo Skarin, del que se distinguen claramente todas las cosas que lleva encima y su coleta se mueve con realismo, sino también sus compañeros vikingos y las legiones de Helm, a las cuales se les pueden ver los huesos saliendo por heridas de la piel. Artísticamente están muy bien planteados, con mucho estilo y fidelidad a la mitología nórdica, aún cuando, debido a las grandes cantidades de personajes en pantalla, las diferencias entre tropas del mismo tipo serán bastante limitadas.

Los escenarios son muy amplios, como ya hemos dicho islas enteras por las que podemos vagar libremente. El nivel de detalle es muy elevado, con hierba y flores que se mecen al aire, subidas y bajadas, rocas y montañas, árboles que dan frondosidad a los bosques, casas al borde de los caminos con sus vallas, terraplenes, playas, barcos encallados en las mismas…

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Pese a que puede no parecerlo en imágenes, el agua del mar en movimiento es muy bella; su movimiento suave y acompasado, con la lluvia de tormenta y las nubes negras es digno de quedarse embelesado viéndolo. Además, es muy interesante el hecho de que el escenario no tiene límites forzados, sino naturales. Por ejemplo, Skarin podrá sumergirse en el agua, y podrá llegar hasta donde su aguante de la respiración le permita.

Los efectos de luz están muy trabajados, y dada la oscuridad presente en las cuevas y los ambientes tormentosos, esos brillos y sombras son muy de agradecer. Por su parte, las animaciones son muy realistas y las mutilaciones en tiempo real están llevadas a cabo con mucho acierto. En algunos casos, los movimientos parecen algo toscos, pero no es algo que afecte a la jugabilidad; las mutilaciones al principio se presentan a cámara lenta, pero con el tiempo el juego se hace más selectivo a la hora de representarlas de este modo, por lo que nunca llegan a aburrir.

El apartado sonoro es digno de la ambientación nórdica que representa, con melodías potentes y unos efectos sonoros muy cuidados, que le sientan como un guante al juego. Además, el buen trabajo de doblaje en español es digno de mención, con voces conocidas y acordes con los personajes importantes que se representan. Una pena que en algunos casos se note la repetición del mismo actor en personajes menores.

En términos jugables, Viking es estupendo. Skarin responde a la perfección a nuestros movimientos, y los combos son fáciles de realizar; sin darnos cuenta, realizamos la técnica que deseamos de forma bastante intuitiva y natural. La variedad de estilos, que entremezcla la acción con la infiltración y las grandes batallas, está llevada con suavidad y todo se alterna de forma muy natural.

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Las tres islas ofrecen muchas horas de diversión, y el juego puede expandirse durante unas 20 horas, incluso más si se desea explorar y descubrir todo lo que oculta Midgard. Viking es un título épico, que satisfará a los que estén deseosos de disfrutar de la acción más intensa y, si cabe, violenta, con ingentes cantidades de hemoglobina a lo largo de su desarrollo. Y todo ello, sin ni un solo tiempo de carga; cierto es que al empezar partida se toma sus segundos en cargar, pero luego durante el juego no percibiremos ni un solo lapso de tiempo para preparar nuevas áreas o situaciones, ni siquiera al morir o usar las piedras de teletransporte para ir de un lugar a otro al instante.

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